Los mercados de intercambio de activos digitales se apresuran a tranquilizar a sus clientes al decirles que sus fondos están a salvo, ya que la quiebra de FTX, de Sam Bankman-Fried, repercute en el sector.
Binance, el mayor centro de intercambio de criptomonedas del mundo, así como sus rivales más pequeños, como Crypto.com, OKX y Derebit, se comprometieron a publicar pruebas de que disponen de reservas suficientes para hacer frente a sus obligaciones con los clientes. Coinbase, que cotiza en Estados Unidos, también trata de distanciarse de la crisis en la que está envuelta FTX.
El repentino colapso la semana pasada de FTX y de Alameda Research, la compañía de operaciones de Bankman-Fried, que en su día se consideraba un pilar del sector, erosionó gravemente la confianza en el mercado de activos digitales. La plataforma tenía menos de mil millones de dólares en activos de venta fácil frente a 9 mil mdd en pasivos antes de irse a quiebra el viernes, informó Financial Times el sábado.
La stablecoin (criptomoneda creada para dar estabilidad al mercado) en dólares del mismo nombre de Tether se enfrentó a alrededor de 3 mil mdd en canjes en los últimos cuatro días, según CoinMarketCap.
Mientras, los balances de ether registraron una caída de 7 por ciento en los últimos quince días, hasta 22.9 millones, en los principales mercados de intercambio, incluido FTX, de acuerdo con datos de la plataforma de análisis de blockchain Nansen. A los tipos de cambio actuales, esto apunta a una caída de 2 mil mdd, lo que sugiere que algunos inversionistas retiran sus monedas de los centros de intercambio centralizados en favor de almacenarlas mediante sus propios sistemas.
El director ejecutivo de Binance advirtió la semana pasada sobre la posibilidad de una crisis “en cascada” en el sector después de la quiebra de FTX, que, según dijo, puede parecerse a la crisis financiera mundial de 2008. FTX consiguió una valoración de 32 mil mdd después de cerrar acuerdos con inversionistas de renombre y estaba desarrollando un perfil público a través de una serie de patrocinios deportivos, como la obtención de los derechos del nombre del estadio de los Miami Heat.
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