Nissan puso en marcha un plan de emergencia de cambio de rumbo que incluye la pérdida de 9 mil puestos de trabajo y un recorte voluntario de 50 por ciento del salario del director ejecutivo, Makoto Uchida, tras revelar que la compañía registró pérdidas trimestrales.
El tercer mayor grupo automotriz de Japón informó sobre la reducción de la capacidad de producción global en un 20 por ciento y además recortará los costos en 400 mil millones de yenes (2 mil 600 millones de dólares). Rebajó su previsión de utilidades para todo el año por segunda ocasión este año, esta vez en 70 por ciento.
La crisis de Nissan se produjo porque no logró contrarrestar una desaceleración de las ventas mundiales de vehículos eléctricos con una sólida oferta híbrida, algo que logró ayudar a sus rivales Toyota y Honda.
“Esta ha sido una lección aprendida y no hemos sido capaces de mantenernos al día”, explicó Uchida durante una conferencia de prensa en línea. “No pudimos prever que los vehículos eléctricos híbridos y los híbridos enchufables iban a ser tan populares”.
Los problemas en Nissan también señalan una mayor presión sobre la industria automotriz mundial, ya que la mayoría de los participantes informan una disminución de las utilidades debido a la feroz competencia de los productores chinos de vehículos eléctricos en el mercado automotriz más grande a escala mundial.
Volkswagen informó a sus trabajadores que planea cerrar varias plantas en Alemania por primera vez en sus 87 años de historia, mientras que Stellantis, el propietario de Peugeot, Fiat y Jeep, llevó a cabo una reestructuración administrativa el mes pasado luego de una fuerte caída de las ventas en Estados Unidos.
Como parte de las medidas, Nissan también redujo su participación en la alianza que mantiene con Mitsubishi Motors de 34 a 24 por ciento, con el objetivo de reforzar su balance.
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Nissan recurrió recientemente a una asociación con Honda para sobrevivir a la competencia después de que en los últimos años se debilitó de manera significativa una alianza de larga data con el grupo francés Renault. Las dos compañías japonesas se encuentran desarrollando un plan para lanzar un nuevo vehículo eléctrico antes de finales de la década y desarrollar conjuntamente un software para competir con sus rivales chinos.
Nissan también redujo su pronóstico de producción para todo el año a 3.2 millones de coches, por debajo de la estimación anterior de 3.45 millones, y recortó también su proyección de utilidades operativas anuales en un 70 por ciento a 150 mil millones de yenes.
“Ante una situación grave, Nissan está tomando medidas urgentes para realizar un cambio de rumbo de su desempeño y crear un negocio más ágil y resiliente”, indicó la compañía a través de un comunicado.
Los recortes de puestos de trabajo representan casi 7 por ciento de la fuerza laboral de Nissan, que ascendía a 133 mil 580 plazas al final de su anterior año financiero.
Para el trimestre de julio a septiembre, la firma japonesa informó una pérdida neta de 9 mil 3 millones de yenes desde una utilidad de 190 mil 7 millones que reportó en el mismo lapso del año anterior, sobre ingresos que cayeron 5 por ciento, a 2.99 billones de yenes.
La rebaja de utilidades fue la segunda consecutiva del año financiero después de que Nissan redujo su pronóstico para todo el año al reportar los resultados financieros para el primer trimestre del año.
Uchida dijo que la compañía necesita un mayor enfoque en sus alianzas con Honda y Mitsubishi para estabilizar el negocio y generar competitividad.
El grupo automotriz planea renovar su antigua gama de vehículos con el lanzamiento de nuevas unidades eléctricas en China e híbridos enchufables en Estados Unidos.
A partir de diciembre de este año se introducirá un nuevo cargo de director de desempeño, responsable de las ventas y las utilidades, diseñado para permitir una toma de decisiones más rápida sobre las acciones de cambio de rumbo.