Joe Biden hace un nuevo esfuerzo por vender su programa económico a los estadunidenses a medida que empiezan a notarse los efectos de sus políticas industriales y la inflación sigue bajando, en un intento por ganarse a los votantes que hasta ahora se han mostrado escépticos.
En un discurso en defensa de su trayectoria económica, el presidente de Estados Unidos afirmó que los billones de dólares de inversión pública desplegados bajo su mandato restaurarán el “sueño americano” tras décadas de políticas fracasadas con “efecto de derrame”.
En la Antigua Oficina de Correos de Chicago, el mandatario aseguró que la amplia legislación que había impulsado para inyectar dinero federal en energías limpias, infraestructuras y fabricación nacional estaba dando resultados rápidos y tangibles para los hogares y proporcionando al país una ventaja internacional.
“No estoy aquí para declarar la victoria sobre la economía. Estoy aquí para decir que tenemos un plan que está cambiando las cosas increíblemente rápido”, dijo Biden a la audiencia.
En vísperas de lo que se prevé será una dura batalla por la reelección el año que viene, Biden se enfrenta a las cifras de las encuestas, que muestran que la mayoría de los estadunidenses desaprueban su gestión en economía.
Sin embargo, Biden afirmó que los resultados económicos son inequívocamente positivos.
“Hoy Estados Unidos ha tenido el mayor crecimiento económico entre las principales naciones del mundo desde la pandemia. Hemos creado más de 13 millones de puestos de trabajo. Más empleos en dos años que los que cualquier presidente ha añadido en un mandato de cuatro años”, indicó. “Y, amigos, eso no es casualidad. Eso es “Bidenomía” en acción”, añadió.
El mandatario habló ante una multitud entre la que se encontraban JB Pritzker, gobernador demócrata de Illinois, y Brandon Johnson, alcalde demócrata de Chicago, frente a grandes carteles que ensalzaban “Bidenomía”, un término que la Casa Blanca ya ha adoptado.
“Yo no inventé el nombre, pero ahora lo reivindico”, dijo Biden.
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El presidente ha criticado repetidamente las políticas económicas con “efecto derrame” propugnadas por los republicanos desde la época de Ronald Reagan, basadas en impuestos bajos, desregulación y libre comercio sin trabas, y ha dicho que su modelo es radicalmente distinto.
“Bidenomía tiene que ver con el futuro. ‘Bidenomía’ es otra forma de decir restaurar el sueño americano, porque funcionó antes”, señaló, y añadió: “tiene sus raíces en lo que siempre hemos hecho mejor en este país: invertir en Estados Unidos, invertir en los estadunidenses, porque cuando invertimos en nuestra gente, reforzamos la clase media”.
Afirmó que la “siguiente fase de esta lucha” consistirá en hacer que “el código tributario sea justo para todos”, insinuando que puede reactivar los esfuerzos para subir los impuestos a los ricos y a las grandes empresas si es reelegido y los demócratas recuperan el control total del Congreso.
El mayor problema económico para Biden desde que asumió el cargo ha sido la inflación, que el año pasado alcanzó su nivel más alto en cuatro décadas antes de remitir. Para muchos votantes, ese es el legado más condenatorio de su enfoque económico.
Pero Biden subrayó que se han hecho algunos progresos. “Reducir la inflación aún es una de mis principales prioridades. La inflación es menos de la mitad que hace un año”, resaltó.
El movimiento de Biden refleja la creciente confianza dentro de la Casa Blanca en que puede obtener más crédito político por su amplia legislación económica, que inyectó miles de millones de dólares en infraestructuras, energías limpias y fabricación de chips, mientras prosigue su campaña para la reelección en 2024.
A pesar de los sólidos datos de creación de empleo, las encuestras muestran que los estadunidenses desaprueban el manejo de la economía de Biden. Los funcionarios de la administración esperan tener ahora más argumentos para revertir esa percepción negativa.
“Estamos viendo una reconstrucción, estamos viendo que la inversión privada regresa a nuestro país. Estamos viendo cómo se crean millones de puestos de trabajo”, dijo el martes a los periodistas Olivia Dalton, subsecretaria principal de prensa de la Casa Blanca. “Con todos esos logros, el presidente puede llevar este mensaje al pueblo estadunidense y decir: ‘Esto es Bidenomía y esto es lo que tenemos para mostrar’”.
El esfuerzo por promover la agenda económica de Biden no es el primero. Los intentos periódicos de promocionar la recuperación económica y la legislación resultaron difíciles de vender a los votantes cuando la inflación alcanzó máximos de 40 años. Los demócratas tuvieron dificultades para hacer campaña a favor de la economía en las elecciones de mitad de mandato del año pasado.
El argumento de la Casa Blanca sobre la economía también recibe la ayuda del hecho de que Estados Unidos salió relativamente ileso de la crisis bancaria que arrasó partes del sistema financiero a principios de año, y evitó lo que pudo ser un catastrófico incumplimiento de pagos a principios de este mes después de que Biden alcanzó un acuerdo con los republicanos para elevarel techo de deuda.
Los funcionarios de la administración también comparan cada vez más el desempeño económico de EU con el de otras naciones avanzadas —así como con el de competidores como China— para argumentar que las políticas del presidente ubicaron al país en una mejor posición económica en comparación con el resto del mundo.
La preocupación de la Casa Blanca será que las dificultades económicas que se desarrollaron durante la presidencia de Biden —incluidos el rápido aumento de los precios, la escasez de mano de obra y las disrupciones de la cadena de suministro— ahora estén arraigadas en la mente de los estadunidenses como fracasos políticos, aunque algunos hayan empezado a remitir.