A medida que Joe Biden impulsa su programa climático en el Congreso, una industria que ha estado en el olvido durante décadas está recibiendo una segunda mirada y nuevo financiamiento.
La energía nuclear es una fuente constante de electricidad libre de carbono, pero la red de generación nuclear de Estados Unidos lleva años reduciéndose debido a la caída de los costos de la energía, que hace que muchas centrales no sean competitivas.
El proyecto de ley bipartidista de infraestructura, de 1.2 billones de dólares, que Biden firmó el lunes, proporciona 6 mil millones de dólares en subvenciones para los reactores en dificultades. El proyecto de ley de gastos Build Back Better también establecerá un crédito fiscal para la producción de energía nuclear por miles de millones de dólares.
El financiamiento federal se produce después de que varios estados de EU rescataron generadores nucleares al borde del cierre.
“La conclusión es que hay muchas centrales seguras y confiables que proporcionan electricidad sin emisiones de carbono justo cuando nuestra nación y el mundo más lo necesitan”, dijo Jeremiah Baumann, jefe de personal adjunto del Departamento de Energía.
Los esfuerzos de EU se dirigen a apuntalar su red de 93 reactores en funcionamiento en lugar de construir otros nuevos. La energía nuclear ha proporcionado alrededor de una quinta parte de la electricidad del país durante las últimas tres décadas y representa cerca de la mitad de la generación con emisiones cero de carbono del país.
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Pero las fuentes de energía emergentes socavaron muchas centrales nucleares. Las turbinas de alta eficiencia alimentadas por gas natural barato y los generadores renovables apoyados por subsidios hicieron bajar los costos de la energía al por mayor. Esto dificulta que los generadores nucleares (cuyos costos operativos son en gran medida fijos) puedan competir.
Desde 2013, cerraron 13 reactores de EU, el último fue el de Indian Point, en Nueva York, en abril. Diablo Canyon, de California, se sumará a la lista en 2025. Un informe reciente de Rhodium Group concluye que, con la política actual, más de la mitad de las centrales nucleares del país cerrarán al final de la década.
La administración Biden dejó en claro que frenar este declive es una parte esencial de sus esfuerzos por descarbonizar la red eléctrica estadunidense para 2035 y la economía en general para 2050.
“Lo que vemos es un cambio fundamental en el reconocimiento de la importancia de la energía nuclear como fuente… de generación de energía a gran escala y baja en carbono”, dijo John Kotek, vicepresidente de Desarrollo de Políticas de la asociación comercial Instituto de Energía Nuclear.
La industria de la energía nuclear de EU ha luchado para contrarrestar una imagen de inseguridad desde que en 1979 se produjo una fusión parcial en la central de Three Mile Island, en Pensilvania.
Los críticos sostienen que el apoyo del gobierno equivale a un costoso subsidio para una industria con cada vez más dificultades para sobrevivir. En un informe de 2018, la Unión de Científicos Preocupados descubrió que más de un tercio de las centrales nucleares de EU no eran rentables o estaban programadas para cerrar, y estimó un costo promedio de 814 mdd anuales para que alcanzaran el punto de equilibrio.
Exelon, que opera la mayor flota de reactores de EU, había amenazado con cerrar dos centrales nucleares en Illinois a finales de este año, pero las centrales de Byron y Dresden evitaron el cierre en el último momento cuando la legislatura estatal aprobó en septiembre un paquete de ayuda de 694 mdd. La medida dejó a cuatro de las seis plantas de Illinois dependiendo de los fondos estatales.
“En mi opinión, históricamente no se ha compensado a la energía nuclear por sus atributos de aire limpio”, dijo David Brown, vicepresidente de Asuntos Gubernamentales Federales y Política Pública de Exelon.
La ley federal de infraestructura asignará fondos mediante subasta a los generadores comerciales que demuestren que están al borde de su cierre. El Departamento de Energía de EU definirá los detalles en los próximos cuatro meses.
Sin embargo, las firmas están más entusiasmadas con el proyecto de ley de gastos, que, como está redactado, introducirá un crédito fiscal a la producción por valor de 15 dólares por megavatio/hora. Kotek dijo que el crédito fiscal es “un paso esencial para abordar los obstáculos económicos”.