Los precios mundiales de las materias primas van camino de registrar el mayor aumento semanal en más de 50 años y los precios del gas natural en Europa alcanzaron un nuevo récord, ya que la guerra en Ucrania provoca “movimientos excepcionales” en los llamados commodities, que van desde el petróleo hasta el trigo.
El índice S&P GSCI, un amplio indicador del precio de las materias primas a escala mundial, se disparó 18 por ciento esta semana, lo que lo ubica en el camino del mayor aumento registrado desde 1970, de acuerdo con datos de Refinitiv. Ahora está en su nivel más alto desde 2008.
El precio del petróleo en Estados Unidos alcanzó ayer su nivel más alto desde 2008. Desde el trigo hasta el aluminio y el carbón también se dispararon, en un movimiento que tendrá profundos efectos en las empresas y los consumidores mundiales.
“Los acontecimientos en Rusia y Ucrania están desencadenando movimientos excepcionales en los precios de las materias primas, que pueden tener implicaciones estructurales en el suministro a largo plazo… pero también creemos que hay amenazas creíbles de destrucción de la demanda a medida que los precios de las materias primas se funden”, dijo Dominic O’Kane, analista de JPMorgan.
El West Texas Intermediate, la referencia del petróleo de EU, subió hasta 6 por ciento, superando los 116 dólares por barril a primera hora de la sesión; sin embargo, cerró la jornada con un descenso de 2.6 por ciento, al situarse en 107.67 dólares. El aluminio continuó su implacable marcha al alza, alcanzando otro récord. El trigo cotizaba a niveles que no se habían visto desde 2008.
En Europa, los precios al mayoreo del gas natural alcanzaron casi 200 euros por megavatio hora, mientras que el carbón térmico —que se utiliza en las centrales eléctricas— se disparó por encima de los 400 dólares la tonelada. Estos enormes incrementos harán que aumente la inflación que los bancos centrales se esfuerzan por controlar, elevando el costo de la vida en todo el mundo.
Rusia es uno de los principales proveedores mundiales de gas, petróleo, metales y granos. Las sanciones de Occidente contra Moscú evitaron dirigirse a los recursos naturales, lo que en teoría los deja disponibles para el comercio, pero los bancos, las aseguradoras, las compañías navieras y los socios comerciales están boicoteando de manera efectiva al país para reducir el riesgo legal y de reputación.
“Cada vez está más claro que el conflicto entre Rusia y Ucrania está teniendo un impacto en la demanda de petróleo ruso”, dijo Warren Patterson, analista de ING. “Los compradores son cada vez más renuentes a comprometerse”. Rusia exporta 5 millones de barriles de petróleo al día.
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El crudo Brent subió 3 por ciento hasta llegar a 116.28 dólares por barril, antes de reducir el aumento después de que el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dijo que se dirigía a Teherán para reunirse con altos funcionarios iraníes el sábado, pero cerró con un caída de 2.24 por ciento, al cotizar en 110.40 dólares.
Como consecuencia de la autosanción, los comercializadores se apresuran a encontrar otras fuentes de suministro en unos mercados que ya se encuentran escasos debido al aumento de la demanda, ya que las economías se prendieron tras la relajación de las restricciones de los confinamientos por el coronavirus. Esto está alterando los flujos comerciales establecidos desde hace tiempo y alimentando aún más las presiones inflacionarias.
“Este repunte avivará un torrente de presiones inflacionarias a medida que las bases fundamentales de la economía mundial sean cada vez más costosas”, dijo Ehsan Khoman, jefe de investigación de mercados emergentes de MUFG. “Creemos que las materias primas están alcanzando niveles en los que la destrucción de la demanda —a través de precios aún más altos— va a predominar”.
Tom Marzec-Manser, jefe de análisis de gas de la consultora ICIS, indicó que, aunque los compradores europeos con contratos a largo plazo con Gazprom siguen retirando el máximo de gas de Rusia en virtud de esos acuerdos, algunas compañías con contratos más flexibles a corto plazo comenzaron a buscar fuentes de suministro alternas, lo que provocó un aumento de la demanda.
Con las exportaciones de Ucrania y Rusia prácticamente paralizadas, el precio del trigo se disparó, y los futuros de Chicago alcanzaron los niveles más altos desde 2008, cuando el aumento de los precios de los granos desencadenó protestas y disturbios en África, Asia y América Latina.
Los precios del trigo subieron casi 40 por ciento este mes. Rusia y Ucrania representan poco menos de 30 por ciento de las exportaciones mundiales de trigo, pues envían el grano a países de Medio Oriente, el norte de África y Asia.
“La última vez que nos quedamos sin trigo tuvimos la primavera árabe. Cuando la gente no consigue su pan se enojan mucho”, dijo Cullen Gunn, director ejecutivo de Kilter Investments, un gestor de fondos especializado en inversiones agrícolas en Australia.
Todos los puertos de carga de Ucrania están cerrados y, aunque los puertos rusos del Mar Negro están abiertos, el tráfico de buques está casi paralizado. Con muchos agricultores ucranianos que son reclutados para luchar, y la escasez de fertilizantes y pesticidas, hay preocupación por la cosecha de este año, ya que la siembra de primavera del país suele comenzar el mes que viene.
La guerra en Ucrania también sacudió el mercado del carbón, pues los precios de referencia en Asia se dispararon por encima de los 400 dólares por tonelada.
“Los compradores de mercados como Europa, Japón, Corea del Sur y China se apresuran a abordar su exposición a la oferta rusa”, señaló Rory Simington, analista de Wood Mackenzie.
A principios de esta semana, las compañías navieras MSC y Maersk, que manejan el transporte marítimo del productor de aluminio ruso Rusal, suspendieron las reservaciones de carga con destino y origen en el país.
El níquel subió durante la jornada más de 5 por ciento, hasta alcanzar el máximo en 11 años de 27 mil 390 dólares por tonelada.