Guerra comercial afectará a la industria automotriz

FT Mercados

Los principales ejecutivos de la industria automotriz, Carlos Tavares y Sergio Marchionne, señalaron que las guerras comerciales amenazan los empleos y afectarán a los consumidores con precios más altos.

Los presidentes del PSA, Carlos Tavares, y el jefe de Fiat Chrysler, Sergio Marchionne, advierten que repercutirán los aranceles en la industria (AFP/
Peter Campbell
Ciudad de México /

El compromiso de Donald Trump de poner “Estados Unidos Primero” llegó hasta las puertas de la industria automotriz del país. El presidente estadounidense considera aplicar un arancel de 25% sobre los vehículos que se importan a Estados Unidos (EU) con el objetivo de perjudicar a los fabricantes alemanes ya que considera que merman el mercado de las marcas nacionales de lujo como el Cadillac de General Motors o el Lincoln de Ford.

La medida que busca corregir lo que considera un desequilibrio del comercio internacional, planteó preguntas entre la industria automotriz sobre si necesitan producir más vehículos dentro de EU para evitar que les afecten los aranceles. 

Pero la pregunta contradice una verdad más general, que muchos de las auto motrices internacionales sobre las que Trump fijó la mira ya tienen grandes plantas en EU, lo que significa que los aranceles para impulsar la fabricación local no solo es innecesaria, sino contraproducente.

“En la actualidad puedo hacer una larga lista de grandes empresas automotrices que operan en EU y que no son estadounidenses, las cuales tienen una gran cantidad de puestos de trabajo y que encabezan la creación de empleo”, dice Carlos Tavares, director ejecutivo de PSA, propietario de Peugeot.

8,760 mdd

Es el valor de las exportaciones de los modelos X5 a través del puerto de Charleston

Tavares advierte que al imponer aranceles “se corre el riesgo de una reacción” de otras regiones, represalias que podrían desatar una guerra comercial más amplia y tener como resultado coches más caros y menos opciones para el consumidor. Las consecuencias para el empleo también podrían ser perjudiciales.

Trade Partnership Worldwide, una firma de consultoría económica, calculó que un arancel de 25% sobre los coches y las piezas de importación podría crear cerca de 92,000 nuevos empleos de fabricación, pero que llevaría a una pérdida de 250,000 puestos de trabajo en el resto de la economía.

“El libre comercio es esencial; no es a expensas de un país para beneficiar a otro”

Martin Daum, director ejecutivo de Daimler Trucks.

Importan más de lo que exportan

EU importa más coches de los que exporta, con 8.27 millones que entraron el año pasado y solo 1.98 millones que se exportaron, de acuerdo con los datos del departamento de comercio de la Unión Americana. 

Sin embargo, México y Canadá, que tienen un acceso libre al mercado a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, un tratado que el presidente quiere modificar son, por mucho, los que más contribuyen a esto, ya que representan 4.27 millones de vehículos importados y 1.07 millones de coches exportados. Japón y Europa dominan el resto del comercio automotriz de EU, pero en términos generales el país americano exporta coches más caros, y entran modelos más baratos. 

Al fijar la mira sobre los fabricantes europeos de vehículos de lujo, El presidente Trump parece tener una obsesión sobre el número de Mercedes o coches BMW que recorren la Quinta Avenida de Nueva York. El presidente muestra poca consideración sobre las operaciones de las automotrices dentro de las fronteras estadounidenses.

 Aplicar aranceles sobre vehículos importados podría obligar a las automotrices a comenzar a fabricar en sus plantas estadounidenses los vehículos que venden en EU. Esto las obligaría a reubicar la producción de los vehículos de exportación de alto margen que actualmente fabrican en estas instalaciones, una medida que al final haría más pobre a los americanos, dicen los ejecutivos.


El año pasado, el exportador más grande por valor desde EU fue la planta de BMW en Carolina del Sur, que fabrica todos los vehículos utilitarios deportivos X5 que se venden en todo el mundo.

De los 371,316 vehículos que se produjeron en ese sitio, que incluyen una amplia gama de otros vehículos utilitarios deportivos de alto costo de la automotriz, se exportó más de 70% de la producción. Mientras que dos tercios de los 305,685 BMW que se vendieron en el país fueron de importación, la gran mayoría con un valor menor que los de los grandes SUV que se exportaron. 

La situación es similar a la de Volvo Cars, que está por inaugurar su nuevo sitio en Carolina del Sur, su primera planta en EU, donde exportará sedanes S60 a todo el mundo y creará 4,000 puestos de trabajo en el proceso.

Cualquier nuevo arancel sobre los coches de importación “será realmente malo y tendrá consecuencias para la planta de Carolina del Sur”, dice el director ejecutivo de Volvo Cars, Hakan Samuelsson, y agrega,“Vamos a usar esa planta para las exportaciones.

 Si no podemos tener libre comercio, entonces vamos a perder la mitad de los empleos que hubiéramos creado”. 


Si bien dice que técnicamente sería posible que todos los coches Volvo que se vendan en el mercado estadounidense se produzcan en el sitio, el proceso implicaría un costoso reequipamiento de la planta, y llevaría a una menor opción para los consumidores y precios mucho más altos.

 Por su parte, el director ejecutivo de Fiat Chrysler, Sergio Marchionne, hizo eco de las preocupaciones sobre la necesidad de tomar en cuenta las exportaciones estadounidenses de la compañía al establecer cualquier arancel.

 Aunque vende algunos automóviles europeos en el mercado, el grupo es un exportador neto de EU. “Mientras juguemos el juego neto... hay un feliz punto medio que se puede encontrar”, dice Marchionne durante la presentación de la actualización de la estrategia de la compañía en Balocca en Italia. 

Incertidumbre en el sector 

En toda la industria, varios ejecutivos dicen que nadie sabe realmente cuál es el objetivo de Trump. La pregunta de si los coches estadounidenses pueden hacerse dentro de las fronteras de EU es un posible resultado que Trump podría esperar desencadenar.

China fabrica casi todos sus automóviles debido a los aranceles punitivos de importación y las reglas que obligan a los fabricantes internacionales a utilizar la tecnología local. 

El hecho de que cada automotriz importante aceptara suscribirse a estos términos muestra que los grupos automotrices internacionales van a ceder ante esas reglas para tener acceso a mercados grandes y rentables. 

 EU es el segundo mayor mercado mundial de automóviles, después de China, y a pesar de la caída este año se mantiene como un mercado muy rentable para muchos fabricantes. 

Sin embargo, la semana pasada, en un discurso en Canadá, Joe Hinrichs, jefe de fabricación de Ford y número dos de la automotriz estadounidense, señala que los fabricantes analizan la producción a nivel mundial.

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De impuestos aplicará EU al importar autos

“Vendemos a nivel regional, pero competimos a nivel global, dice Hinrichs y añade “las ramificaciones, previstas e imprevistas, de los cambios en las políticas y las prácticas, podrían ser importantes”. Recientemente, la compañía cambió la producción prevista de su automóvil Focus de próxima generación, que se fabricaba en EU, de México a China, con planes de importar estos vehículos al mercado estadounidense. 


Las implicaciones de Hinrichs son que si Ford enfrenta costos crecientes en casa, la empresa no dudaría en trasladar más trabajo al extranjero a regiones que sean más competitivas.

Martin Daum, director ejecutivo de Daimler Trucks, el fabricante de vehículos comerciales más grande del mundo, señala las políticas proteccionistas como el mayor reto al que se enfrenta. 

“Daimler tiene más de dos docenas de plantas en todo el mundo, entre ellas, plantas en México que venden a EU y plantas en EU que venden a México”, menciona Daum. “El libre comercio es esencial”, comenta. “No es a expensas de un país para beneficiar a otro país. No es a expensas de nadie para beneficio de todos”.

 El peligro de los aranceles es que, en lugar de convencer a los fabricantes de que asignen puestos trabajo dentro de EU, puede empujar a las automotrices hacia el exterior.

 Pero todo esto depende de que entraran en vigor los aranceles, que la Casa Blanca todavía discute. Marchionne de la FCA también pidió calma al sector antes de tomar cualquier decisión final. Al término del día, dice que “las personas racionales encontrarán soluciones justas a las diferencias de opinión que existen”.





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