En los últimos siete años, Jaguar Land Rover (JLR )ha evolucionado de un modelo de importador a una filial con una estrategia enfocada en la personalización y la expansión de su red de concesionarios. El objetivo es ofrecer a los clientes mexicanos una experiencia de compra y servicio con estándares globales, pero con un toque de cercanía y calidez únicos en el país.
El concepto de modern luxury que define Raúl Peñafiel García, CEO de JLR en México se basa en la calidad, la innovación y la sostenibilidad. Más que acumular elementos, la marca apuesta por la simplicidad y la funcionalidad, reflejadas en el diseño de sus vehículos. Su participación en la Formula E es un ejemplo de su compromiso con un lujo responsable, que no sacrifica la sustentabilidad por la emoción.
Para fortalecer su presencia en México, la marca ha implementado estrategias como la inclusión de cinco años de mantenimiento en el precio del vehículo y la expansión de su infraestructura en la Ciudad de México. Estas mejoras han posicionado al país como una de las filiales con mayor satisfacción del cliente.
¿Qué tan importante es el mercado mexicano para la compañía?
México es uno de los cinco mercados más importantes para Jaguar Land Rover a nivel mundial. Esto se debe, en gran parte, a una coyuntura macroeconómica que, pese a los desafíos—presentes en cualquier país—, se sustenta en bases sólidas que mantienen al país altamente competitivo.
La sociedad mexicana está preparada para afrontar estos retos y seguir avanzando. Desde nuestra perspectiva en JLR, llevamos siete años operando como filial en México, consolidando nuestra presencia y apostando por su crecimiento como un mercado estratégico. Antes de asumir la operación, la compañía funcionaba como un importador, alcanzando el límite de lo que ese modelo de negocio podía lograr en un mercado tan dinámico y complejo como el mexicano.
Nuestro primer desafío fue diseñar una experiencia totalmente adaptada a México, donde cada cliente que adquiere un vehículo viva el mismo estándar de atención que tendría en París, Tokio o cualquier otra parte del mundo, pero con un toque mexicano que pone al cliente en el centro de todo. La calidad, el plan de producto y los estándares son globales, pero la calidez y cercanía que ofrecemos en México son únicas.
Además, hemos implementado un ambicioso plan de expansión en nuestra red de concesionarios para estar aún más cerca de nuestros clientes. Porque tener un Range Rover o un Defender no solo es una experiencia increíble, sino que se enriquece al formar parte de una comunidad donde se comparten vivencias y pasiones. Estas son marcas con identidades muy definidas, y nuestra misión ha sido fortalecerlas aún más.
Buscamos que el cliente llegue al concesionario con la mayor información posible, permitiendo que la conversación se centre en detalles como la elección del color del cuero—ya sea marrón o rojo—y no en la falta de visibilidad sobre opciones disponibles. Queremos que tenga un acceso total al stock, asegurando una experiencia de compra más completa y eficiente.
¿Cómo definen el concepto de lujo en la industria automotriz y qué lo diferencia del enfoque tradicional?
Hablar de lujo podría llevarnos fácilmente tres horas, solo para definir qué es realmente. Pero cuando en JLR hablamos de lujo, nos encontramos con un término que, a primera vista, puede parecer vacío: modern luxury. ¿Qué significa esto para nosotros? El enfoque de nuestras cuatro marcas —Range Rover, Defender, Discovery y Jaguar— redefine este concepto.
No se trata de cantidad, sino de calidad. Apostamos por un lujo que va más allá de lo material, centrado en la experiencia, la innovación y la sostenibilidad. Creemos firmemente en hacer algo mejor, no en hacer más por el simple hecho de hacerlo. Cada detalle cuenta, porque para nosotros, el verdadero lujo está en la excelencia, no en la acumulación. ¿Por qué adoptamos este enfoque? Porque queremos un concepto de lujo que sea verdaderamente sostenible.
A principios de enero estuve en la Fórmula E, que es un ejemplo perfecto de lo que significa este nuevo lujo. La participación de Jaguar en la Fórmula E no solo refleja su carácter emocional y apasionante, sino que también demuestra que no estamos dispuestos a sacrificar la sustentabilidad y los valores fundamentales de nuestra compañía por el simple hecho de apelar a las emociones.
Si analizamos cada una de nuestras marcas, veremos cómo este enfoque se materializa en sus diseños y filosofías. Hoy en día, muchas tendencias en la industria del lujo apuntan a la sobrecarga visual: más botones, más detalles, más líneas en los coches. Sin embargo, en vehículos como el Range Rover o el Defender, notarás un enfoque completamente diferente. Estos modelos destacan por sus líneas limpias y puras.
Cuando hablas con Gerry McGovern, nuestro jefe de diseño, te dirá que el mayor reto y el proceso que más tiempo consume es precisamente eliminar elementos innecesarios. La verdadera sofisticación no está en añadir, sino en depurar, en simplificar hasta llegar a la esencia del diseño. Ese es el modern luxury que definimos: un lujo que respira simplicidad, funcionalidad y sostenibilidad.
ÉL DICE...“Queremos que la tecnología no solo ofrezca un producto excepcional,
Sino que también haga de todo el proceso una experiencia”.
Primero, queremos que nuestros clientes tengan total visibilidad de todo lo que ofrecen nuestros productos desde el entorno digital. Que puedan explorar, descubrir y divertirse configurando su vehículo online, incluso en familia, con sus hijos o hijas. De esta manera, cuando lleguen al concesionario, la conversación con el asesor no será una clase magistral del “gurú del producto”, sino un diálogo enriquecedor entre alguien que ya conoce el vehículo y está listo para personalizar su experiencia.
En segundo lugar, buscamos que el cliente no solo conozca el producto, sino que también tenga claridad sobre la disponibilidad. Por ejemplo, si estás en México, podrás ver qué unidades están disponibles, dónde se encuentran, y saber con certeza que, vivas donde vivas —ya sea en Monterrey o en cualquier otra ciudad— tu vehículo llegará hasta ti sin complicaciones, listo para ser disfrutado.
Por último, queremos que la experiencia de propiedad sea igual de fluida. Si surge cualquier inconveniente en la carretera, el propio vehículo podrá detectar el problema y notificar al conductor: “Parece que ha surgido un inconveniente, vamos a ayudarte”. Nuestro objetivo es que cada cliente sienta que la marca está a su lado en cada paso del camino, haciendo que la aventura comience desde el momento en que piensan en adquirir uno de nuestros vehículos y continúe mucho después de salir del concesionario.
Si me preguntas hacia dónde vamos, la respuesta está en esos pequeños detalles que marcan la diferencia. Estamos trabajando en herramientas que no solo mejoran la experiencia de uso, sino también la de compra. Por ejemplo, hemos desarrollado un módulo que te permite configurar tu coche de manera personalizada. Pero entendemos que, tanto en México como en España, somos bastante impacientes. Configuras tu coche y, claro, lo quieres ya.
Por eso, estamos integrando una herramienta basada en inteligencia artificial —no un simple algoritmo, sino IA de verdad— que analiza tu configuración y te muestra opciones disponibles de inmediato, adaptadas a lo que estás buscando. De esta manera, si quieres tu coche cuanto antes, podrás tenerlo sin renunciar a la personalización. Queremos que la tecnología no solo te ofrezca un producto excepcional, sino que también haga de todo el proceso una experiencia fluida, rápida y sin complicaciones.
¿Cómo ha reaccionado el mercado ante sus estrategias de expansión y mejora en el servicio?
Cuando tomamos la filial, había una percepción de que las refacciones eran caras y el mantenimiento costoso. Nuestra primera decisión fue incluir los primeros cinco años de servicio en el precio.
Con esto, aseguramos que el cliente regrese, mantenemos el contacto con él y, además, aprovechamos la tecnología de los vehículos actuales, que notifican cuándo necesitan servicio. Ya no es necesario acudir cada año; el coche avisa cuando es momento de llevarlo al taller, lo que simplifica la operación para el cliente.
En segundo lugar, trabajamos para ampliar la capacidad de almacenamiento en México. El contexto mundial ha cambiado: antes, con un stock mínimo, las piezas llegaban en cinco días. Ahora, con las dificultades logísticas derivadas de la coyuntura geopolítica, esto ya no es viable. Por eso, hemos duplicado nuestra capacidad de almacenaje y planeamos duplicarla nuevamente.
Además, en la Ciudad de México estamos ejecutando un plan de crecimiento muy ambicioso. Es la zona donde nuestra participación de mercado es más baja a nivel nacional, pero con la entrada de nuevos inversores, tenemos un plan exigente para expandirnos. Como parte de este esfuerzo, vamos a triplicar la superficie de servicio para reducir los tiempos de espera y garantizar una mejor atención al cliente.
Actualmente, México se encuentra entre las tres filiales con mejor nivel de satisfacción en encuestas de clientes. También trabajamos con estructuras de shopper (es una persona que va a una tienda o punto de venta con la intención de comprar productos) para mejorar continuamente. Por eso, seguimos con nuestro plan de expansión para acercarnos más a los clientes y reducir sus tiempos de espera al mínimo.
¿Cómo puede México aprovechar su competitividad mundial?
Desde mi experiencia en la industria, aunque con la perspectiva de un importador, percibo un futuro prometedor para México. Con más de 12 años de trabajo vinculado al país y alrededor de 14 en la región, puedo afirmar con certeza que México posee un enorme potencial. Este no se limita únicamente al sector automotriz, sino que abarca su capacidad industrial y el desarrollo de un imaginario mexicano que, en muchas ocasiones, no recibe el reconocimiento que merece dentro de sus propias fronteras.
A nivel mundial, México se encuentra en un momento de auge, y su capacidad productiva e industrial representa una gran oportunidad para seguir consolidando su crecimiento. Su estrecha vinculación con Estados Unidos (EU) es un factor clave, especialmente en un contexto de grandes transformaciones en el país vecino. Sin embargo, México nunca ha sido tan competitivo como en la actualidad. Más allá de consideraciones políticas, existen factores geoestratégicos y políticas que juegan a su favor, sumados a una población numerosa, preparada y con una fuerte actitud de crecimiento y superación.
Desde mi perspectiva como español, percibo una diferencia clave: en España, la estabilidad ha sido la norma y los cambios suelen generar incertidumbre. En cambio, tras 12 años viviendo en México, he visto un país en constante transformación, siempre encontrando formas de adaptarse y aprovechar nuevas oportunidades.
Hoy, México no solo debe seguir identificando esas oportunidades para mantenerse fuerte, sino también capitalizar su enorme potencial para alcanzar nuevos horizontes. En el sector automotriz, el país se ha consolidado como una de las grandes potencias mundiales, tanto en mercado como en producción e integración vertical, posicionándose como un actor clave en la industria global.
GSC