En lo que respecta a Wall Street, los grandes grupos de tecnología están de regreso. Los inversionistas que en 2022 decidieron que la larga fiesta de las acciones de estas compañías había terminado cambiaron de opinión con notable rapidez este año para apreciar las cualidades más resilientes de las firmas más fuertes del sector.
Esto tiene un poco de un vaso medio lleno: el panorama a corto plazo no ha cambiado y las cinco compañías de tecnología de consumo y computación en la nube más grandes —Alphabet, Amazon, Apple, Meta y Microsoft— tendrán dificultades para registrar un crecimiento significativo este año.
Pero la recuperación de los precios de las acciones se debe a la sensación de que la corrección del año pasado fue demasiado lejos, de que las compañías de tecnología más importantes tienen la fortaleza financiera necesaria para capear una recesión de mejor manera que la mayoría y de que algunas de las tendencias de crecimiento a largo plazo que apuntalaron la larga expansión siguen intactas.
Después de un año en el que las cinco grandes compañías de tecnología perdieron 37 por ciento de su valor, el tamaño del repunte ha sido notable. Su capitalización de mercado combinada ya subió 25 por ciento desde principios de 2023, en un momento en que el índice S&P 500 solo ha subido 7 por ciento. Esto representa 1.5 billones de dólares en ganancias en el mercado de valores y una sólida recuperación después de que el año pasado se perdieron 3.6 billones de dólares.
Unas perspectivas macroeconómicas más estables, aunque todavía difíciles, contribuyeron a apuntalar esta situación. La próxima temporada de resultados será observada con ansiedad en busca de señales de un mayor debilitamiento de la demanda de tecnología de la información, pero la preocupación por una desaceleración económica más pronunciada se atenuó.
Estas esperanzas han ido más allá de los grandes grupos de tecnología. Las acciones de las compañías de chips experimentan un fuerte repunte a medida que se reduce el exceso de inventarios y los inversionistas esperan una mejor segunda mitad del año. Con el sector de los semiconductores aún raspando el fondo y las proyecciones de ganancias sin cambios, es posible que resulte difícil mantener un repunte que ya hizo que el índice de semiconductores de Filadelfia registrara un alza de 43 por ciento desde el mínimo que alcanzó hace seis meses.
- Te recomendamos Avance del 59.5 por ciento refleja entrega de SIM de Internet del Bienestar en Hidalgo Organismos
Mientras, las preocupaciones sobre la profundidad de la resaca de la pandemia en el sector de tecnología —ya que algunos tipos de gasto digital retrocedieron a los niveles previos a la pandemia— empezaron a desvanecerse. A finales de este año, los años de bonanza habrán quedado atrás y las comparaciones interanuales se verán más halagadoras.
Esto, a su vez, puede reforzar la confianza en que algunas de las tendencias de crecimiento a largo plazo más importantes permanecen intactas, sobre todo en la computación en nube, donde el crecimiento se desaceleró porque los clientes buscan formas de comprar servicios de forma más eficiente. Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft, describe este fenómeno como algo temporal, mientras los clientes averiguan cómo administrar mejor los nuevos proyectos en la nube que contrataron durante la pandemia. En su opinión, a finales de este año, la digestión de la última ronda de gasto en este servicio habrá seguido su curso y volverá a iniciar un crecimiento más fuerte.
La manía que se desató en torno a la inteligencia artificial, que le da un impulso adicional a las proyecciones de crecimiento de la nube. Los clientes desean hacer un mayor uso de sus datos corporativos para perfeccionar grandes modelos lingüísticos como el GPT-4 para sus propios fines de negocios.
Esto despertó las esperanzas de una nueva fase de crecimiento para los grandes grupos de tecnología. Es posible que se detenga casi por completo este año, pero los inversionistas ya están viendo más allá.
De acuerdo con analistas de Wall Street, el crecimiento de los ingresos de las grandes tecnológicas, que alcanzó 28 por ciento en 2021, se desacelerará hasta 4 por ciento este año, pero proyectan que un repunte hasta 11 por ciento en 2024, un regreso al crecimiento de dos dígitos que caracterizó la larga y constante expansión que precedió al auge y caída de la pandemia.
La apresurada ronda de recortes de empleos impulsada por los grandes grupos de tecnología a finales del año pasado se consideró un reconocimiento de un fracaso de la administración. Después de contratar a un ritmo vertiginoso hasta bien entrado el tercer trimestre, algunas empresas parecían responder tarde a una desaceleración que llegó antes.
Desde entonces, se ve de forma más positiva la reducción de costos. En particular, el giro táctico dado por Meta a finales del año pasado, que consiste en recortar su excesivo gasto en el metaverso y enfocarse en las utilidades, hizo que el precio de sus acciones aumente más del doble.
La historia sugiere que, cuando surja otra oportunidad de crecimiento, las disciplinas de costos se echarán por la borda, pero ahora sus sólidas perspectivas de utilidades en un clima incierto son motivo de optimismo.