Unilever está en la mira de Nelson Peltz

FT MERCADOS

El inversionista es conocido por sacudir los bajos rendimientos de grandes compañías de consumo como Heinz y P&G. Ahora se espera que intente una hazaña similar en Unilever

Nelson Peltz entiende las empresas de una manera que la mayoría de los activistas no entienden.
Harriet Agnew y James Fontanella-Khan
Ciudad de México /

A finales de septiembre, Nelson Peltz, el inversionista estadounidense, se reunió con el director ejecutivo de Unilever, Alan Jope, para desayunar en Claridge’s. Peltz había organizado la reunión para cabildear contra el reciente anuncio de que la marca Ben & Jerry's de Unilever dejaría de vender helados en los territorios palestinos ocupados, una aparente protesta contra los asentamientos israelíes. Peltz le dijo a Jope que ninguna compañía tiene que hacer este tipo de declaraciones políticas.

Esta sigue siendo la única conversación que han sostenido los dos hombres, hasta ahora. A finales de enero se supo que Trian Partners, el fondo activista de 8,500 millones de dólares (mdd) que Peltz cofundó en 2005, discretamente aumentó su participación en Unilever, la compañía de bienes de consumo más conocida por productos como el jabón Dove y la mayonesa Hellmann’s.

Hasta entonces, el único Peltz que aparecía en los titulares del Reino Unido este año era Nicola Peltz —uno de los 10 hijos de Nelson— que se casará con Brooklyn Beckham esta primavera. Pero la noticia de la participación de Trian Partners cambió todo eso, algo que hizo que el precio de las acciones de Unilever se disparara más de un 7%, haciendo que la empresa se apresurara sus planes de recortes de 1,500 puestos directivos e impulsando al multimillonario de 79 años al centro de la atención.

Conocido por sus cambios de rumbo en grandes compañías de bienes de consumo como Snapple, Heinz y Procter & Gamble, se espera que Nelson Peltz intente una hazaña similar en Unilever, una compañía con bajo desempeño. La marea de accionistas puede estar de su lado. La compañía se enfrenta al descontento de los inversionistas tras el fracaso de la adquisición de la división de salud de GSK por un valor de 50,000 millones de libras. Terry Smith, uno de los principales accionistas, acusó a Unilever de pulir sus credenciales de sustentabilidad a expensas de ganar dinero.

Peltz tiene “un encanto práctico y un guante de seda”, dice Roger Carr, quien fue presidente de Cadbury cuando el activista hizo una exitosa campaña para separar su negocio de bebidas de la de confitería. “Pero no hay que confundir el puño de hierro. Es implacable en la búsqueda de su propio objetivo, que es la creación de valor”.

“Siempre prefiere ganarte con su entusiasmo y optimismo”, dice un amigo. “Pero como cualquier verdadero chico del este de Nueva York, no le da la vuelta a una pelea si es el único camino a seguir”.

Peltz creció en Brooklyn y posteriormente abandonó la escuela de negocios de Wharton porque se aburría. Adquirió su primera experiencia trabajando como conductor de un camión de reparto para el negocio familiar de distribución mayorista de alimentos congelados. El trabajo tenía el objetivo de ser algo temporal antes de convertirse en instructor de esquí, pero Nelson Peltz se quedó durante 15 años.

“Entiende las empresas de una manera que la mayoría de los activistas no entienden”, dice un ejecutivo que trabajó con él. Su experiencia le enseñó a Peltz una lección crucial: ‘las ventas arriba, los gastos abajo’, un mantra que figura en las tazas de las oficinas de Trian Partners. “Es un inversionista reflexivo y tiene buenas habilidades operativas”, dice Bill Ackman, fundador del inversor activista Pershing Square.

En 1983, Peltz y su socio de negocios, Peter May, compraron una participación en Triangle Industries y la convirtieron en la compañía de empaquetado más grande del mundo. Junto con el yerno de Peltz, Ed Garden, fundaron Trian Partners en 2005.

Poco tiempo después, iniciaron una batalla corporativa para sacudir a Heinz. En un principio, Peltz se enfrentó al director ejecutivo William Johnson, quien afirmó que “no entiende nuestro negocio” y advirtió que si entraba “en el Consejo de Administración, se iba a producir una situación desestabilizadora”. Pero Peltz llegó a ganar dos lugares en el Consejo y a desempeñar un papel clave en la empresa.

Una situación similar se produjo en P&G, donde Peltz acumuló una participación de 3,000 mdd y obtuvo un asiento en el Consejo de Administración por un margen del 0.0016%. Los que han trabajado tanto con Peltz como en su contra dicen que, a diferencia de otros activistas legendarios, se arremanga la camisa y se queda. “Nelson es realmente útil. La clave de su éxito es que piensa mucho en términos operativos, en lugar de ser un tipo de McKinsey que quiere dividir la empresa”, dice una persona cercana al Consejo de Administración de P&G.

Peltz vive en una extensa finca frente al mar en Palm Beach, Florida, donde es vecino de Donald Trump. Peltz, que en su día fue confidente del expresidente, recientemente se distanció de él, declarando a CNBC que cree que los disturbios del Capitolio empañaron permanentemente su legado, y que “lamentaba” haber votado por él.

Entre los fracasos notables del inversor activista se encuentra General Electric, en el que Trian Partners reveló una participación de 2,500 mdd en octubre de 2015. Inicialmente, Jeff Immelt, el director ejecutivo, acogió su llegada. Pero un año más tarde, cuando el desempeño de GE quedaba muy por debajo, el tono de Peltz cambió.

Immelt escribió en su libro de memorias de 2021 que Peltz le dijo: “Jeff, quiero que sepas que te quiero como a un hijo en muchos sentidos, y nunca haría nada que te perjudicara, pero estamos en un punto en el que tenemos que hacer un cambio”.


Peltz, por su parte, dijo a CNBC en 2019 que Trian Partners vendió alrededor de un tercio de su posición en GE, pero que cometió un “gran error” al no vender completamente la participación. Trian aún posee alrededor de 4 millones de acciones de GE, con un valor de unos 360 mdd en la actualidad.

Unilever no ha hecho comentarios sobre la llegada de Trian Partners y Nelson Peltz también se mantiene en silencio. Sin embargo, los inversores se fijan en el libro de tácticas de P&G, donde Peltz luchó por simplificar su abultada estructura corporativa. La rentabilidad total del grupo para los accionistas creció 99% durante su etapa en el Consejo de Administración.

“El estilo de Peltz consiste en comprometerse con la administración para propiciar el cambio en lugar de mantenerse al margen y ser disruptivo”, afirma Carr. “Aunque es evidente que su sola presencia es inquietante”.

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