Joe Biden declaró que se opone a la propuesta de compra de US Steel por parte de Nippon Steel por valor de 14 mil 900 millones de dólares, al afirmar que es “vital” que la compañía siderúrgica estadunidense siga siendo “de propiedad y operación nacional”.
El presidente de Estados Unidos describió su decisión como un esfuerzo por ponerse del lado de los trabajadores estadunidenses, en un momento en el que se encuentra bajo presión en su campaña de reelección para conservar el voto obrero frente al agresivo cortejo de su rival republicano Donald Trump.
Pero se corre el riesgo de que la declaración dañe la relación de Washington con Japón, uno de sus aliados más cercanos, en un momento en el que EU intenta reunir a aliados y socios en la región para contener a un régimen beligerante en Pekín.
“Es importante que mantengamos empresas siderúrgicas estadunidenses fuertes impulsadas por trabajadores siderúrgicos estadunidenses”, dijo Biden. “Le dije a nuestros trabajadores del acero que los voy a defender, y lo dije en serio”.
Biden se describe a sí mismo como el presidente más favorable para los sindicatos en la historia de EU y apuesta por el apoyo de los trabajadores sindicalizados en noviembre. Las acciones de US Steel cerraron la jornada bursátil con una caída de 6.39 por ciento.
La intervención de Biden se produce un día después de que Financial Times fuera el primero en informar que se estaba preparando para expresar su preocupación por la propuesta de adquisición de la siderúrgica con sede en Pensilvania por parte del grupo japonés.
La semana pasada, Nippon Steel presentó de manera formal el acuerdo ante el Comité de Inversión Extranjera en EU (CFIUS, por su sigla en inglés), el panel interinstitucional que examina los acuerdos que vienen del extranjero en busca de amenazas a la seguridad nacional. La intervención de Biden plantea dudas sobre cómo procederá el CFIUS en su investigación.
“Con base en prácticas anteriores, es probable que el CFIUS estuviera en camino de aprobar el acuerdo, probablemente con algunas condiciones relacionadas con la protección de la producción nacional de acero y los empleos relacionados”, dijo Emily Kilcrease, experta de CFIUS en el grupo de expertos Center for a New American Security. “Pero, con la declaración del presidente oponiéndose al acuerdo, CFIUS se encuentra en la posición incómoda de tener que realizar ingeniería inversa en su evaluación de riesgos para adaptarla a un resultado determinado”.
La intervención se produce menos de un mes antes de que el primer ministro japonés, Fumio Kishida, llegue a Washington para una visita de alto perfil diseñada para subrayar la importancia de la alianza que existe entre Estados Unidos y Japón.
Heino Klinck, antiguo alto funcionario del Pentágono para Asia, dijo que el momento de la declaración de Biden es “inoportuno, por decir lo menos” al tener en cuenta la visita de Kishida. Añadió que se produjo cuando el Congreso debate una legislación para prohibir TikTok y puede alimentar una narrativa del gobierno chino sobre la xenofobia en EU.
La medida corona meses de debate dentro de la Casa Blanca sobre cómo responder a un acuerdo que desató una reacción política negativa en Washington y Pensilvania, un estado pendular (en disputa) crítico.
Trump, que también corteja a trabajadores sindicalizados en Pensilvania y otros grandes estados industriales, prometió el mes pasado bloquear “absolutamente” el acuerdo con Nippon Steel si gana la elección.
“Lo bloquearía al instante. Absolutamente”, dijo a los periodistas después de reunirse el mes pasado con la International Brotherhood of Teamsters, uno de los sindicatos más grandes de EU. Trump indicó que es “algo horrible” que se pudiera vender US Steel a una entidad extranjera. “Salvamos la industria del acero, ahora Japón está comprando US Steel”, añadió. “Es terrible”.
El sindicato United Steelworkers, con sede en Pittsburgh, desde hace mucho tiempo se opone a la adquisición.
“Permitir que una corporación de propiedad extranjera compre uno de los mayores fabricantes de acero de nuestra nación nos deja vulnerables cuando se trata de satisfacer nuestras necesidades de defensa e infraestructura crítica”, indicó United Steelworkers. “Las declaraciones del presidente Biden deben poner fin al debate: US Steel debe seguir siendo ‘de propiedad y operación nacional’”, añadió.
Bob Casey, el senador demócrata de Pensilvania que también enfrenta una difícil candidatura a la reelección en noviembre, de inmediato acogió con agrado la declaración de Biden y dijo: “Los trabajadores de Pensilvania son el mayor activo de la industria siderúrgica estadunidense”.
Casey señaló que “desde hace mucho tiempo tenía la preocupación de que esta posible venta pudiera ser un mal negocio para nuestros trabajadores”.
Casey, quien es probable que en noviembre se enfrente al candidato republicano y ex ejecutivo de Bridgewater, David McCormick, añadió que su “prioridad número uno” es “proteger los empleos sindicales”, y agregó: “Trabajaré como un demonio en contra de cualquier acuerdo que se olvide de nuestros trabajadores siderúrgicos”.