El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró sus perspectivas económicas para México, estima que en 2021 el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 4.3 por ciento, por arriba del 3.5 por ciento estimado en octubre pasado; para 2022, prevé un crecimiento de 2.5 por ciento.
Para 2020, el FMI estima que la contracción económica fue de 8.5 por ciento y no de 9 por ciento, lo que también refleja una mejoría de las proyecciones hechas en octubre pasado.
De acuerdo con el documento Perspectivas de la Economía Mundial, esta mejoría en las previsiones para México se da en un contexto en el que se espera un fortalecimiento de la actividad económica mundial, impulsado por el proceso de vacunación contra el covid-19 y un apoyo político adicional en unas pocas economías grandes, especialmente Estados Unidos y Japón.
Sin embargo, apuntó el FMI, aunque las recientes aprobaciones de vacunas han generado esperanzas de un cambio radical en la pandemia a finales de este año, las nueva ola de contagios y las nuevas variantes del virus plantean preocupaciones para las perspectivas, a esto se suman cierres en los países para frenar la pandemia y problemas logísticos con la distribución de vacunas.
En este contexto y en medio de una incertidumbre excepcional, prevé que la economía mundial crezca un 5.5 por ciento en 2021 y 4.2 por ciento en 2022.
El organismo internacional prevé que la fortaleza de la recuperación varíe significativamente entre países, según el acceso a intervenciones médicas, la eficacia del apoyo de políticas, la exposición a efectos de contagio entre países y las características estructurales con las que ingresan a la crisis.
Países emergentes
Para los países emergentes y en desarrollo, el FMI estima que sigan caminos de recuperación divergentes, donde los exportadores de petróleo y las economías basadas en el turismo enfrentan perspectivas particularmente difíciles, considerando la lenta normalización esperada de los viajes transfronterizos y las perspectivas moderadas para los precios del petróleo.
Además, se espera que la pandemia revierta el progreso logrado en la reducción de la pobreza en las últimas dos décadas, por lo que es probable que cerca de 90 millones de personas caigan por debajo del umbral de pobreza extrema durante 2020-21.
Así, en todas las regiones, las vulnerabilidades, la estructura económica y las tendencias de crecimiento anteriores a la crisis, junto con la gravedad de la pandemia y el tamaño de la respuesta política para combatir las consecuencias, configuran los perfiles de recuperación.
MRA