Se ha descrito como el mayor cambio en la venta al por menor de los supermercados desde que estos se inventaron. Ahora que se han retirado las promociones del jubileo de platino, se ha empezado a trabajar en una transformación de la forma en que se venden 17 mil millones de libras de alimentos al año en Reino Unido.
A principios de octubre, todas las tiendas de Inglaterra gestionadas por empresas con más de 50 empleados y que ocupen más de 2 mil pies cuadrados tendrán prohibido utilizar lugares destacados de la tienda para promocionar productos con alto contenido en grasa, azúcar o sal.
La evaluación del gobierno sobre el impacto estima que el costo a largo plazo para los minoristas es de más de mil millones de libras y, según Sally Ball, directora de información estratégica de la empresa de investigación Kantar, la legislación afecta a 17 mil 500 millones de libras de ventas anuales de productos como alimentos preparados, pizzas, helados, batidos, artículos de panadería y confitería.
“Es una gran empresa”, admitió Simon Roberts, director ejecutivo de J Sainsbury’s, la segunda cadena de supermercados más grande de Reino Unido. “Tenemos 600 unidades y esto nos obliga a reubicar secciones importantes de cada tienda”, añadió.
Los supermercados han hablado públicamente del cambio como una oportunidad para mostrar productos más nuevos y saludables, pero entre bastidores, hay nerviosismo por el impacto en las ventas, en especial en un momento de inflación sostenida de los precios de los alimentos.
“Todos trabajamos en el mismo problema: cómo evitar gastar un montón de dinero en la remodelación de las tiendas para acabar con un menor volumen de ventas”, dijo un alto ejecutivo de una importante cadena de supermercados.
El comercio electrónico también está sometido a la nueva norma, cuya meta es atajar la obesidad y su impacto en los servicios sanitarios reduciendo las ventas de productos poco saludables.
La legislación prohíbe la publicidad y colocación de productos en las páginas clave de los sitios web de los supermercados, como las páginas de inicio, de pago y las de recomendaciones o sugerencias.
Un estudio de la Obesity Health Alliance en 2018 encontró que 43 por ciento de las promociones de ubicación era para alimentos y bebidas azucaradas, mientras que apenas 1 por ciento era para frutas o verduras frescas.
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Las áreas alrededor de las cajas, mientras tanto, a menudo se utilizan para vender artículos individuales de confitería, diseñados para fomentar la compra impulsiva y generar “poder de molestia” por parte de los niños.
Bryan Roberts, analista de la industria que pasó gran parte de la pandemia trabajando en la tienda de un gran almacén de Tesco, dijo que la confitería se verá muy afectada, dado que “algo así como la mitad” de todos los volúmenes de ventas de la categoría se generan en lugares promocionales.
Los cambios han dejado a los minoristas tratando de averiguar dónde colocar los artículos ofensivos. Para las grandes tiendas, esto puede ser una pared trasera o un pasillo central estándar, pero para las más pequeñas los desafíos son más agudos. “Para nosotros es más difícil mover los artículos”, afirma Richard Walker, director general de Iceland Foods. “Tenemos mucha menos flexibilidad que un Tesco de 60 mil pies cuadrados”, indicó.
Hay algunos productos potenciales obvios para los inmuebles de primera calidad que se están desocupando. “El gran ganador será el alcohol”, predijo Roberts, y añadió: “as grandes empresas de bebidas tienen la voluntad y la fuerza de fuego financiera (para hacer más promociones) y son fanáticas del marketing para compradores”.
A Walker no se le escapa la ironía. “Si no puedo vender dulces en las cajas, probablemente venderé alcohol y productos de vaporización en su lugar”, dijo, y agregó que pensaba que la legislación aumentaría los costos y “no haría nada para combatir la obesidad”.
Las autoridades locales son las encargadas de aplicar las normas de distribución de los supermercados, lo que, según algunos, provocará grandes variaciones regionales. Otros, como el jefe de alimentación de la cadena Co-op, Jo Whitfield, han señalado que los cambios llegan justo después de otros grandes trastornos como el brexit y la pandemia.
Si los productos se reformulan para cumplir con el “modelo de perfil nutricional” de Reino Unido que se utiliza para determinar si un artículo no es saludable, los aperitivos y el chocolate pueden permanecer en lugares de alto perfil.
“Por lo que oímos, se trabaja en todo el sector, incluso en las categorías en las que antes se decía que la reformulación era difícil, señaló Ball, de Kantar.
Ball citó la experiencia de la tasa de la industria de bebidas no alcohólicas de Reino Unido introducida en 2018, que condujo a reducciones generalizadas en la cantidad de azúcar en las bebidas no alcohólicas, pero no disminuyó notablemente las ventas.
El director ejecutivo de Tesco, Ken Murphy, dijo recientemente que la compañía minorista trabajaba “con los proveedores para reformular los productos para hacerlos más saludables” y analiza las alternativas que podemos ofrecer a los alimentos que tienen alto contenido de grasas, sal y azúcar”, afirmó.
Roberts dijo que Sainsbury’s estaba “centrada en opciones más saludables y más sostenibles”. La gran pregunta es si se venderán en volúmenes similares a los de los productos no saludables.
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