Los lectores de Swamp Notes saben que soy una admiradora de la mayoría de las políticas económicas del presidente Joe Biden; sin embargo, hay pocas dudas de que todavía no resuenan políticamente. Como señaló el encuestador demócrata Stanley Greenberg la semana pasada en las páginas de Financial Times, la crisis del costo de la vida significa que el efecto del crecimiento del empleo bajo el actual gobierno se ve empañado por los precios de los alimentos y la energía.
De hecho, 64 por ciento de los votantes afirma que la inflación y el costo de la vida son sus principales preocupaciones, de acuerdo con la encuesta de Greenberg. Así que el hecho de que esta administración orquestó un aterrizaje suave casi perfecto no importa en realidad, porque la gente simplemente no lo siente.
Más allá de eso, creo que uno de los problemas de la Bidenomía es su horizonte temporal, que se mide en años, no en meses. La Casa Blanca aprobó leyes que diseñadas para ser a largo plazo (estímulo fiscal histórico frente a recortes de impuestos). Es difícil salir en CNN, y en solo tres minutos, transmitir el hecho de que esta administración trata de orquestar un cambio de paradigma que se aleja de medio siglo de economía de derrame y del Consenso de Washington, ya que crea una economía basada en el crecimiento de los ingresos y no de los precios de los activos. Son temas grandes y complejos, no frases hechas, y no resuenan además en la mesa de la cocina.
Finalmente, creo que el término la Bidenomía es en sí misma demasiado partidista: si no te agrada el presidente, le das la espalda desde el principio. También pueden ser demasiado negativas. Gran parte del mensaje de la Bidenomía consiste en señalar lo que no ha funcionado, como el enfoque de que los mercados son los que saben o políticas antimonopolio fallidas que llevan a la especulación de precios por parte de las empresas; sin embargo, esas cosas no invitan a los votantes a participar. Una vez más, son un panorama demasiado amplio y no presentan una visión optimista y compartida.
Creo que llegó el momento de replantear la Bidenomía (el mensaje, no las políticas). Para empezar, la inflación está bajando, por lo que el mayor obstáculo para una visión más positiva del desempeño económico del presidente se está desvaneciendo. La Reserva Federal de Estados Unidos pretende realizar tres recortes de las tasas de interés en 2024, incluso cuando los mercados laborales siguen siendo bastante sólidos de acuerdo con sus pronósticos. Esto significa que podemos ver un entorno de Ricitos de Oro en el que los precios de los activos se mantengan altos incluso cuando la inflación disminuya. Crucemos los dedos, aunque, como explico en mi columna de hoy, las perspectivas económicas del próximo año serán mucho menos binarias, con más matices e imprevisibilidad, de lo que la mayoría de los participantes parecen pensar. Esto se debe a que la pandemia de covid-19, la reducción de riesgos en la cadena de suministro a escala global y el arbitraje de tasas de interés a largo plazo que se desarrollan en los sectores de consumo y empresarial están rompiendo viejos patrones de mercado.
Greenberg argumenta con razón que el presidente debe abandonar la Bidenomía como término, pero, ¿cómo debe llamarse su enfoque económico? ¿Y cómo se debe enviar el mensaje? Victor Hwang, un capitalista de riesgo que inició un grupo de defensa del espíritu empresarial llamado Right to Start, tiene algunas ideas interesantes sobre este tema.
Hwang estuvo consultando a políticos de ambos lados del espectro en varios estados, además de encuestar a votantes y emprendedores, y su opinión es que creen que el sueño americano ya no está a su alcance. La gente siente que tanto el gobierno como las grandes empresas están obstaculizando su capacidad para salir adelante. Sí, hay muchos agricultores cuyas utilidades se ven erosionadas por los grandes intermediarios, y los márgenes farmacéuticos pueden hacer que los medicamentos que salvan vidas sean inasequibles. Todos estos son temas de debate de Biden.
Pero Hwang ha hablado con operadores de carritos de comida latinos que tienen que esperar más de un año para obtener permisos estatales para iniciar un negocio. La burocracia gubernamental también es un gran problema en campos más estratégicos; vean la columna de mi colega Brooke Masters sobre cómo la transición a la energía limpia no puede ocurrir si las empresas no pueden obtener los permisos para hacerlo. También hay mucho que decir sobre cómo los mercados inmobiliarios mal regulados dificultan que las personas se muden a lugares donde hay oportunidades.
Entonces, ¿qué pasará si el presidente de Estados Unidos hablara menos de problemas y más de oportunidades, de cómo está creando un campo de juego nivelado para que la gente pueda ascender y de cómo está derribando las barreras corporativas y gubernamentales para el sueño americano? Incluso se puede darle la vuelta a la historia de la inmigración y centrarse en reducir la inflación: se puede hablar de garantizar que los inmigrantes tengan acceso al trabajo, en lugar de enfocarse solo en el aspecto de derechos humanos de la migración, para aliviar los puntos de presión en los mercados laborales que reducirá los costos de la gente común.
Quizás estoy siendo panglosiana, pero no puedo creer que no haya una manera de crear un mensaje ganador que hable sobre cuáles son en realidad las políticas económicas correctas. Ed, ¿qué piensas? ¿Tienes alguna idea sobre un mejor lema para reemplazar la Bidenomía? Aliento a los lectores a reflexionar sobre esto durante las vacaciones y a enviar también sus opiniones, pues Swamp Notes se tomará unos días de descanso y regresará en 2024.
Lecturas recomendadas
-Estuve reflexionando sobre un artículo de portada muy interesante en Foreign Affairs, de Fareed Zakaria, que argumenta que Estados Unidos se volvió innecesariamente inseguro sobre el mundo que forjó. Aunque no estoy de acuerdo con todos los puntos, me gusta el optimismo que refleja el autor y creo que es cierto que los estadunidenses nos inclinamos a ser más críticos sobre nuestras propias perspectivas de lo que necesitamos ser (o, en muchos casos, de lo que son los extranjeros).
-The New York Times tenía una perspectiva histórica realmente buena sobre las guerras que se desarrollan en Gaza y Ucrania en el contexto del colonialismo que, por supuesto, se está sacando a relucir para explicar ambos acontecimientos. El siempre sensato corresponsal de asuntos exteriores Roger Cohen nos da la historia en Cliff Notes del colonialismo y cómo varios grupos de interés globales se ven a sí mismos a través de esta lente. Un buen trasfondo para entender mejor las protestas en los campus de Estados Unidos por Gaza, y la consiguiente preocupación por el antisemitismo en algunos sectores.
-La revista Bloomberg da en el clavo al analizar la guerra de los estados rojos contra las ciudades azules. La imposición de políticas legislativas estatales conservadoras en ciudades progresistas puede desbaratar la migración de trabajadores del conocimiento (que suelen ser progresistas) a lugares como Tennessee o las Carolinas.
-No se pierdan el reportaje de John LeCarré dentro de Financial Times sobre espías chinos que reclutan a un político de extrema derecha en Bélgica como activo de inteligencia. Se trata de un proyecto conjunto realizado con Der Spiegel y Le Monde, y donde se muestra mucho sobre cómo han crecido las operaciones de inteligencia chinas en Occidente.
Edward Luce responde
Rana, no tengo mucho que añadir a lo que he dicho antes sobre la Bidenomía. No creo que sea un problema de mensaje. Sin importar quién tenga la culpa —principalmente un virus de un mercado húmedo de Wuhan en mi opinión— los ingresos promedio de los hogares apenas han recuperado el nivel en el que estaban en 2019. Así que no debe sorprendernos que los votantes no se sientan especialmente animados con sus finanzas.
El llamado de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, al punto máximo del ciclo de las tasas de interés la semana pasada fue la mejor noticia de Joe Biden en meses. Si las tasas bajan lo suficientemente rápido a principios de 2024 y los votantes tienen la sensación de que la expansión monetaria continuará, es probable que el mandatario estadunidense pueda ver que mejoran sus cifras en las encuestas; sin embargo, será algo muy reñido.
Suele haber un desfase de dos trimestres entre un acontecimiento económico y un cambio en el sentimiento de los votantes. Eso significa que Biden necesita buenas noticias económicas antes de junio. Powell y su junta de la Reserva Federal tendrán un gran impacto en lo que suceda el próximo noviembre.
Sus comentarios
Y ahora unas palabras de nuestros lectores de Swamp Notes.
En respuesta a: “Seguramente el ‘sentimentalismo’ del presidente Joe Biden tiene una visión fría de los márgenes de voto en los estados clave. A pesar de los comentarios sobre las diferencias de actitud de los jóvenes hacia Israel, sería un político valiente en Estados Unidos desafiar al grupo de cabildeo en un año de elecciones presidenciales”. Hugh Williams.