En 2021 se abrirán 4 funerarias y 3 crematorios de J. García López

Debido al incremento de fallecimientos por covid-19, la empresa ampliará sus infraestructura; en los últimos nueve meses dieron 3 mil 486 servicios, mil de ellos gratuitos, señala Manuel Ramírez, director de la cadena funeraria.

Para recolectar el cuerpo de una persona que falleció a consecuencia de covid-19, se deben seguir protocolos sanitarios estrictos. (Araceli López)
Cristina Ochoa
Ciudad de México /

El 24 de diciembre se cumplieron nueve meses del primer servicio funerario que realizó J. García López relacionado con el virus SARS CoV-2, que desde marzo llevó al sector salud y a la industria funeraria a trabajar a marchas forzadas.

“La industria funeraria conforma el último eslabón de estas industrias esenciales que tienen que atender a las familias que desafortunadamente no libraron la batalla ante esta pandemia que nos cambió la vida. Recuerdo perfectamente el día que atendimos el primer servicio a consecuencia de covid-19, fue el 24 de marzo y a partir de ese día hasta el cierre de ayer llevamos atendidos 3 mil 486 servicios consecuencia de covid, de ellos casi mil han sido de manera gratuita”, dijo en entrevista con MILENIO Manuel Ramírez, director general para J. García López.

De estos servicios, alrededor de 54 por ciento fueron de familias que ya contaban con un plan de revisión.

Para el próximo año, la cadena funeraria tiene planeadas dos aperturas de casas J. García López y dos más para velatorios Santa Gloria, así como la instalación de tres hornos crematorios, por lo que esperan, el gobierno les autorice la concesión de esa infraestructura.

“Creemos que estamos lejos de llegar a lo que vivimos en mayo, pero desafortunadamente está incrementando el número de servicios. Estamos preparados, para atender esta demanda”.

Hace poco más de 16 años Ramírez llegó a la cadena funeraria, fundada en 1981. Hasta entonces él había desarrollado sus estudios y trayectoria profesional en el sector hotelero, cuando fue llamado por la empresa para implementar un nueva visión del servicio al cliente dentro de la industria funeraria.

Gracias a esto, dice, han podido atender con excelencia un momento histórico sin precedentes.

Recuerdo el día que atendimos el primer servicio a consecuencia de covid-19, fue el 24 de marzo, explicó Manuel Ramírez. (Araceli López)

En los días previos a que la pandemia de covid-19 llegara a México, J. García López buscó el contacto de sus pares internacionales. A finales de febrero recibió información de cómo operaba el sector funerario en España. Fue así como vislumbraron el reto que enfrentarían días después para garantizar la seguridad de sus colaboradores.

Para el 10 de marzo teníamos perfectamente establecidos todos los procesos. Creamos incluso a un director responsable de los protocolos sanitarios; nos anticipamos a la compra de los insumos. No hemos parado de brindar homenajes a personas que fallecieron por otras patologías. Ha sido un reto diario no aflojar a esa disciplina”, relató Ramírez.

Para recolectar el cuerpo de una persona que falleció a consecuencia de covid-19, se deben seguir protocolos sanitarios estrictos, como el uso de trajes tipo tyvek que garanticen un hermetismo corporal de los colaboradores. Además del uso de productos químicos para tener procesos inocuos y salubres para manipular un cuerpo: los trabajadores deben colocar el cuerpo en una bolsa con forros sépticos, que debe sellarse, para finalmente llevarlo a cremación.

“La pandemia ha tenido un tono de crueldad muy importante, porque han sido muchísimas familias las que se despidieron de un familiar en las puertas de la zona de urgencias de un hospital para, desafortunadamente, no volverle a ver, ya que no podían rendir un homenaje a estas personas, pues procedíamos a la cremación directa y sólo les entregábamos una urna con las cenizas”, señaló.

J. García López fue la primera cadena funeraria en contar con su propio horno crematorio. Durante la pandemia, dejaron de atender servicios de cremación para terceros ante el incremento en la demanda.

La compañía opera 10 hornos crematorios con capacidad para realizar 80 cremaciones al día, pues entre cada servicio las máquinas, que llegan a rebasar los mil grados centígrados, requieren de un descanso entre cada servicio y de enfriamiento por las madrugadas.

“Somos el único grupo con una cámara de refrigeración, que es para cuatro cuerpos. En mayo llegamos a tener en 24 horas hasta 120 cuerpos, por eso nos vimos forzados a establecer en nuestras instalaciones cámaras frigoríficas, incluso en un momento tuvimos dos trailers thermo king que nos permitían albergar hasta 80 cuerpos garantizando la cadena de frío, evitando la propagación del virus y la debida conservación de estos cuerpos. Estuvimos a punto de ser rebasados en nuestra capacidad instalada”, finalizó.

JLMR

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