Berkshire Hathaway, propiedad de Warren Buffett, sigue siendo, junto a los grupos petroleros y mineros Chevron, ExxonMobil y Glencore, una de las casi 17 mil compañías calificadas como F por no proporcionar ningún dato ambiental a CDP, un grupo sin fines de lucro que opera un sistema de divulgación mundial.
La lentitud de la mayoría de las empresas a la hora de proporcionar información completa sobre su exposición al cambio climático va contra el creciente número de compromisos corporativos realizados antes de la cumbre climática de la COP26 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para alcanzar un nivel cero de emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de limitar el calentamiento global.
Más de 13 mil compañías de todo el mundo compartieron datos ambientales a CDP en 2021, aunque sus normas de divulgación variaron mucho. CDP se fundó en el año 2000 como Carbon Disclosure Project con la misión de proporcionar información sobre el impacto climático a inversionistas, empresas y gobiernos.
“Casi 17 mil empresas que no dan ni siquiera el primer paso y comunican sus datos ambientales son demasiadas”, indicó Dexter Galvin, director global de corporaciones y cadenas de suministro de CDP. “Si siguen actuando como siempre, terminarán en el lado equivocado de la opinión pública, la regulación y la confianza de los inversionistas”, afirmó.
Los inversionistas y los reguladores de todo el mundo presionan para que se mejoren con urgencia los estándares de información y divulgación en respuesta al creciente problema del greenwashing (cuando las empresas presentan productos como más respetuosos con el ambiente de lo que realmente son), en el que las empresas hacen afirmaciones engañosas sobre sus credenciales ambientales.
En su sexta evaluación anual de las normas ambientales y de información, solo 272 empresas obtuvieron una calificación A de CDP en función de su transparencia y sus resultados en materia de cambio climático, seguridad del agua o deforestación.
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Solo 14 compañías obtuvieron una calificación triple A por su actuación en los tres temas ambientales en 2021. Entre ellas se encuentran los grupos de alimentos Danone y Unilever, así como candidatos menos obvios como el grupo tabacalero Philip Morris, que tiene el objetivo de diversificarse en productos alternativos.
Galvin dijo que hubo señales de mejora en la calidad de las divulgaciones, con 509 empresas que subieron en la clasificación desde una calificación C o inferior en el año anterior a B en 2021. CDP considera que estas compañías están tomando medidas para manejar su impacto, en lugar de limitarse a divulgarlo.
Sin embargo, más de la mitad de las 13 mil empresas que compartieron información con CDP recibieron una calificación C o D, lo que significa que apenas están comenzando a reconocer su impacto ambiental.
Carola van Lamoen, directora de Inversiones Sustentables de Robeco, la firma de gestión de activos holandesa, dijo que es necesaria una mayor transparencia y comparabilidad de la información ambiental en todo el mundo corporativo. “Las expectativas de los inversionistas en cuanto a datos sobre el clima, el agua, la biodiversidad y la deforestación aumentaron drásticamente en los últimos años, y no hay duda de que esto continuará”, afirmó.
En la conferencia sobre el clima COP26, que se celebró en Glasgow el mes pasado, se anunció la creación de un nuevo organismo conocido como Consejo de Normas Internacionales de Sustentabilidad, que se encargará de elaborar un conjunto coherente de normas a escala mundial para la presentación ordenada de informes ambientales por parte de las empresas.
“La COP26 puso de relieve el papel necesario que desempeñarán las empresas para impulsar los cambios económicos reales necesarios para hacer frente a la emergencia del cambio climático”, indicó Galvin.
El grupo CDP señaló que también tiene previsto desarrollar sus métodos de calificación para centrarse en el desempeño de las compañías respecto a los puntos de referencia científicos. Además tiene previsto ampliar su cobertura en los próximos cinco años para incluir la biodiversidad, los océanos, los residuos y los alimentos, con el fin de ayudar a los inversionistas a realizar una evaluación mucho más completa del impacto que tienen las compañías en la naturaleza.