En julio de 2008, un grupo de amigos integrado por José Bezaury, José Islas y Antonio Vilches decidieron fusionar sus ideas y experiencia en marketing para fundar el bar Leonor, su primer emprendimiento, que les abrió la puerta para constituir Grupo Archipiélago, empresa integrada actualmente por 18 establecimientos (entre bares y restaurantes) y que organiza cuatro eventos masivos durante el año, entre ellos el festival de música Trópico, realizado en el puerto de Acapulco. En conjunto, sus más de 300 empleados atienden a más de doscientos cincuenta mil visitantes durante el año.
“Más allá de nacer como un negocio, Grupo Archipiélago surgió como una necesidad de tener un lugar donde nos sintiéramos identificados y al cual nos gustara salir. Pensamos que la noche solamente se dividía en dos: bares y antros, opciones que no cumplían con nuestras expectativas, ya que las personas iban y no recibían una experiencia personalizada por parte de los dueños del lugar”, dice Antonio Vilches, socio y cofundador de Grupo Archipiélago
¿Cómo surge la compañía?
Surgió de la necesidad de tener un lugar al que nos gustará salir, nos sintiéramos cómodos e identificados. Sentíamos que la noche solo se dividía en bares y antros, opciones que no cumplían con nuestras expectativas, ya que no ofrecían una experiencia personalizada. Ante esto surgió la idea de desarrollar proyectos de propiedad intelectual en la industria del entretenimiento, la diversión y la cultura, que pronto se convirtió, debido a su diversificación, en Grupo Archipiélago. Para los griegos un archipiélago no se trata de sus islas sino del mar que las rodea. Para nosotros tampoco se trata de nuestros proyectos sino de la comunidad que los vive.
Actualmente, el holding tiene tres líneas de negocio que se complementan y retroalimentan bajo una visión de patrocinio y apoyo entre ellos. La primera son alimentos y bebidas, que operan a través de restaurantes, antros y cafeterías, uno de ellos es la pizzería Cancino. Luego está la línea de bebidas alcohólicas mexicanas, que principalmente se comercializa el mezcal Unión. Nuestra tercera línea es la organización de festivales musicales y culturales, además de contar con una unidad creativa que apoya a marcas de lujo.
La diversificación de propuestas de entretenimiento ha sido la clave del éxito de la empresa, que busca aportar y crear variedad en el ámbito social del país.
¿Cómo surge la alianza con Diageo?
La idea del mezcal artesanal nos apasiona desde el inicio, pero queríamos estar fuera de los productos comerciales masivos. Nos emocionaba más ser parte del nuevo México, que apuesta al comercio justo y a las cosas hechas a mano por familias y grupos tradicionales del país. El mezcal se dio con pasos tan bien dados, maduros, con templanza y estrategia, porque de ahí no comíamos, de este proyecto soñábamos y los demás negocios nos daban para vivir.
Unión creció pronto en el gusto de los consumidores y en 2016, Diageo, el gigante de las bebidas premium, se acercó a nosotros para hacer una alianza que inició con un contrato de distribución en México y Estados Unidos, para luego llegar al mercado de Canadá, Reino Unido y Francia.
El mezcal Unión es uno de nuestros mayores proyectos de responsabilidad social, pues ha establecido lazos con los trabajadores de la región mezcalera de Oaxaca y ha ayudado a formar microempresas que ayuden a conservar el producto, que es realizado con técnicas artesanales.
¿Qué tan importantes son los eventos masivos para la empresa?
Incursionamos en la organización de eventos desde 2013 con festivales de música. Dentro del grupo, el desarrollo de festivales es la tercera línea del negocio. Para nosotros es importante realizar estos eventos porque generamos empleos en la región, simplemente el número de empleados temporales que contratamos llega a triplicar al de nuestra nómina de base en cada evento.
A través de Trópico, el festival de música más importante que organizamos, y ACME, un salón diseñado para que artistas emergentes y consolidados difundan su obra, impulsamos el atractivo de los destinos turísticos donde se realizan. Por ejemplo, Trópico empezó hace 11 años y queríamos un festival lleno de calor en diciembre, con muchos amigos que disfruten por tres días la fiesta llena de música ecléctica y los amaneceres y atardeceres de Acapulco. Este festival es único en su tipo, pues se celebra a las orillas del mar. Sin embargo, el año pasado, tras el paso del huracán Otis, el festival no pudo celebrarse en Acapulco como nos hubiera gustado; pero hicimos una edición especial en la Ciudad de México para recaudar fondos para los damnificados en Guerrero. Los resultados fueron muy buenos y logramos recaudar 12 millones seiscientos mil pesos que fueron donados para la reconstrucción de las viviendas de 49 familias de la comunidad del Puerto Marqués a través de construyendo.org
él dice...“La diversificación de propuestas de entretenimiento
Ha sido la clave del éxito de la empresa”
Este año el festival regresa a casa y los asistentes podrán vivirlo del 6 al 8 de diciembre para disfrutar de la música del rapero estadunidense Channel Tres, la banda mexicana Belanova y el DJ Seth Troxler, entre otros.
¿Cómo enfrentan el cambio de hábitos de los consumidores mexicanos?
Más que hacer frente, los consumidores conscientes y exigentes son los que nos inspiran a hacer mejor las cosas, a desarrollar conceptos diferenciados, con productos de calidad, buen servicio y con atención al detalle.
En Archipiélago queremos ofrecer productosde calidad y que aporten valor a la ciudad y al país. Nuestra misión es siempre trabajar para que los que asisten a cada uno de nuestros lugares, tengan la mejor experiencia, compartiendo ideas y disfrutando de los espacios. Cada uno de los conceptos se caracteriza por ser distinto, muchas veces basado en nuestros gustos o ideas personales, sin embargo muchas veces el local mismo es una inspiración por ser un lugar tan acogedor.
Creo que la Ciudad de México es una de las ciudades más dinámicas en esta industria, el boom que han tenido colonias como la Roma, Condesa y Polanco son difíciles de igualar, esto se debe a la energía de la ciudad, tanto de los consumidores por encontrar nuevos lugares como de gente queriendo hacer cosas.
CHC