La libra se acercó ayer a su nivel más débil en décadas, en una señal de que la confianza de los inversionistas en los mercados de Reino Unido se muestra tambaleante mientras Liz Truss se prepara para tomar las riendas como primera ministra.
La libra llegó a cotizar a 1.1444 dólares, apenas por encima del mínimo que alcanzó durante la crisis del coronavirus de 2020, luego de registrar una caída de cerca de 8 por ciento en los últimos tres meses. No cotiza a niveles tan débiles de forma regular desde la década de 1980.
El rendimiento de los bonos del gobierno a 10 años también subió hasta 0.08 puntos porcentuales para alcanzar 3 por ciento por primera vez desde 2014, de acuerdo con Refinitiv. Los mercados de deuda europeos se desplomaron en las últimas semanas, algo que hizo que los rendimientos se disparen, pero la venta ha sido fuerte para los bonos del gobierno.
“El nuevo gobierno se encuentra en una encrucijada. Los anuncios de políticas de las siguientes semanas serán clave para determinar el riesgo de resultados macroeconómicos extremos en Reino Unido y la libra”, dijo Shreyas Gopal, estratega de divisas de Deutsche Bank.
Los inversionistas se han alejado de los activos de Reino Unido por la preocupación de que la alta inflación obligue al Banco de Inglaterra a subir las tasas de interés de forma brusca, algo que puede pesar sobre las perspectivas económicas del país a largo plazo.
Los precios al consumidor básicos en Reino Unido ya suben al ritmo más rápido de todo el grupo de las principales economías del G10, de acuerdo con Deutsche Bank. El Banco de Inglaterra y muchos analistas de la City de Londres esperan que el país entre en recesión a finales de este año.
El analista de divisas de Citi, Vasileios Gkionakis, dijo que la libra puede caer hasta un rango de 1.05 a 1.10 dólares a medida que la inflación más duradera, la erosión de las perspectivas de crecimiento y la “ausencia de colchones significativos en los hogares para capear la crisis de la energía” afecten a Reino Unido.
Los analistas se enfocan en los planes de Truss para aliviar la crisis del costo de la vida que pesa con fuerza sobre los consumidores y las empresas a medida que se acerca el invierno. La nueva primera ministra debe equilibrar la necesidad de proteger la economía de los efectos de la crisis energética y los riesgos de que una gran bonanza de gasto empeore la situación fiscal del país.
Los inversionistas en el mercado de divisas, de 6.6 millones de dólares por día, ya apuestan por nuevas caídas de la libra, de acuerdo con las operaciones en el mercado de futuros.
Los operadores no comerciales, que utilizan los derivados para apostar por las divisas y no para fines corporativos como la cobertura, tenían una posición corta neta de 29 mil 170 contratos el 30 de agosto, de acuerdo con datos de la Commodity Futures Trading Commission cotejados por Bloomberg. Sin embargo, la posición disminuyó desde un máximo de poco más de 80 mil contratos en mayo, ya que la libra registra una caída en los últimos meses.
Gopal señaló que si Truss trata de recortar los impuestos o de limitar las facturas de energía de los hogares, le costará al gobierno decenas de miles de millones de dólares, algo que puede empeorar la posición fiscal de Reino Unido. Un plan de gasto que se considerara “sin objetivos”, como un gran recorte del IVA, hará que se corriera el riesgo de “empeorar materialmente el ya amplio déficit por cuenta corriente y exacerbar los temores de los inversionistas sobre su sostenibilidad”, dijo.
Agregó que si el banco central conduce a Reino Unido a la recesión, pero el gobierno aumenta su gasto para apuntalar la economía, puede acabar desestabilizando aún más las expectativas de inflación y provocando una acción más firme del Banco de Inglaterra.