La pandemia de covid-19 puso fin a una década de crecimiento en el flujo de migrantes en todo el mundo, mientras que al mismo tiempo deja a los trabajadores nacidos en el extranjero en un riesgo mucho mayor de infección, desempleo y desventaja educativa, señaló ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Los inmigrantes y sus hijos ahora representan más de una de cada cinco personas en las 37 economías que analizó la organización internacional, pero el número de permisos de residencia que otorgaron los países de la OCDE en el primer semestre de 2020 fue de menos de la mitad del nivel que se registró el año anterior, ya que muchos gobiernos cerraron sus fronteras y dejaron de procesar las solicitudes.
“Es muy claro que el año 2020 estará marcado por un descenso histórico en la migración”, dijo Jean-Christophe Dumont, jefe de la división de migración de la OCDE. El panorama es igual de sombrío en países fuera de la organización que tienen grandes poblaciones de migrantes: en Arabia Saudita, el número de permisos otorgados cayó de 550 mil en el primer semestre de 2019 a solo 55 mil en la primera mitad de 2020.
Mientras, los migrantes actuales (muchos de los cuales no han podido regresar a sus países de origen con el cierre de fronteras y los vuelos que no están disponibles) se ven más afectados por la pandemia que los nacidos en el país.
La OCDE indicó que estudios en varios países demuestran que los inmigrantes enfrentan un riesgo de infección al menos dos veces más grande que los nacidos en el país, en parte porque es más probable que vivan en viviendas abarrotadas, dependan del transporte público o trabajen en puestos esenciales que no se pueden realizar desde casa.
También es más probable que trabajen en sectores como la hotelería, donde se concentraron las pérdidas de empleos. El organismo aseguró que la evidencia hasta el momento muestra que en casi todos los países, los migrantes son más propensos a quedar desempleados.
En Estados Unidos, antes de la pandemia la tasa de desempleo de los inmigrantes era menor que la de los nacidos en el país, pero ahora es 2 puntos porcentuales más alto. En países como Francia e Italia, donde los programas de licencia sin derecho a remuneración limitaron el desempleo, los migrantes tienen más probabilidad de permanecer inactivos. En Suecia, casi 6 de cada 10 de los nuevos desempleados eran inmigrantes.
La OCDE también advirtió que la pandemia pone en riesgo los avances recientes en la ayuda a los inmigrantes para que se integren a los países que los albergan, ya que se interrumpieron las clases de idiomas y la falta de equipo informático hace que para los niños sea más difícil el manejo de la educación a distancia.
La pérdida de puestos de trabajos de los migrantes actuales, en combinación con el fuerte descenso de nuevos flujos, puede traer problemas para las economías que tienen una fuerte dependencia de los trabajadores extranjeros que envían dinero a las familias en sus países de origen.
Hasta ahora, las remesas mundiales se han mantenido mejor de lo esperado. Farouk Soussa, economista de Goldman Sachs, estima que solo cayeron 6 por ciento interanual en el segundo trimestre de 2020, mientras que el Banco Mundial proyectaba una caída de 20 por ciento a lo largo del año.
Sin embargo, puede haber una caída mayor de remesas. Dumont dijo que, con personas de las economías emergentes que sufren más dificultades que las personas en el mundo desarrollado, los inmigrantes recurren a sus ahorros para ayudar a sus familiares en sus países de origen, pero “solo pueden hacerlo durante un tiempo”.
Soussa dijo que las remesas también pudieron verse reforzadas por los programas de licencia sin derecho a remuneración que protegen los ingresos en el corto plazo, y por algunos migrantes que envían ahorros a sus países preparándose para regresar a casa a medida que se agotan las perspectivas de trabajo.
Por su parte, Durmont afirmó que hay pocas perspectivas de que en el corto plazo la migración regrese a los niveles previos, y que el virus tendrá efectos duraderos.
Algunos gobiernos se dieron cuenta que los migrantes son esenciales en algunas partes de sus economías e hicieron excepciones para ellos, por ejemplo, Reino Unido extendió la duración de los permisos de residencia para médicos, y Alemania alquila vuelos para llevar al país a los trabajadores agrícolas.
Sin embargo, es poco probable que países como Estados Unidos, que presentó nuevas restricciones de inmigración para proteger a los trabajadores estadunidenses afectados por la pandemia, relajen esas políticas a corto plazo. La recesión económica mundial puede deprimir la demanda de mano de obra migrante, mientras que estudiantes y trabajadores con alta cualificación pueden mostrarse renuentes a aventurarse lejos de casa, y el trabajo a distancia hizo que las compañías reconsideren la necesidad de desplazar a un gran número de trabajadores expatriados.
“Vamos a ver una reorganización del mapa de la migración”, dijo Dumont.
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Repunta 4.9% la economía china
La Oficina Nacional de Estadística informó que el producto interior bruto (PIB) de China creció 4.9 por ciento interanual en el tercer trimestre de 2020, lo que muestra la tendencia de recuperación económica en el gigante asiático tras controlar el coronavirus, que provocó en el primer trimestre la primera caída del PIB chino desde 1976, con menos 6.8 por ciento. Pese a esto, el crecimiento se sitúa por debajo de lo esperado por la mayoría de analistas, que pronosticaban un avance superior a 5 por ciento. Este año, por primera vez desde 1990, Pekín no se marcó una meta de crecimiento debido a la pandemia. Mientras, las instituciones internacionales son optimistas: el Fondo Monetario Internacional prevé que el PIB chino crezca 1.9 por ciento en 2020 y el Banco Mundial (BM) pronostica un avance de 2 por ciento, lo que supone que el país asiático será uno de los pocos en crecer este año.