FMI revela qué está frenando el crecimiento de México

No es sólo cuestión de dinero, las economías avanzadas tienen niveles más altos de capital humano y mejor gobernanza que los países emergentes, afirma.

México ha tenido más inversiones (como porcentaje del PIB) que Polonia. (Especial)
Silvia Rodríguez
Ciudad de México /

El bajo crecimiento de países de América Latina, como México, no está limitado por falta de inversión, sino por un bajo capital humano que da como resultado una baja productividad, y la productividad, a su vez, también está limitada por la gobernanza y el clima de negocios, aseguró el Fondo Monetario Internacional (FMI).

De acuerdo con lo planteado en un documento de trabajo del organismo internacional, al estudiar los diferentes componentes del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Polonia y México desde 1995, el panorama es muy claro: la combinación de capital humano y productividad es un importante factor positivo en el país europeo, pero a menudo un factor negativo en el de América del Norte.

Además, abundó, la gobernanza y un buen clima de negocios son importantes para el aumento de la productividad, pues en los países donde los derechos a la propiedad no están garantizados y la gobernanza es deficiente, las empresas siguen siendo pequeñas y la productividad baja; en contraste, en los países bien administrados, las empresas exitosas pueden crecer en tamaño y eficiencia.

El FMI explicó que en los últimos 25 años, México ha tenido más inversiones (como porcentaje del PIB) que Polonia, pero su crecimiento per cápita ha sido mucho más lento.

Indicó que la inversión, efectivamente, aumenta el ingreso. Un mayor stock de capital por trabajador hace subir el PIB per cápita, pero sólo hasta cierto punto, después, el rendimiento de la inversión comienza a disminuir pues, por ejemplo, alguien que reparte pizzas en motocicleta hará más entregas que alguien a pie, pero si el repartidor tiene dos motocicletas, o una más cara, su producción no aumentará mucho.

A largo plazo, no es un mayor volumen de insumos (mano de obra y capital) lo que genera el crecimiento, sino la productividad; es decir, cuánto puede incrementarse la producción con los mismos insumos en el mismo tiempo.

El organismo abundó en que el aumento de la productividad depende solo en parte del avance tecnológico. Ejemplificó que en tiempos de Charles Dickens, las cartas se escribían con plumas de ganso; hace un siglo con máquinas de escribir; hoy con computadoras.

“Lógicamente, ahora los empleados de oficina son mucho más productivos. Pero eso también depende del capital humano. Con la misma computadora un titulado universitario puede ser mucho más productivo que alguien que solo terminó la primaria”, afirmó.

El FMI explicó que en 1989, en vísperas de la caída del Muro de Berlín, los países que estaban detrás de la Cortina de Hierro eran mucho más pobres que los de Europa occidental, pero hoy, algunos tienen niveles de ingreso parecidos a los de España e Italia.

Abundó que la convergencia fue rápida porque el capital humano ya era parecido al de Europa occidental, aunque el ingreso era mucho más bajo a comienzos de la década de 1990, pero el afianzamiento de las instituciones contribuyó, y a este respecto la Unión Europea (UE) desempeñó un importante papel. La perspectiva de adhesión a la UE condujo a más reformas y reforzó el crecimiento. Los países que ingresaron o que pujaron por hacerlo experimentaron mejoras significativas.

En contraste, detalló el FMI, América Latina quedó rezagada en el proceso de convergencia principalmente por dos razones. Primero, porque no tenía la misma combinación de elevado capital humano y bajo ingreso que los antiguos países comunistas; de hecho, a mediados de los años noventa, el nivel del PIB per cápita era ligeramente superior al que cabría esperar con el capital humano existente.

Gobernanza y clima de negocios

En segundo lugar, tampoco hubo en América Latina una fuerte mejora institucional como la observada en Europa y en realidad, en muchos países los indicadores de gobernanza empeoraron; por tanto, los mismos factores que frenan el crecimiento también le restan atractivo a la inversión.

“Nuestra conclusión es que la escasez de inversión en América Latina no es la causa del bajo crecimiento, sino su resultado. Los gobiernos que se centran exclusivamente en estimular la inversión quizá deberían analizar el problema desde otra perspectiva. Los países no crecerán con más rapidez ni se acercarán a los niveles de ingreso de las regiones más ricas del mundo si el capital humano, la gobernanza y el clima de negocios no mejoran”, afirmó el FMI.

GGA

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