¿La inflación afectó las ventas minoristas de EU?

Se estima que las operaciones subieron 0.7% en abril por la disposición de los consumidores de gastar; el índice de precios británico, en su máximo en 30 años

El indicador de ese país se mantuvo en el nivel más alto en las últimas cuatro décadas. Shutterstock
Valentina Romei y Alexandra White
Londres /

Se espera que las ventas minoristas de Estados Unidos registren un crecimiento durante abril, una señal de que a los consumidores aún no los desalientan los niveles altos de inflación.

Los economistas encuestados por Reuters pronostican un aumento de las ventas minoristas en EU de 0.7 por ciento mes a mes en abril. Se esperaba que las ventas, sin incluir los vehículos de motor y las autopartes, subieran 0.3 por ciento después de registrar un aumento de 1.1 por ciento en marzo. 

Los precios más altos y la disposición de los consumidores a gastar puede ser la razón del aumento de las ventas el mes pasado, dijo Oren Klachkin, economista principal de EU en Oxford Economics.

Aunque la inflación se moderó en abril, se mantuvo en el nivel más alto de las últimas cuatro décadas, ya que se disparó a un ritmo anual de 8.3 por ciento en abril, frente al 8.5 por ciento de marzo.

“Aunque las ventas minoristas subieron 27 por ciento desde que comenzó la pandemia, nuestras estimaciones muestran que las ventas al por menor ajustadas a la inflación solo subieron 7 por ciento en ese periodo”, dijo Klachkin.

Según James Knightley, economista jefe internacional de ING, las categorías que hay que observar son automóviles y gasolina. “Este componente debe registrar un aumento decente de las ventas nominales”, afirmó.

Reino Unido

Se espera que la inflación de Reino Unido continúe su fuerte tendencia al alza en los próximos meses, manteniéndose muy por encima del objetivo del Banco de Inglaterra de 2 por ciento.

El crecimiento anual de los precios al consumidor alcanzó en marzo un nuevo máximo de 30 años, de 7 por ciento, impulsado por el aumento de las tarifas de la energía. Sin embargo, la inflación subyacente, que excluye la energía, los alimentos y el tabaco, también superó las estimaciones de los analistas, al ubicarse en 5.7 por ciento.

Dado que el tope de precios de la energía de Ofgem —el regulador de energía de Reino Unido— aumentó 54 por ciento en abril, se espera que la lectura del mes pasado haya alcanzado el nivel más alto desde que comenzaron los registros comparables en 1989. Los economistas encuestados por Reuters prevén una cifra global del IPC de 9.1 por ciento, con una inflación subyacente de 6.2 por ciento.

El aumento del tope de precios de la energía hará que la inflación suba en 1.6 puntos porcentuales, calculó Sandra Horsfield, economista de Investec, pero las presiones sobre los precios se intensifican desde varios frentes: el IVA en el sector de la hospitalidad, un aumento de las facturas de telecomunicaciones y del agua y un alza del combustible para el transporte.

Se prevé que la inflación anual suba a 9.1 por ciento y la subyacente se dispare a 6.3 por ciento.

A principios de mayo, el Banco de Inglaterra estimó que la inflación al consumo podía alcanzar un máximo en otoño en torno a 10 por ciento, lo que puede sumir a la economía en una recesión. Los economistas encuestados por Consensus Economics revisan a la baja sus previsiones de crecimiento para este año, después de que la invasión de Rusia a Ucrania avivara aún más las presiones sobre los precios.

Criptomonedas

La confianza de los inversionistas minoristas hacia los activos especulativos se deterioró este año, ya que el aumento de la inflación, las alzas de las tasas de interés y la incertidumbre avivan los temores sobre el crecimiento mundial.

En un entorno bursátil caracterizado por la volatilidad, las acciones de alto crecimiento que se encontraban entre los mayores ganadores de los primeros días de la pandemia se desinflaron, desde la empresa de fitness interactivo Peloton hasta el gigante del streaming Netflix.

Pero es el sector de las criptomonedas, de 1.3 billones de dólares, el que sacudió los mercados financieros en los últimos días. El precio del bitcóin cayó el jueves a apenas 25 mil 390 dólares, más de un 60 por ciento por debajo de su máximo de casi 70 mil dólares en noviembre.

Esta caída se produjo después de que la criptomoneda fuera golpeada por uno de sus mayores desafíos hasta la fecha, cuando la stablecoin Tether —una herramienta fundamental en el universo de los tokens digitales— no pudo mantener brevemente su vínculo prometido de uno a uno con el dólar estadunidense.

La pregunta que se plantea ahora es si el nerviosismo provocado por la ruptura de la vinculación de Tether con el dólar agravará la preocupación de los inversionistas minoristas por los denominados activos de riesgo. La caída de Tether se produjo pocos días después de la quiebra de su competidor más pequeño, TerraUSD.

“El mercado de criptomonedas siente las sacudidas  de las stablecoins y se le pone a prueba hasta el fondo”, dijo el jefe de estrategia de capitales de Saxo Bank, Peter Garnry, con “señales de pánico y presiones de ventas masivas”.

Los analistas afirman que el contagio de las recientes perturbaciones de las criptomonedas puede afectar a los activos de mayor riesgo en regiones más allá de Estados Unidos y Europa. Según el banco JPMorgan, “los nuevos inversionistas minoristas japoneses que datan del inicio de la pandemia de covid-19 no solo tienen acciones sino también activos especulativos” y “la reciente venta de criptomonedas deprime el apetito por el riesgo de estos inversionistas, en su mayoría a corto plazo”.


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