La inmigración es un tema tan esencial como imposible

En Estados Unidos como en Reino Unido las encuestas muestran que es una cuestión destacada y divisiva; una posible solución serán los contratos de trabajadores temporales, aunque pocos la aceptarán

La inmigración es un tema tan esencial como imposible
Martin Wolf
Londres /

En las democracias ricas, la inmigración está provocando una feroz reacción hostil. Eso no es de extrañar. Mientras unos cuantos insisten en que todo el mundo tiene derecho a compartir la prosperidad y la libertad de estos países, muchos de sus conciudadanos ven a los que pretenden entrar más bien como invasores. Del mismo modo, la visión benigna de la economía que tienen los economistas ignora el hecho de que los inmigrantes son personas cuyos descendientes pueden vivir allí permanentemente. Entonces, la inmigración tiene que ver con la identidad nacional.

En las recientes elecciones europeas, las actitudes hacia los inmigrantes fueron decisivas para generar apoyo a los partidos nacionalistas. En EU, la feroz campaña de Donald Trump contra la gente que cruza la frontera sur ha sido una poderosa fuente de su atractivo. En su discurso ante la convención republicana, afirmó que “los criminales del mundo vienen aquí, a una ciudad cerca de ustedes, y son enviados por sus gobiernos”. Tanto en Estados Unidos como en Reino Unido, las encuestas muestran que la inmigración es un tema destacado y divisivo: Trump sabe muy bien lo que está haciendo y por qué.

Lant Pritchett, uno de los principales pensadores del mundo sobre el desarrollo económico, argumenta en un artículo sobre “la aceptabilidad política de la movilidad laboral por tiempo limitado”, los cambios demográficos pueden forzar una apertura en la “ventana de Overton” de lo que se puede discutir en inmigración. Los países de altos ingresos tal vez tengan que abandonar la visión binaria actual de las opciones —la exclusión o un camino hacia la ciudadanía— en beneficio de sus propios intereses.

Comencemos con este último. La diferencia en los salarios promedio entre los países ricos y los más pobres es asombrosa. En 2021, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, el poder adquisitivo de los ingresos mensuales promedio en Etiopía era 5 por ciento del de Alemania. Incluso la de India solo era de 15 por ciento.

Estas diferencias crean tanto la mayor oportunidad de arbitraje del planeta como enormes ganancias potenciales en materia de bienestar. Pritchett argumenta que si a mil 100 millones de personas se les permitiera mudarse y su ganancia salarial promedio fuera de 15 mil dólares anuales en términos de poder adquisitivo, la ganancia total sería de 16.5 billones de dólares. Esto, añade, sería más de 100 veces más grande que los beneficios para los países en desarrollo de toda la ayuda para el desarrollo.

Sin embargo, si bien esas brechas salariales crean un enorme incentivo económico para que los pobres se trasladen a países ricos, aunque sea de manera temporal, relativamente pocos son capaces de hacerlo: los controles son demasiado estrictos y los costos y riesgos muy grandes; sin embargo, esto puede cambiar, argumenta. En primer lugar, la combinación de envejecimiento con una baja fertilidad histórica generará aumentos tan grandes en la proporción entre personas mayores y personas en edad de trabajar que el apoyo a los primeros será inasequible sin inmigración. En España, por ejemplo, esta relación se desplomará desde 2.45 en 2020 a 1 en 2050.

En segundo lugar, muchos empleos esenciales no son calificados, pero los trabajadores deben estar presentes. El cuidado de las personas mayores es un ejemplo.

Tercero, la gente de los países ricos se dará cuenta de que existe otra opción: el trabajo por contrato temporal, sin reunificación familiar ni una ciudadanía.

En cuarto lugar, se creará una industria para organizar el movimiento de personas con contratos temporales hacia y desde los países ricos. Estas empresas asumirán la responsabilidad de cumplir con los términos requeridos.

Por último, nada de esto requiere cambios fundamentales en las actitudes hacia los inmigrantes en los países ricos, pero probablemente requerirá la creación de identidades digitales seguras para las distintas categorías de residentes legítimos. Las sanciones por emplear a personas que no posean ese tipo de identidades serán muy altas. Las sanciones que se impongan a las empresas dedicadas al movimiento de trabajadores temporales que violen sus obligaciones legales, incluidos esos trabajadores, también deberán ser punitivas.

Una objeción es que esto afianzará dos clases de seres humanos: personas de primera clase con derecho a vivir en países de altos ingresos y personas de segunda clase que, en el mejor de los casos, solo tendrán residencia temporal en los primeros, con el fin de trabajar allí. Pero el acuerdo no impedirá que los países también permitan la entrada de personas de forma permanente. Más importante aún es que esta propuesta ofrecerá muchas más oportunidades, posiblemente incluso transformadoras, a esa segunda clase de personas.

Según Pritchett, en su ronda de encuestas 2009-2010, Gallup preguntó a personas de todo el mundo si les gustaría mudarse temporalmente para trabajar en otro país. Alrededor de mil 100 millones respondieron “sí”, incluido el 41 por ciento de la población de entre 15 y 24 años y el 28 por ciento de las personas de entre 25 y 44 años. Lo mejor que no está disponible no debe ser enemigo de lo bueno.

Nada de esto es imaginable ahora, pero es probable que eso cambie. Después de todo, casi todas las personas que serán trabajadores en 2050 ya nacieron. Incluso si la gente empieza a trabajar a los 15 años, lo que ahora es muy joven, nadie que no esté vivo estará disponible para trabajar antes de 2040, sin inmigración. Si los países quieren mantener el acuerdo de bienestar intergeneracional y no pueden elevar la edad efectiva de jubilación a, digamos, 75 años, serán necesarios inmigrantes, tanto cualificados como relativamente no cualificados. Si los países no quieren abrir un camino hacia la ciudadanía plena para un gran número de personas, se verán obligados a optar por contratos temporales. Esto será más atractivo para los países con tasas de natalidad cercanas a un hijo por mujer.

Si la inmigración masiva sigue siendo inaceptable, pero se vuelve esencial, entonces hay que encontrar algo más aceptable. La única solución probable son los contratos temporales. Pocos aceptarán esta opción, pero será mejor que las alternativas. Ya llegará su momento.

Financial Times Limited. Declaimer 2021

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