Los bancos centrales deben aceptar la “verdad incómoda” de que tal vez tengan que tolerar un periodo más largo de inflación por encima de su objetivo de 2 por ciento para evitar una crisis financiera, advirtió la subdirectora del FMI.
Gita Gopinath dijo en la conferencia anual del Banco Central Europeo celebrada en Sintra, Portugal, que los responsables de la formulación de políticas corren el riesgo de tener que elegir entre resolver una futura crisis financiera en los países más endeudados o elevar lo suficiente los costos de endeudamiento como para controlar una inflación persistente.
“Todavía no llegamos a ese punto, pero es una posibilidad”, declaró Gopinath al Financial Times antes de su discurso. “En ese entorno es cuando se podría ver a los bancos centrales ajustar su función de reacción y decir ‘Muy bien, tal vez toleremos que la inflación sea más alta durante más tiempo’”.
Los altos niveles de deuda de muchos gobiernos europeos los dejan vulnerables a otra crisis financiera, dijo Gopinath, que el año pasado fue ascendida de economista jefe del FMI a subdirectora gerente.
“Estamos entrando en un periodo en el que tenemos que reconocer que la inflación está tardando demasiado en bajar al objetivo —esa es mi primera verdad incómoda— y eso significa que corremos el riesgo de que la inflación se arraigue”, dijo Gopinath.
“Cuando los gobiernos carecen de espacio fiscal o de apoyo político para responder al problema, los bancos centrales tal vez tengan que ajustar su función de reacción de la política monetaria para tomar en cuenta las tensiones financieras”, dijo en su discurso.
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Pero agregó que debería haber un “listón muy alto” antes de que los principales bancos centrales acepten que la inflación se mantenga por encima de su objetivo de 2 por ciento durante más tiempo, porque podría hacer que el crecimiento de los precios se afiance aún más, como ocurrió en Estados Unidos en la década de 1960.
La tensión financiera en la eurozona “tal vez también tenga efectos regionales diversos, con un aumento mayor de los diferenciales (de tasas de interés) en algunas economías con un alto nivel de endeudamiento”, y esto podría “amplificar otras vulnerabilidades derivadas del endeudamiento de los hogares y de una gran proporción de hipotecas a tasa variable en algunos países”, dijo.
Gopinath dijo en su discurso que el BCE y otros bancos centrales “deberían estar preparados para reaccionar con firmeza” ante las señales de persistencia de la inflación, incluso si eso conduce a un “enfriamiento mucho mayor” de los mercados laborales.
El BCE ya subió su tasa de depósito de referencia a un ritmo sin precedentes, desde -0.5 por ciento del año pasado hasta 3.5 por ciento a principios de este mes, y señaló que es “muy probable” otro aumento de un cuarto de punto en julio.
Los gobiernos también podrían ayudar a combatir la inflación reduciendo el gasto financiado con déficit para recortar la demanda y disminuir la cantidad en la que el BCE necesita subir las tasas, dijo.
“Dadas las condiciones económicas que tenemos, tanto por la elevada inflación como por los niveles de deuda históricamente altos, ambas exigirían un endurecimiento de la política fiscal”, dijo. “Si se observan los déficits fiscales previstos para muchos países del G7, parecen demasiado elevados durante demasiado tiempo”.
El BCE creó un programa de compra de bonos, denominado instrumento de protección de la transmisión, diseñado para evitar que el aumento de los costos de endeudamiento desencadene otra crisis de deuda soberana en la eurozona. Pero todavía no se pone a prueba, y Gopinath dijo que se podría hacer más para prepararse ante posibles tensiones financieras.
Llamó a los gobiernos de la Unión Europea a acordar nuevas reglas para reducir sus déficits presupuestarios y niveles de deuda, que ya superaron ciento por ciento del PIB en muchos países, entre ellos Francia e Italia, y a crear un sistema único de garantía de depósitos para todos los bancos de la eurozona que sustituya al actual mosaico de sistemas nacionales.