Kasparov advirtió sobre Putin, pero Occidente no lo escuchó

Las democracias liberales rechazaron las alertas sobre el autoritarismo del presidente y no creyeron que aceptaría el castigo económico con tal de expandirse

El maestro del ajedrez prevé que la “guerra terminará con la bandera ucraniana en Sebastopol”. Pedro Nunez/Reuters
Gillian Tett
Londres /

Hace algunos años, el excelso gran maestro de ajedrez ruso Garry Kasparov vino a cenar a mi casa en Nueva York. Fue una noche inolvidable e intensa. Mientras disfrutábamos nuestros postres, Kasparov deleitó al grupo de políticos y financieros estadunidenses reunidos con sus opiniones sobre Rusia, un país del que huyó en 2013 después de desafiar a Vladímir Putin. Kasparov advirtió que el mandatario se volvía cada vez más autoritario, más aislado de Occidente y, como resultado, se podía desquitar con sus vecinos, como Ucrania, de una manera peligrosa.

Cuando el resto de la mesa desestimó su catastrofismo, Kasparov se exaltó, la conversación se puso tan intensa que decidí mantener la paz y cambiar el tema al ajedrez. 

Cuando nos pusimos al día por teléfono, recordó esa noche: “Estoy asombrado por la falta de disposición de la gente (de Occidente) de escuchar estas advertencias, porque crecí en la Unión Soviética y conocía todo sobre los acontecimientos del siglo XX. Sabía que podían detener a Hitler en 1935, 1936 y 1937 y no lo hicieron, pero me enfrenté al rechazo”.

¿Por qué en Occidente rechazaban el análisis de Kasparov? Muchos reaccionaron con total conmoción a la invasión a Ucrania. Entre los mayores culpables se encuentran las élites de Occidente con negocios en Rusia. “¡Nadie esperaba que Putin realmente invadiera!”, me dijo el fin de semana un ex director expatriado de una firma de materias primas rusa.

Los líderes occidentales y los grupos empresariales se hacían de la vista gorda cuando Putin pronunciaba discursos que demostraban su agenda nacionalista y expansionista. Peor, no lograron apreciar lo aislado que había quedado Putin. La idea de que podía estar tan empeñado en la destrucción de la democracia y la expansión de Rusia que estaría dispuesto a aceptar un profundo dolor económico no se tomó en serio.

“No es que sus acciones se hicieran en la oscuridad; todo ocurrió a la vista de todos”, dice Kasparov. “Pero tras la Guerra Fría hubo una especie de alergia a cualquier advertencia sobre la repetición de los acontecimientos. Existía esta suposición de que Putin nunca destruiría los negocios porque parecía irracional que lo hiciera”.

Kasparov cree que Putin “ya perdió” la batalla, en el sentido de que su objetivo clave de anexar Ucrania fracasó. “No creo que un líder ucraniano pueda aceptar nada menos que la devolución del territorio (en Crimea). Esta guerra terminará con la bandera ucraniana en Sebastopol”.

Pero señala que “no está claro qué precio pagarán los ucranianos por esto”, ya que será una tontería esperar que Putin retroceda solo por el dolor económico. En su opinión, la única herramienta que puede obligar a una conclusión positiva rápida es que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) respalde una zona de exclusión aérea o se involucre de forma directa. “Putin solo respeta la fuerza”.

Un estancamiento amenaza con más sufrimiento y destrucción en Ucrania. En cualquier caso, a medida que la tragedia se desarrolla, es una poderosa reprimenda a Occidente sobre los peligros de un pensamiento limitado y de asumir que todos ven el mundo a través del prisma de un balance. La próxima vez que una idea impopular provoque una discusión en mi mesa, dejaré que siga. A veces hay cosas más importantes en juego que ser educado.


LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.