De la mano del mismo Michele Ferrero, quien ha dedicado toda su vida a la confitería, Pietro Paolo Cornero comenzó a trabajar en Grupo Ferrero desde muy joven, y desde hace casi 20 años vive en México representado a la compañía italiana reconocida principalmente por sus chocolates envueltos en papel metálico dorado.
El arraigo y amor de Cornero por nuestro país lo llevó, junto con su esposa, a tramitar la nacionalidad mexicana en 2017: “Me sentía ya mexicano, pero ahora me siento mucho más. Llegamos aquí en 1993 y nuestra primera hija nació tres años después”.
Recuerda que llegó a México en los 90 como director de Marketing de Ferrero, cuyos productos se venden actualmente en 170 países; sin embargo, en 2001 se trasladó a Brasil para encargarse de la dirección general de la filial y retornó a nuestro país en 2010 para, desde entonces, dirigir la compañía.
¿Qué significó obtener la nacionalidad mexicana?
Esta tierra nos hospedó, nos cuidó y nos aceptó muy bien; mi esposa y yo queríamos cumplir nuestro sueño de ser mexicanos y nos pusimos a estudiar la guía de 100 preguntas sobre su historia para acreditar la nacionalidad.
Nunca fui muy estudioso, más que estudiar, hablaba, pero respondimos muy emocionados las cinco preguntas que nos realizaron para finalizar el trámite. Fue un test con opciones y con preguntas como si la batalla de Puebla había sido contra los españoles, los franceses o los estadunidenses.
Cuando sacamos nuestro pasaporte verde, que es diferente del europeo, le hablamos a nuestra hija mayor que estudia en Estados Unidos y le dijimos: “¡Ya somos paisanos!”.
¿Qué extraña de Italia?
La comida, la familia y la cultura, que también es diferente; sin embargo, estar en diferentes lugares hace que tengas más experiencias.
Yo soy del norte de Italia, por eso no extraño para nada el clima, aquí en México eso es mucho mejor. De este país he aprendido mucho sobre la hospitalidad de la gente, sobre su calidez... aunque sí extraño el orden en general que hay en Europa.
¿Qué idioma hablan en casa?
Hablamos una mezcla; tenemos hijas que hablan en inglés, pero preferentemente hablamos italiano, porque el español lo aprendemos todos los días y queremos conservar nuestro origen. A veces también platicamos en dialecto, yo hablo dialecto piamontés, así platico con mi hermano y mis papás. No queremos que se pierda algo que es parte de nuestra cultura.
¿Qué ha aprendido todos estos años trabajando en Ferrero?
Que es importante rodearse de gente que sepa más que tú. A mí me toca hacer que ellos toquen los instrumentos de una forma adecuada, pero ellos son los músicos. Hasta que me quede entusiasmo, me voy a divertir trabajando.
¿Qué hace Paolo Cornero en su tiempo libre?
Me gusta cocinar; a mi esposa no le gusta que lo haga, porque dejo un relajo, pero lo hago bien, sobre todo con mi hija más pequeña.
También me gusta salir a caminar; en temporada, busco hongos para comer. En Italia tenía la tradición de cosechar los hongos. Acá, en la parte del Nevado de Toluca, Oaxaca y Mazamitla (Jalisco) hay variedades que me gustan, y es tan difícil encontrarlas, que cuando los ves, te los imaginas ya en la cocina.
Además me gusta leer y ver deportes. Me gusta el futbol cuando son grandes partidos, clásicos. Le voy al Inter de Milán y a las Chivas, de Guadalajara.
¿Qué queda de aquel joven que comenzó en Italia trabajando con Michele Ferrero?
Antes que todo, ya no tengo cabello; ha cambiado la experiencia y la suma de los errores que he cometido y que me han hecho entender dónde estuve bien y en qué estuve mal.
Ya no tengo miedo, y no me preocupa quien se equivoca. Me espantan las personas que no reconocen sus propios errores, hay que aprender a reconocerlos para mejorar.
Cuando tienes responsabilidades, como ser director de una compañía, sabes que tus errores pueden conllevar problemas a las familias. Definitivamente ha cambiado mi sentido de responsabilidad y, por supuesto, mi ansiedad, porque sé que lo que hago puede impactar a la sociedad y a las familias que trabajan conmigo.
¿Piensas regresar a Italia cuando termine tu gestión en Ferrero?
Primero veré a dónde quieren ir mis hijas; adonde vayan ellas, iremos nosotros. Pero siento que haremos un tour al estilo del Cirque Du Soleil para aprovechar de lo que nos da cada país que nos define, y si gozamos de buena salud, poder conocer partes del mundo a las que no hayamos ido. Pero siempre regresaremos a México una parte del año.
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Los 26 años de Ferrero en el país no han pasado desapercibidos. No solo se inauguró un Centro de Investigación y Desarrollo en San José de Iturbide, Guanajuato, sino que lanzó el Kinder Délice Fresa, el cual se elabora con fresas 100 por ciento mexicanas de la región que rodea a la planta, y está pensado en el mercado local (49 por ciento de la fresa proviene de Zamora, Michoacán).