Momentos después de que Serena Williams superó a la actual número dos en el US Open la semana antepasada, prolongando lo que se esperaba que fuera su despedida del deporte que ella transformó, un reportero en la cancha le preguntó si estaba sorprendida con el nivel de juego que mostró.
El mundo del tenis conoció a Serena Williams y a su hermana Venus cuando eran unas adolescentes con frenos hace más de 20 años, dos prodigios de Compton, California, que no podían contener la alegría que les provocaba apoderarse de las canchas del deporte. Ahora con 40 años, la ganadora de 23 torneos de Grand Slam, se limitó a reírse de la pregunta. “Digo”, mencionó encogiéndose de hombros. “Simplemente soy Serena”.
“Simplemente Serena” tiene más trofeos de los llamados Majors de la era abierta que cualquier otro hombre o mujer, cuatro medallas de oro olímpicas y más del doble de dinero en premios en su carrera que cualquier otra tenista en el circuito femenino.
“Ha sido una gran inspiración fuera de la cancha”, dijo Chris Evert, la campeona de 18 torneos Grand Slam y comentarista de ESPN. “Los intangibles en ella, el arrojo, realmente me impresionaron mucho. El hecho de que nunca se puso un límite, ni en el tenis ni en la vida. Transmitir ese mensaje para todo el mundo es muy, pero muy poderoso”, mencionó Evert.
Nacida en Michigan en 1981, la más chica de cinco hermanas, Serena se mudó a Compton después de que su padre, Richard Williams, ideara un plan para entrenarlas a ella y a su hermana Venus para alcanzar la grandeza. El patriarca había visto en la televisión a un profesional del tenis recibir un cheque de 40,000 dólares y decidió que sus dos hijas más jóvenes podrían ayudar a la familia para toda la vida si lograban entrar en el deporte.
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Ya cuando era adolescente, Serena firmó un contrato multimillonario para utilizar la ropa deportiva Puma, mientras que Venus firmó con Reebok. En 1999, Serena sorprendió al mundo del tenis al derrotar a Martina Hingis por el título del US Open. Dos años más tarde, las hermanas Williams se enfrentaron en una final de un torneo major por primera vez, los ratings de televisión se fueron por los cielos.
A lo largo de su trayectoria, Williams se enfrentó a adversidades y controversias. En 2003 ocurrió el asesinato de su hermanastra mayor Yetude Price, quien murió en Compton a causa de un disparo, no lejos de las canchas de tenis donde las hermanas Williams comenzaron a jugar. A lo largo de los años, Serena batalló con lesiones de rodilla y una embolia pulmonar casi mortal, y tuvo que soportar comentarios y caricaturas racistas. Un traje ajustado al cuerpo de Nike en el Abierto de Francia de 2018 provocó la ira de los organizadores del torneo y propició un discurso mundial sobre la politización de los cuerpos de las mujeres, sobre todo de las mujeres afroamericanas.
Más tarde ese mismo año, Serena Williams perdió frente a Naomi Osaka en la final del US Open, después de perder el control y una discusión en la que llamó “ladrón” al juez de silla por sancionarla por recibir “coaching” y romper su raqueta al golpearla contra el suelo. El episodio probablemente le costó a Williams lo que habría sido su vigesimocuarto trofeo de Grand Slam, pero cambió la conversación acerca de cómo pueden y deben comportarse las mujeres competitivas. “Creo que cambió la forma cómo compiten las mujeres”, dijo Evert. “Está bien ser intensa, apasionada y expresar las cosas en la cancha y seguir siendo una mujer”.
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Quizás el mayor legado deportivo de Serena Williams ha sido su longevidad. La subcampeona del Abierto de Francia de este año, Coco Gauff, dijo que lleva 10 años acudiendo al US Open, al principio como espectadora.
“En realidad, solamente veníamos a ver a Serena o a Venus, para ser sinceros. De niña, no me importaba. Sé que suena mal, pero no me importaba nadie más, de verdad”.
Danielle Collins, la finalista del Abierto de Australia, que derrotó a Osaka en la primera ronda, se enfrentó a la posibilidad de tener que jugar contra Williams.
“He idolatrado a Serena y Venus toda mi vida, han sido personas a las que realmente he admirado…. con suerte no jugue contra Serena en algún momento, porque me hubiera destrozado”, dijo Danielle Collins.
Si el estadio Arthur Ashe es la catedral del tenis más grande del mundo, la semana pasada casi todos los sermones fueron sobre el final de la era Williams. Los homenajes de Oprah, Billie Jean King y Queen Latifah se escuchaban durante sus partidos. Los vendedores ambulantes de camisetas con el lema “Adiós a Serena” llenaban el paseo marítimo.
Cuando Williams abandone por fin la cancha, dijo que su decisión de “evolucionar lejos” del tenis se debe a su deseo de dedicar más tiempo a su fondo de capital de riesgo, Serena Ventures, y de hacer crecer su familia con su esposo, el cofundador de Reddit Alexis Ohanian. En el ámbito empresarial, Serena Williams se une a una generación de atletas que han creado imperios antes de dejar su deporte, como LeBron James y Tom Brady.
Serena Ventures se centra en invertir en diversos fundadores de empresas: las mujeres afroamericanas recibieron apenas una fracción del 1% del total del financiamiento de capital de riesgo en Estados Unidos en 2021.
Su experiencia con la maternidad —desde ganar el Abierto de Australia de 2017 en el segundo mes de embarazo, hasta casi morir por complicaciones de su cesárea, pasando por llamar la atención sobre el hecho de que la baja por maternidad mermó su ranking en el tour— convirtieron a Serena Williams en un ejemplo para muchas que navegan por la maternidad moderna.
“No me gusta la frase ‘puedes tenerlo todo’ porque no es realmente cierta. Pero lo que Serena ha hecho es demostrar que no debe ser una cosa o la otra, el tenis o la familia. Puedes tener las dos cosas”, dijo Kayla Gabriele, una profesora que acudió a Flushing Meadows, en Nueva York, junto a decenas de miles de personas para despedir a Williams.
“Hay que recordar que tuvimos a Serena incluso antes de que tuviéramos un presidente afroamericano”, dijo Warren Seay, un abogado de Texas, que mencionó que era importante para él ver por última vez a la mujer que había idolatrado desde la infancia. “Gane o pierda, su sola presencia es suficiente. Ella demuestra que puede hacer esto en sus propios términos”, dijo Seay.
GAF