No hace mucho tiempo, Liberty Media —la compañía controlada por el multimillonario estadounidense John Malone— pedía paciencia mientras trataba de revitalizar la Fórmula Uno (F1), la serie mundial de carreras de coches.
Sin embargo, ahora la F1 está en una buena racha después del emocionante duelo por el campeonato el año pasado entre Lewis Hamilton de Mercedes y Max Verstappen de Red Bull. También atrajo a millones de nuevos aficionados gracias a Drive to Survive, el documental de Netflix.
Liberty Media searriesgó cuando adquirió la F1 por 8,000 millones de dólares (mdd), incluida la deuda, en 2017. Durante décadas el deporte estuvo dirigido por Bernie Ecclestone, el antiguo vendedor de coches que convirtió la F1 en un fenómeno global. “Había muchas cosas que no entendíamos”, dice Greg Maffei, el director ejecutivo de Liberty Media, al Financial Times. “Pero en las cosas que importaban, acertamos”.
El deporte corría el riesgo de quedarse estancado cuando Liberty Media intervino. En la pista, Lewis Hamilton y su equipo posiblemente eran demasiado dominantes, mientras que Ecclestone había descuidado las redes sociales y a los jóvenes aficionados en favor de un público masculino de mayor edad y con mucho dinero. La F1 necesitaba ser más competitiva y digitalmente más ingeniosa, al tiempo que aumentaba su atractivo en Estados Unidos (EU).
“Había una oportunidad de que, al crear un mejor producto en la pista y una mejor experiencia en la red, se podría hacer más atractiva tanto para los aficionados como para los inversionistas de los equipos”, dice Maffei. “Todo eso crearía una rueda de inercia que también nos beneficiaría”.
Pero las conversaciones para alterar la economía del deporte se tambalearon inicialmente en medio de desacuerdos de las escuderías Ferrari, Mercedes y Red Bull, los equipos más dominantes, y los planes de expansión en EU se hicieron eternos.
Entonces, en marzo de 2020, llegó la pandemia de covid-19. Se tuvo que cancelar la carrera inaugural en Australia y los equipos empezaron a temer por sus vidas financieras. Los ingresos de la Formula Uno se redujeron 43%, hasta los 1,100 mdd.
“En un entorno en el que muchas empresas tienen problemas, es muy agradable tener unaque esté funcionado excepcionalmente bien”
Maffei trazó un plan de recuperación. Liberty Media cambió de activos para reforzar el balance de la F1 con 1,400 mdd en efectivo, ofreció un respaldo a los equipos privados de ingresos y reformuló el calendario para celebrar 17 carreras a pesar de las restricciones de viajes. Drive to Survive, por su parte, atrajo a más espectadores femeninos y a aficionados más jóvenes. El año pasado, los ingresos se recuperaron hasta los 2,100 mdd.
La respuesta a la pandemia sirvió para poner de manifiesto la desesperada necesidad de un cambio. Los equipos de la parte delantera de la parrilla aceptaron la propuesta de Liberty Media de que los competidores compartieran los ingresos de forma más equitativa. A pesar de la oposición previa de Ferrari, Mercedes y Red Bull, todos los equipos acordaron limitar el gasto individual a 145 mdd, excluyendo los costos de mercadotecnia y los salarios de los pilotos. El objetivo es garantizar que las carreras se ganen al usar de manera inteligente los fondos y no con un gasto ilimitado.
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Los nuevos coches que se introdujeron esta temporada también hacen que sea más fácil rebasar, lo que debería hacer más emocionantes las carreras. Se había criticado que los vehículos anteriores provocaban “aire sucio”: turbulencias que dificultaban a los pilotos acercarse a sus rivales.
Los inversionistas aceptan la visión de Greg Maffei. La nueva economía del deporte significa que los equipos pueden generar rendimientos en lugar de pérdidas.
En los últimos 20 meses, Dorilton Capital pagó 152 millones de euros por la escudería Williams; Ineos, la compañía petroquímica, adquirió un tercio del equipo Mercedes de la Fórmula Uno; y las empresas de inversión MSP Sports Capital y Ares Management compraron McLaren Racing.
Grandes empresas de tecnología como Google y Oracle también patrocinan equipos. En 2026, Porsche y Audi, las marcas propiedad de Volkswagen, planean unirse a la competencia.
“Ahora, el equipo que está al fondo probablemente vale al menos 500 mdd”, dice Maffei. “Probablemente sea más, están rechazando cifras superiores a eso”.
La expansión de la F1 en EU con el Gran Premio de Miami se suma a un calendario que ya contaba con el Gran Premio de Texas en el país. Además, el deporte alcanzó un acuerdo para correr en Las Vegas a partir de noviembre del próximo año. Con eventos en Brasil, Canadá y México en el calendario, Liberty Media aumentó el número de carreras en una zona horaria importante.
“Nunca digas nunca, pero no tenemos planes en EU más allá de las tres que tenemos”, dice Greg Maffei. “Nuestro público principal está en Europa.… reconocemos nuestra herencia”.
Un punto de referencia para el éxito de este deporte en Estados Unidos será su nuevo acuerdo de transmisión. El contrato actual, con ESPN, el canal estadounidense propiedad de Disney, ascendía a millones de dólares en un solo dígito y expira pronto. El próximo acuerdo podría valer entre 50 y 100 mdd, según una persona con conocimiento de los contratos de transmisión de la F1. “Creo que el próximo acuerdo será sustancialmente mayor”, dice Maffei. “Nuestro crecimiento en EU no ha terminado”.
Sin embargo, la F1 ha recibido críticas por expandirse a jurisdicciones que, según los activistas, tienen un mal historial en materia de derechos humanos. Los pilotos debatieron si seguir adelante con el Gran Premio de Jeddah, en Arabia Saudita, después de un ataque con misiles a un depósito de petróleo cerca de la pista en marzo. Y, el pasado noviembre, la F1 celebró su primera carrera en Qatar, donde las condiciones de los trabajadores inmigrantes han sido objeto de escrutinio.
“Tenemos muchos pilotos que están conscientes y nos ayudan.… y tratamos de hacer lo que podemos para ser una fuerza del bien, además de crear un espectáculo deportivo”, dice Maffei. “Es muy difícil operar solo en países donde la gente está increíblemente contenta con el régimen”.
Pero Rusia, un gran premio creado por Ecclestone, ya no va a aparecer en el calendario de la F1 después de la invasión de ese país a Ucrania. Abandonar esa carrera supondrá una pérdida de hasta 70 mdd en ingresos, según la persona con conocimiento de las finanzas de la F1, aunque otra fuente cercana sitúa la cifra en 40 mdd. Greg Maffei no quiso comentar la cifra. La Fórmula Uno celebrará 22 carreras este año en lugar de 23 como estaba previsto.
Cinco años después de su apuesta, Liberty Media no tiene planes de empezar a cobrar las ganancias. Greg Maffei ve nuevas oportunidades en Estados Unidos, en el patrocinio y la publicidad, en los derechos de retransmisión y en los honorarios de los socios promotores que organizan las carreras.
“Hay un montón de volantes positivos, no sé si querríamos salir”, dice Maffei. “En un entorno en el que muchas empresas tienen problemas, es muy agradable tener una que esté funcionando excepcionalmente bien”.
GAF