El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) aseguró que tras los resultados que dio a conocer el Servicio de Administración Tributaria (SAT) sobre los ingresos del gobierno federal durante 2021, se ha requerido casi 1 billón de pesos para compensar la diferencia entre ingresos y gastos para evitar el desbordamiento del déficit público, aunado a que la economía del país entró en un estancamiento.
En análisis ejecutivo el Ceesp señaló que la lógica de la prudencia fiscal apunta a que el gobierno, debería estar preparado para contener su gasto o hacerlo mucho más eficiente, dirigiéndolo a inversión productiva, compatible con el crecimiento de mediano y largo plazos, y con ello fortalecer la recaudación tributaria.
“Sin embargo, el reporte de la SHCP sobre las finanzas públicas para el cierre del 2021 no parece indicar que este sea uno de los objetivos oficiales. A pesar de que los ingresos del sector público aumentaron a una tasa real anual de 5.6 por ciento, no fueron suficientes para compensar el incremento de 6.4 por ciento en el gasto público, ocasionando que el balance público resultara deficitario en 757.9 mil millones de pesos”, aseguró.
Expuso que la expectativa de fortalecer las fuentes de recursos públicos no parece estar cerca, y que las necesidades de gasto aumentan; “la economía ha entrado a un estado de estancamiento y las expectativas de crecimiento no anticipan un repunte significativo en el mediano plazo”.
Refirió que el gasto público en inversión física “otra vez fue decepcionantemente bajo”, ya que sumó 691.8 mil millones de pesos, cifra que si bien fue 0.2 por ciento mayor a la del año previo, resultó 29.8 mil millones de pesos, inferior a la cifra presupuestada, donde el 44.6 por ciento se canalizó al sector de hidrocarburos, incluyendo el proyecto de Dos Bocas.
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“Al considerar la creciente necesidad de recursos para financiar el gasto público en el más largo plazo, la preocupación es mayor. Se ha requerido casi un billón de pesos para compensar la diferencia entre ingresos y gastos para evitar el desbordamiento del déficit público -según los requerimientos financieros del sector, como su versión más amplia-. Ello hace evidente que hay que hacer algo para sanear las finanzas del Estado. Hay que fortalecer las fuentes de recursos y elevar la eficiencia del gasto”, aseveró.
Indicó que buena parte de los riesgos fiscales se concentran en la evolución de las empresas productivas del Estado, donde la CFE y Pemex, que requieren cada vez más recursos, se han convertido en objetivos prioritarios del Ejecutivo. Especialmente los apoyos a Pemex vía aportaciones patrimoniales sumaron casi 203 mil millones de pesos.
“La evolución del gasto público muestra señales de un incremento preocupante, y su composición es poco productiva. Como porcentaje del PIB en 2021, representó 25.7 por ciento que es, junto con el dato del 2020, el porcentaje más elevado desde 2017 y similar a los niveles más altos del gobierno pasado”, señaló.
En ese sentido expuso que es evidente que la principal característica del gasto público es que concluyó el ejercicio privilegiando los rubros, donde se concentran los principales programas y proyectos insignia del Ejecutivo. “Como lo hemos señalado, esto ha sido una estrategia política favorable para el gobierno, particularmente en el corto plazo, pero poco productiva.
Es probable que la estrategia sea poco redituable para la sociedad en una perspectiva de mayor plazo”