Las acciones relacionadas con el hidrógeno alcanzaron sus niveles más altos en más de una década, ya que los inversionistas apuestan a que los esfuerzos por reducir las emisiones contaminantes harán que este elemento sea una alternativa viable para los combustibles fósiles en los vehículos.
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Para los que respaldan esta fuente alternativa de combustible ha sido una larga espera para que se reanude el interés desde un breve apoyo hace más de 20 años, pero para los mercados la comparación también ofrece una lección para tener cautela: la rapidez con la que puede disiparse la emoción en torno a una tecnología en particular.
La ola actual de optimismo elevó el precio de las acciones de Ceres Power, que cotiza en Londres —un fabricante de celdas de combustible que convierte el hidrógeno y el oxígeno en electricidad— en 57 por ciento en lo que va del año, a pesar de que la compañía todavía no logra obtener utilidades. Peers Ballard Power, con sede en Canadá, y Plug Power, con sede en EU, subieron 300 por ciento desde principios del año pasado, a pesar de que también son compañías que manejan pérdidas.
La gran tendencia alcista en el sector es la comprensión de que alejarse de los combustibles fósiles “no solamente se trata de baterías, necesitas celdas de combustible también”, dijo Phil Caldwell, director ejecutivo de Ceres. Para los creyentes, el aumento de los precios de las acciones refleja la expectativa de que el hidrógeno se va a beneficiar de un gran impulso para descarbonizar la economía mundial, y como un insumo en la fabricación de acero y cemento.
Los nuevos accionistas pueden señalar otra categoría de inversionistas: algunas compañías industriales grandes, entre ellas Bosch y Cummins, invirtieron alrededor de mil millones de dólares (mdd) en empresas de celdas de combustible en los últimos años. El fabricante de motores diésel más grande de China, Weichai Power, es propietario de una participación en Ceres y Ballard.
“Los beneficios de largo plazo del hidrógeno son convincentes y vemos mucha comercialización de nuevos productos”, dijo Claes Orn, presidente de Thematica, un fondo con sede en Luxemburgo que invierte en el sector. “Cuando hablamos sobre el medio ambiente y ves todas las discusiones de los medios en todas partes, es realmente una escena de moda”.
Para algunos inversionistas, esta exuberancia tiene una fuerte sensación de finales de la década de 1990. En ese entonces, el interés en las compañías de hidrógeno aumentó cuando los grandes grupos automotrices comenzaron a invertir en tecnología de celdas de combustible. Esto impulsó el precio de las acciones de Ballard a un récord de 165.05 dólares canadienses en septiembre de 2000, antes de desplomarse por debajo de 15 dólares canadienses dos años después luego de que la demanda del consumidor no logró concretarse.
“El hidrógeno está recibiendo mucha atención en este momento. Creo que es muy similar a los ciclos de sobreexpectación (hype cycle) anteriores”, comentó Gniewomir Flis, analista de Aurora Energy Research.
Los analistas de Panmure Gordon dijeron que es “prudente hacer una pausa para tomar un respiro muy necesario” después de la subida de los precios de las acciones. El sector cotiza a un múltiplo de 22 veces el valor de empresa a las ventas anuales esperadas de este año, dijo el corretaje. Eso se compara con una relación de dos en el índice bursátil FTSE All-World.
Las altas valoraciones se impulsaron por una ola de fondos de inversión que se enfocan en factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés), dijo Craig Irwin, analista de Roth Capital. “Es parte de un repunte secular en sustentabilidad que espero sea una tendencia alcista de varios años”, señaló.
La preocupación para los inversores es la misma que la última vez: si la emoción está justificada.
La mayor parte del hidrógeno se produce a partir de combustibles fósiles como el gas natural. Uno de los grandes retos, dicen los analistas, es que la producción a partir de fuentes de energía renovables y de la electrólisis del agua está muy lejos de ser competitiva en cuanto a costos.
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SE REQUIERE DE GRANDES INVERSIONES
El Hydrogen Council (Consejo del Hidrógeno), un organismo respaldado por la industria, dijo que se necesitan alrededor 70 mil mdd en inversión para 2030 para que este material pueda alcanzar a otras alternativas con bajas emisiones de carbono. Eso requerirá un gran aumento en la capacidad de los electrolizadores, inversión en el reabastecimiento de combustible y redes de distribución y mejoras en los gasoductos.