BlockFi solicitó la protección del capítulo 11 de la ley de quiebras en Estados Unidos, lo que convierte al criptoprestamista respaldado por la empresa de capital riesgo de Peter Thiel en la más reciente víctima del colapso de la bolsa generado por FTX de Sam Bankman-Fried.
La presentación de la solicitud marca el desenlace después de varios meses del desmoronamiento de BlockFi, con sede en Nueva Jersey y dirigida por el director ejecutivo Zac Prince, que recibió una valoración de 4 mil millones de dólares (mdd) en una ronda de recaudación de fondos el año pasado.
En julio asado sufrió pérdidas por los préstamos al fondo de cobertura de criptomonedas Three Arrows Capital, que se fue a la quiebra, lo que provocó la generación de un rescate este verano de manos de Bankman-Fried.
Pero la misma bolsa FTX se desplomó a principios de este noviembre, lo que llevó a BlockFi a suspender los préstamos y los retiros de clientes.
Ahora el prestamista es la última empresa de criptomonedas de alto vuelo que se estrelló en el suelo, ya que el colapso del imperio de criptomonedas de Bankman-Fried genera un efecto que envía ondas a lo largo de la industria de activos digitales.
“Esta acción se produce después de los impactantes eventos en torno a FTX y a las entidades corporativas asociadas así como a la difícil pero necesaria decisión que tomamos como resultado para poner en pausa la mayoría de las actividades en nuestra plataforma”, dijo BlockFi.
Agregó que tenía una exposición “significativa” a FTX, y espera que se “retrase” cualquier recuperación de fondos de la bolsa.
BlockFi tenía activos y pasivos cuyo valor estimado rondaba los mil y 10 mil mdd, con más de 100 mil acreedores, de acuerdo con los documentos para la solicitud de protección de quiebra que se presentaron el pasado lunes en un tribunal federal ubicado en Nueva Jersey.
El prestamista está respaldado por una lista de destacados inversionistas, entre los que se encuentran Bain Capital, Tiger Global, Coinbase, la empresa de capital riesgo de los gemelos Winklevoss y Valar Ventures, de Peter Thiel, que tiene una participación de 19 por ciento, según los documentos presentados.
Varios inversionistas de BlockFi también habían respaldado a la ya desaparecida FTX, entre ellos destaca Galaxy Digital, del multimillonario Mike Novogratz, y la firma de capital riesgo en criptomonedas Paradigm, con sede en San Francisco.
Tras sufrir pérdidas en la crisis de las criptomonedas que se vivió esta primavera, BlockFi llegó a un acuerdo con FTX en el que incluía una línea de crédito revolvente por 400 mdd de FTX US y una opción para que la bolsa comprara a BlockFi a un “precio variable… basado en factores detonantes de desempeño”.
Este mes, la misma empresa afirmó que “tenía una exposición significativa en FTX y en las entidades corporativas asociadas, que abarca las obligaciones que nos debe Alameda, los activos que se tenían en FTX.com y las cantidades que no se utilizaron de nuestra línea de crédito con FTX US”.
BlockFi incluyó a FTX US como su segundo mayor acreedor en los documentos para declararse en quiebra, ya que le debe a la división estadunidense de la empresa de Bankman-Fried 275 mdd.
Su mayor acreedor es Ankura Trust, un administrador con sede en New Hampshire que representa a los acreedores a los que se les deben 729 mdd.
BlockFi también debe 30 mdd a la Comisión de Bolsa y Valores de EU como parte de un acuerdo con valor de 100 mdd que se alcanzó con el regulador en febrero, en el documento se acusaba de ofrecer cuentas remuneradas sin registrarlas como valores.