Gobiernos deben recortar gastos y elevar impuestos

Banco de Pagos Internacionales. Una política fiscal laxa y los aumentos en tasas de interés, una prueba para la estabilidad

Agustín Carstens, director de la institución. OCTAVIO HOYOS
Chris Giles
Londres /

Los gobiernos de todo el mundo deben subir los impuestos o recortar el gasto público para ayudar a los bancos centrales a controlar la inflación y mitigar el riesgo de una crisis financiera, alertó el Banco de Pagos Internacionales (BPI).

La institución que atiende a los banqueros centrales, que a menudo actúa como portavoz informal de las instituciones, destacó que los gobiernos están “poniendo a prueba los límites de lo que puede llamarse la región de la estabilidad” al dejar la política fiscal flexible mientras la inflación sigue alta y las tasas de interés suben rápidamente.

“La consolidación (fiscal) proporcionaría un apoyo crítico en la lucha contra la inflación”, aseguró el BPI en su informe anual publicado ayer. “También reduciría la necesidad de que la política monetaria mantenga las tasas de interés más altas durante más tiempo, reduciendo así el riesgo de inestabilidad financiera”.

Tradicionalmente existe una separación entre la política fiscal, establecida por los gobiernos y la política monetaria, que establecen los bancos centrales y que tiene el objetivo de controlar la inflación, teniendo en cuenta al mismo tiempo los niveles de gasto público y de impuestos.

Los bancos centrales insisten en que confían en su capacidad para separar las decisiones de política monetaria de las inquietudes por la estabilidad financiera, pero la preocupación del BPI contrasta con esas afirmaciones.

Las posibilidades de que se produzca una crisis financiera son significativas, dado que las tasas de interés son altas y siguen subiendo. Sin embargo, agregó que estos riesgos podrían reducirse si los gobiernos endurecen la política fiscal, quitando presión a las tasas de interés como principal herramienta política y fortaleciendo las finanzas públicas de los países.

Según el BPI, las altas tasas de interés ya provocaron graves turbulencias financieras el año pasado, citando la crisis de los bonos del gobierno y los fondos de pensiones de Reino Unido en octubre pasado y la quiebra de los bancos regionales de EU y Credit Suisse esta primavera.

Agustín Carstens, director del BPI, comentó que la inflación está bajando en la mayoría de los países, pero que “la última milla suele ser la más difícil”.

“La carga está cayendo sobre muchos hombros, pero los riesgos de no actuar con rapidez serán mayores a largo plazo. Los bancos centrales están comprometidos a mantener el rumbo para restablecer la estabilidad de precios y proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos”, destacó.

El BPI advirtió que a largo plazo, los gobiernos y bancos centrales deben evitar intentar resolver todos los problemas de la sociedad con estímulos económicos, lo que reitera las recientes recomendaciones de la OCDE.

Según el BPI, los bancos centrales mantuvieron las tasas demasiado bajas durante mucho tiempo cuando la inflación estaba por debajo del objetivo, ya que esto animó al sector privado a acumular deuda, algo que agravó las vulnerabilidades del sector financiero.

“Una vez que se restablezca la estabilidad de precios, la política monetaria podría ser más tolerante con las desviaciones moderadas, aunque persistentes, de la inflación con respecto a los objetivos”, se dice en el informe. 

Agrega que, en lugar de tratar de impulsar el crecimiento y compensar las crisis con aumentos del gasto público, los gobiernos deberían reconocer que unas finanzas públicas más débiles al final limitan su capacidad de reacción en caso de crisis.

“Los responsables de la formulación de políticas deben ser más conscientes de las limitaciones de las políticas de estabilización macroeconómica”, dice en el informe. “La política monetaria y fiscal puede ser una fuerza importante para el bien, pero, si es demasiado ambiciosa, también puede causar daños”.
Monica Defend, directora del Instituto Amundi, destacó: “Necesitamos con mucho una mayor coordinación entre (la política) fiscal y la monetaria, y aún no la hemos alcanzado. La política fiscal debería ser dinámica, es decir, adaptarse realmente para preservar el bienestar social, pero al mismo tiempo estar muy enfocada y dirigida”.
Financial Times Limited. Declaimer 2021


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