Renault y Nissan están cerca de alcanzar un acuerdo que reconfigurará su problemática alianza, lo que allanará el camino para que los grupos automotrices profundicen su cooperación en la era de los vehículos eléctricos.
De acuerdo con personas cercanas a las conversaciones, el acuerdo está cerca de dar un primer paso clave que requerirá que Renault reduzca su participación en Nissan, igualando las respectivas participaciones de ambos grupos automotrices, así como sus derechos de voto.
El avance se produce después de meses de estancamiento y tras una confrontación entre el director ejecutivo de Nissan, Makoto Uchida, y los directores no ejecutivos del grupo, que le exigieron que adoptara un enfoque más duro en las negociaciones sobre el futuro de la alianza de 23 años.
En el marco del posible acuerdo, la equiparación de las participaciones se combinará con la aprobación de Nissan para que Renault forje su negocio tradicional de motores de combustión en asociación con la compañía china Geely y, potencialmente, con Saudi Aramco como inversionistas, según las personas citadas. Renault también se dispone a escindir su negocio de vehículos eléctricos, en el que Nissan podrá invertir más adelante.
Luca de Meo y Jean-Dominique Senard, director ejecutivo y presidente de Renault, visitarán Japón la próxima semana con la esperanza de resolver los últimos detalles con los ejecutivos de Nissan antes de la reunión del consejo de administración de la alianza, que se celebrará el 26 de enero, y de un anuncio formal a principios de febrero.
“Hay muchos detalles que ultimar, pero lo que hacía falta era la voluntad de realizar este acuerdo. Eso ya está aquí y no hay vuelta atrás”, dijo una de las personas.
Desde su creación en 1999, cuando Renault salvó a Nissan de una situación cercana a la quiebra, la alianza ha aportado ahorros de costos y otras sinergias, pero también ha exigido una navegación constante de rivalidades y enfrentamientos internos que quedaron al descubierto después de la detención y destitución en 2018 de Carlos Ghosn.
Sin embargo, ambas compañías siguen dependiendo de la alianza ante las enormes necesidades de inversión creadas por la llegada de los coches eléctricos y el cambio a una tecnología más limpia.
En el marco de la alianza reestructurada, la participación de Renault en Nissan se reduciría de 43 a 15 por ciento, colocando esas acciones —con un valor de alrededor de 3 mil 700 millones de euros— en un fondo fiduciario que las venderá con el tiempo. Nissan, por su parte, recuperará los derechos de voto vinculados a su propia participación en Renault.
Aunque en teoría Renault pierde influencia, y ganará menos de los futuros pagos de dividendos de Nissan, en los últimos años ha tenido poca influencia en el grupo japonés, dijeron personas cercanas a la compañía. En su lugar, Renault espera recuperar la buena voluntad para impulsar más proyectos operativos conjuntos.
Este mes se superaron varios obstáculos para la reestructura del acuerdo, gracias a las garantías que dio el gobierno francés, que respalda el trato, según personas cercanas a las conversaciones. Después de varios meses de negociaciones, Nissan expresó su preocupación por la posibilidad de compartir sus derechos de propiedad intelectual con Geely.
“Hay un respaldo total del Estado francés. Esto se hará, se resolvieron los aspectos fundamentales y ahora las cuestiones son más administrativas”, dijo un funcionario del gobierno francés. El Estado francés tiene una participación del 15 por ciento en Renault.
A principios de esta semana, un grupo de directores no ejecutivos de Nissan dio luz verde Uchida para buscar el trato, pero insistió en que cualquier acuerdo sobre la escisión del negocio de motores de combustión de Renault dependerá de que se pudiera acordar la estructura de capital de la alianza.4
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