El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo que Ottawa impondrá aranceles de ciento por ciento a las importaciones de vehículos eléctricos chinos y gravámenes de 25 por ciento a acero y aluminio de China, en una medida que replica las acciones de Estados Unidos.
Trudeau dijo que Canadá está introduciendo los aranceles a los vehículos eléctricos porque China “no está jugando con las mismas reglas”. Marca el último ejemplo de que EU y sus aliados toman medidas para contrarrestar lo que dicen son prácticas económicas desleales.
“Actores como China optaron por darse una ventaja desleal en el mercado global”, dijo Trudeau en Halifax, Nueva Escocia, durante un retiro del gabinete.
El anuncio se produjo un día después de que el asesor de seguridad nacional de EU, Jake Sullivan, se reunió con Trudeau en Canadá e instó a Ottawa a seguir el ejemplo de Washington al imponer aranceles. Sullivan hizo escala en su camino a China, donde se reunirá con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi.
Desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo en 2021, su administración se ha empleado a fondo en tratar de persuadir a sus aliados para que tomen medidas junto con Washington para ayudar a contrarrestar a China. Sullivan dijo que un “frente unido” beneficiaría a EU y sus socios.
El Ministerio de Finanzas canadiense indicó que los aranceles, vigentes a partir del 1 de octubre, se aplicarán a los vehículos eléctricos chinos, incluidos los coches de pasajeros, camiones, autobuses y camionetas van de reparto. Los aranceles al acero y al aluminio entrarán en vigor dos semanas después.
El gobierno canadiense también puso en marcha una consulta de 30 días para determinar dónde más debe tomar medidas Ottawa. Analizarán baterías, semiconductores, productos de energía solar y minerales críticos, agregó el ministerio.
Los aranceles canadienses siguen el ejemplo de una acción similar de EU sobre los vehículos eléctricos chinos y la imposición de aranceles que planea la Unión Europea, aunque con unas tasas más bajas. A Washington y sus aliados les preocupa que China esté lista para inundar los mercados globales con vehículos eléctricos dada su posición dominante.
Los aranceles de la Unión Europea, que se espera que sean aprobados para finales de octubre, pueden oscilar entre 9 y 36.3 por ciento, además de las tasas existentes de 10 por ciento.
El Ministerio de Finanzas canadiense añadió que la “política intencional y dirigida por China de exceso de capacidad y falta de estándares laborales y ambientales rigurosos” es una amenaza para los trabajadores y las empresas en la industria mundial de autos eléctricos y socavaba la prosperidad económica a largo plazo de Canadá.
“Esa es la razón por la que nuestro gobierno está avanzando con acciones decisivas para nivelar el campo de juego, proteger a los trabajadores canadienses y equiparar las medidas adoptadas por los socios comerciales clave”, dijo Chrystia Freeland, ministra de Finanzas y viceprimera ministra.
La embajada china en Washington se negó a hacer comentarios sobre los detalles de la medida canadiense, pero indicó que algunos países estaban usando el proteccionismo y las barreras comerciales para “proteger... sus industrias subdesarrolladas”.
“China insta al país pertinente a respetar estrictamente los principios del mercado y las normas del comercio internacional y a crear igualdad de condiciones para las empresas de todos los países”, dijo Liu Pengyu, portavoz de la embajada.
La fabricación de automóviles es uno de los sectores manufactureros más importantes de Canadá, con plantas agrupadas alrededor del área de los Grandes Lagos para abastecer a los consumidores en EU. El sector emplea directamente a casi 120 mil personas. Ottawa también ha seguido los pasos de Estados Unidos al ofrecer subsidios para estimular la demanda de autos eléctricos hechos en el país.
La medida se anuncia un mes después de que Mélanie Joly viajara a China en la primera visita de un ministro de Asuntos Exteriores canadiense en siete años. Las relaciones entre los países se desplomaron en 2018 después de que China detuviera a dos ciudadanos canadienses, Michael Kovrig y Michael Spavor, y no los liberara durante más de tres años. La acción fue vista como una represalia luego de que Canadá detuviera a Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei, en respuesta a una solicitud de extradición de EU.
Con información de: Alice Hancock