El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) dieron inicio en Washington a sus reuniones de primavera con expectativas poco alentadoras e incertidumbre: coincidieron en que el crecimiento económico global será de 3 por ciento en 2023 y se mantendrá por debajo de este promedio durante los próximos cinco años.
En su discurso inaugural, Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, dijo que la transición rápida de tasas de interés bajas a altas para hacer frente a la inflación, y una menor liquidez disponible y más de un año de guerra entre Rusia y Ucrania, han descubierto cuales son las debilidades en el sector financiero, y eso hace que las tareas de las autoridades sean más difíciles.
“Por lo anterior estamos proyectando para este año que, a pesar de la resiliencia notable en materia de gastos del consumidor y el resurgimiento por la apertura de China, el crecimiento mundial se mantendrá por debajo del 3 por ciento, y lo que más nos preocupa es que probablemente sea así durante los próximos cinco años”, advirtió.
La directiva explicó que los países han luchado contra una crisis tras otra, y esto ha generado una enorme presión sobre la responsabilidad de reformas estructurales que son de importancia vital para elevar la productividad, incluso quita la esperanza para atender a las personas más vulnerables en países pobres, en donde el futuro no es tan optimista y existen divergencias muy peligrosas.
“Una vez más, nos estamos reuniendo como miembros en un momento de grandes incertidumbres. La recuperación económica robusta que tanto se esperaba, es algo que aún no llega, porque existe un problema de inflación significativo que los bancos centrales deben mantener las tasas de interés a un nivel más alto para así luchar contra la inflación y esto obstaculiza las perspectivas de un crecimiento robusto”, aseveró Georgieva.
En línea con lo anterior, David Malpass, presidente del Banco Mundial, agregó que al examinar los elementos de crecimiento para el futuro, es importante que haya más inversión en pequeños negocios y en negocios nuevos que significa un mayor flujo de capital y que es algo que nos preocupa en los países de desarrollo.
“Los flujos de capital están saliendo y parece que están en un proceso de descapitalización y en vez de haber una convergencia entre los que tienen menos recursos y la personas que sí los tienen, lo que significa desigualdad y fragilidad para los países, lo que nos preocupa con los altos precios”, explicó.
Dicha perspectiva de crecimiento de 3 por ciento en los siguientes años es el pronóstico de alza a medio plazo más bajo desde 1990, y un dato muy por debajo del promedio de las últimas dos décadas, que fue 3.8 por ciento. Mañana, el FMI presentará la actualización de sus perspectivas de crecimiento para los países del mundo.
"Esto hará más complicado reducir la pobreza, curar la economía de las heridas de la crisis y proveer de nuevas y mejores oportunidades a todos", advirtió Georgieva.
SNGZ