La muy publicitada presentación del PlayStation 5, hace dos semana, permitió que las imágenes de la consola de videojuegos de la siguiente generación de Sony estuvieran junto a las del nuevo Series X de Xbox de Microsoft.
El dispositivo de Microsoft, dicen algunos, parecía el tipo de monolito de granito que podría funcionar como la sede de una empresa de telemarketing. Mientras la máquina de Sony se parecía a las oficinas de un banco que se esforzaba por verse genial. Los chistes y el uso de la estructura se ajustan a la narrativa de dos corporaciones que plantan en el paisaje nuevas fortalezas que las autodefinen y, una vez más, se preparan para la guerra.
Ese empecinamiento no es nada nuevo. Las consolas de videojuegos, que pasaron de ser la distracción de un niño al punto de entrada para un segmento de 45,000 millones de dólares (mdd) de la industria mundial, siempre se han prestado a metáforas de conflictos mortales.
Cuando las últimas máquinas de Microsoft y Sony se lancen oficialmente a finales de este año, será la cuarta ocasión en que las dos compañías se enfrenten con nuevos dispositivos en casi 20 años de rivalidad.
El combate previo al lanzamiento invita a la especulación y la sospecha de que esta vez, sin duda, debe ser diferente. ¿Esta ronda finalmente noqueará a uno de los participantes? ¿Algunos trucos de hardware, como la realidad virtual, eclipsarán a los juegos como el principal factor decisivo? ¿Las tecnologías alternativas, como los servicios de streaming de juegos prometidos por Stadia de Google, se mueven lo suficientemente rápido como para hacer de esta, la última guerra de consolas en mucho tiempo?
Los analistas debaten esto antes de que cualquiera de las compañías incluso anunciara los precios de sus nuevas máquinas. Se cree que el golpe probablemente será de entre 400 y 500 dólares para el PS5 y un poco más para el Series X.
El Dato...45,000 Millones
Es el valor del mercado de videojuegos en la industria mundial del entretenimiento
Sony entra en esta lucha con la base de fanáticos más grande. Pero el análisis del hardware de ambas consolas sugiere que la nueva máquina de Microsoft puede ser la más poderosa.
El round 2020 de la guerra de consolas se siente cualitativamente diferente de sus predecesoras en dos sentidos. Se puso en marcha en la que será la primera Navidad de covid-19. Meses de confinamiento y amenazas fundamentales para los eventos en vivo, el cine, los deportes, los conciertos y otras formas de entretenimiento de la vida real generaron especulaciones de que, con algunos acuerdos, las consolas de videojuegos finalmente podrían convertirse en portales de uso múltiple.
Para las compañías detrás de las consolas, la diferencia es mayor. Los analistas dicen que las consolas de videojuegos se han convertido progresivamente en barómetros más claros del pensamiento de las corporaciones sobre la estrategia y el riesgo y sus puntos de vista sobre el futuro.
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Sony y Microsoft comenzaron a diseñar las máquinas en 2016, con la responsabilidad de garantizar que estas sigan siendo relevantes al menos hasta 2026. Pero eso fue antes de que el rapero estadunidense Travis Scott atrajera a 12 millones de espectadores a un concierto que realizó completamente dentro del videojuego Fortnite en abril. El evento abrió una línea de especulación sobre lo que al final podría venderse o entregarse dentro de los mismos juegos.
Pero durante los últimos 20 años, los ejecutivos de Sony y Microsoft dicen que las consolas se han convertido en elementos más centrales de la idea de sus respectivas compañías de lo que son y cómo quieren posicionarse a medida que los videojuegos convergen con otras formas de entretenimiento.
El anuncio de 2019 de que las dos compañías explorarían la colaboración en los juegos en la nube fue, de acuerdo con los analistas, una de las pistas más llamativas de que esta guerra se libra con un cálculo muy diferente a las anteriores.
En esta ocasión, las dos compañías parecen estar lanzando carteras de juegos que atraen a fanáticos más amplios de edad. Es perfectamente concebible, dicen los analistas, que los fabricantes de consolas se conviertan en consolidadores aún más generales de contenido mientras la industria está en un cambio constante.
Los televisores, las laptops, los coches e incluso los smartphones a menudo no revelan mucho acerca de lo que sucede detrás de sus productores. Pero, más que cualquier predecesor, el PS5 y el Series X te dicen lo que Microsoft y Sony encuentran cuando investigan nuestras casas y tratan de imaginar lo que estamos pensando.
srgs