El dinero que reciben los bancos de sus clientes, conocido como captación bancaria, fue el elemento que mas cambió su tendencia por la pandemia, pues a partir de marzo de 2020 inició un alza continua, por lo que cerró el año con 10 meses consecutivos de crecimiento anual nominal a doble dígito.
Según un estudio de BBVA, se registró una tasa de crecimiento anual promedio de 11.3 por ciento, la mayor desde 2017. “Lo inusual es que se trata de la primera vez desde que se tiene registro que la captación tradicional es mayor a 10.6 por ciento, aun cuando la captación a plazo crece, en promedio, menos de 5 por ciento a tasa anual.
Agregó que esta vez se logró el crecimiento inesperado ya que, a diferencia de otras crisis registradas, durante la pandemia, la disrupción no se generó en el sistema financiero, sino que obedeció a un tema sanitario sin precedente. Ante la incertidumbre sobre el virus, la falta de liquidez en los mercados financieros y las restricciones impuestas por los gobiernos, tanto personas como empresas optaron por mantener una mayor cantidad de saldos como prevención.
Ante el cierre de la economía, las personas incrementaron sus saldos desde abril, mientras que las empresas usaron sus líneas de crédito bancarias y llevaron el crecimiento de sus depósitos a la vista a 17.5 por ciento anual durante el mismo mes.