Aplicar las leyes sobre derechos de autor a las nuevas tecnologías es siempre una lucha. La inteligencia artificial (IA) se prepara para ganar este round. A finales de 2023, el New York Times (NYT) demandó a OpenAI y Microsoft por infracciones a los derechos de autor.
El costo de desarrollar software de inteligencia artificial generativa ya es elevado. Si, además, las startups deben pagar por todo el material en línea que recopilan, puede resultar excesivamente costoso; sin embargo, las batallas anteriores entre grupos de medios y compañías de tecnología sugieren que es más probable que se dé como resultado una concesión.
En la denuncia del diario se afirma que el uso “ilegal” de millones de artículos por parte de OpenAI y Microsoft para entrenar modelos de lenguaje de gran tamaño amenaza la capacidad del Times para brindar este servicio. Señala la producción doble del chatbot ChatGPT de OpenAI. El caso sigue a quejas similares de creadores, incluida la comediante Sarah Silverman. La Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos recibió comentarios sobre posibles nuevas reglas sobre inteligencia artificial. Google, Microsoft y Adobe prometen protección para los clientes.
El caso del NYT se centra en el uso legítimo del material protegido por derechos de autor. Los usos educativos, por ejemplo, suelen constituir un uso legítimo. El trabajo creativo tiene más protección que el material fáctico.
El impacto también importa. El NYT puede argumentar que ChatGPT va a eliminar su modelo de suscripción. Los dos no están en igualdad. El diario tiene alrededor de 10 millones de suscriptores, mientras que ChatGPT tiene más de 100 millones de usuarios. Este no es el único desequilibrio. OpenAI tiene un valor estimado de 53 veces las ventas de 2023; el Times en poco más de 3 veces.
Pero hay factores que complican la situación a favor de la IA. La inteligencia artificial generativa se entrenó con vastos conjuntos de datos. No está diseñada para desenredar la producción y verificar la atribución. OpenAI y Microsoft también pueden afirmar que los modelos de tecnología no copian, sino que aprenden del material para producir contenido nuevo.
Esta es la razón por la que las compañías de medios en realidad buscan acuerdos de licencia, no leyes. OpenAI ya tiene un acuerdo con Axel Springer y The Associated Press. Se informa que algunos medios de comunicación están en conversaciones con Apple. El fallido intento de Viacom de demandar a YouTube por infracción de derechos de autor en 2007 muestra por qué. Después de perder el caso llegó a un acuerdo sin pago.
YouTube hizo algunas concesiones. Los propietarios pueden solicitar que se elimine el contenido, por ejemplo. Se puede llegar a un acuerdo similar entre compañías de medios y startups de inteligencia artificial.
Un caso en tribunales producirá una nueva forma de medir el valor de la creación de contenidos en la era de la inteligencia artificial, pero es poco probable que el caso del Times llegue tan lejos. Es posible que sea una noción desconocida en el ámbito tecnológico, pero tiene más que ver con el flujo de efectivo que con la disrupción de la industria.