Japoneses se rehúsan a migrar a la banca electrónica

FT Mercados

Japón ahorraría hasta 15,000 mdd al año si migra del efectivo a los pagos electrónicos, pero la desconfianza de su población dificulta el proceso.

Los consumidores japoneses pueden pagar sus productos en los cajeros automáticos que se encuentran en los supermercados de la ciudad de Naha, en Okina
Kana Inagaki y Leo Lewis
Ciudad de México /

A principios de julio, el director ejecutivo de 61 años de edad de 7pay apareció en televisión para disculparse con los consumidores, después de que el lanzamiento de uno de los servicios de pagos móviles más esperados de Japón terminó en una catástrofe.

 Luego de batallar para explicar por qué su sistema —que se implementó a través de una red de 21,000 tiendas de 7-Eleven para no utilizar dinero en efectivo— fue víctima de hackers y fraudes unas horas después de ponerse en operación, se le preguntó a Tsuyoshi Kobayashi sobre la protección estándar de verificación en dos pasos.

El incidente se volvió parte de una gran parábola de Japón en la era moderna: un país en tensión permanente, entre su imagen de alta tecnología y las realidades de los consumidores que se hacen mayores. 

El país asiático inventó dos tecnologías clave para no usar efectivo, que otros países implementaron para dar un paso adelante. Puede ser real su ambición de convertir a una de las sociedades más obsesionadas con el efectivo en una de las que menos lo usen en 2027, pero también lo son las ineptitudes del gobierno; la aglomeración extrema del mercado y los obstáculos demográficos que se interponen.

El Dato.

40%

de los pagos en Japón no serán en efectivo en 2026


La meta está trazada 

Durante los últimos años, tanto el gobierno japonés como sus corporativos establecieron planes para esta revolución, que podrían remodelar y revitalizar a la tercera economía más grande del mundo e, incluso, ayudar a Japón en su lucha de décadas con la deflación.

 El principal plan es la visión sin efectivo del gobierno, al duplicar las transacciones con tarjetas y dinero electrónico en los próximos ocho años, para crear un mercado en el que no se utiliza efectivo de más de 1,000 millones de dólares (mdd). 

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, encabeza el impulso, ya que su gobierno busca capitalizar el aumento de turistas antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, así como un incremento del impuesto a las ventas en octubre. Con esto esperan alentar a los minoristas a reemplazar las transacciones de dinero por un sistema digital de pago más eficiente. Un factor importante detrás del empuje es la reducción de la población en edad laboral de Japón, un recurso limitado que ya no se puede desperdiciar en los procesos que requieren mucha mano de obra para el manejo de efectivo. 

Otro factor es la economía: el Instituto de Investigación Nomura estima que al país le cuesta alrededor de 15,000 mdd manejar el efectivo que utiliza cada año. 

Los analistas de UBS creen que cerca de 40% de los pagos en el país no serán en efectivo en 2026, pues dicen que Japón se acerca a un punto de inflexión. Los bancos ya comenzaron a reducir considerablemente sus redes de cajeros automáticos para bajar costos.

“La digitalización se extiende a un ritmo increíble, por lo que es importante que no estemos satisfechos con el status quo y tomemos medidas activas para abordar estos cambios estructurales”, dice Tatsufumi Sakai, director ejecutivo de Mizuho Financial Group, que recientemente presentó sus planes para cerrar alrededor de 20% de su red de 500 sucursales.

 Este cambio se produce en un contexto de gran preocupación por el prestigio nacional. Cuando Japón fue sede de los Juegos Olímpicos en 1964, cautivó al mundo con su tecnología. Quiere hacer lo mismo el próximo año, pero teme que los visitantes descubran que hay grandes minoristas, clínicas médicas, restaurantes y hoteles en el país que solo aceptan efectivo. 

“Fue mi primera vez, así que estaba muy nervioso, pero fue un alivio que fuera tan fácil”, escribió Abe en Twitter en febrero, con una foto de él sosteniendo incómodamente un iPad para escanear un código QR y pagar por las flores en un local. “Esperamos expandir drásticamente los pagos sin uso de efectivo en Japón…. en preparación para una era con 40 millones de turistas extranjeros”.

Obsesionados con el efectivo

 A pesar de ese tipo de ambiciones, la cantidad de efectivo en circulación en el país aumentó en los últimos 20 años. De acuerdo con las cifras que publicó el Ministerio de Economía, Comercio e Industria en 2018, la proporción de transacciones sin uso de efectivo en Japón estuvo muy por debajo de otras grandes economías, con 18%. Corea del Sur estaba cerca de 90%, Reino Unido registró más de 55% y la de EU fue de 45%. Solo Alemania tiene una proporción menor de transacciones: 15%. 

Según con los analistas del Ministerio de Economía, Comercio e Industria, la adicción profundamente arraigada de Japón al efectivo se debe en parte a una desconfianza hacia los sistemas financieros. Las bajas tasas de criminalidad también contribuyen, lo que significa que las personas están felices de llevar consigo grandes cantidades de dinero.

 Esto impide la propagación del sistemas sin efectivo que se afianzan en otras partes del mundo, aunque Japón fue el pionero de la tecnología que los respalda. Cuando 7pay lanzó su fallida plataforma de pago digital, se unió a una larga lista de sistemas que utilizan el código QR. 

La amenaza a la seguridad cibernética ya había proyectado una sombra sobre la naciente industria. Cuando PayPay puso en marcha una generosa campaña de devolución de efectivo de 20% en diciembre, rápidamente recibió quejas de algunos usuarios, a quienes se les cobró por compras que nunca hicieron. 

Desde entonces implementó varias medidas para evitar el fraude con tarjetas de crédito. Sin embargo, los incentivos para que las empresas utilicen la tecnología para no usar efectivo son enormes.

King cash

 Hasta el momento no se registra un claro ganador, aunque PayPay es el servicio de mayor crecimiento al registrar más de ocho millones de usuarios en menos de un año. Una encuesta realizada por la firma de investigación MyVoice Communications en febrero, encontró que 20% de las personas había usado servicios de pago por medio de smartphones el año pasado. De esas personas, 4.9% usó Rakuten Pay, le siguieron PayPay con 3.8%, Apple Pay con 3.3% y Line Pay con 3.1%. 

A pesar del mercado competitivo, la industria señala que el mayor obstáculo no es la avalancha de rivales, sino el reto de desarticular la mentalidad de que el dinero es el rey. 

Para romper esa adicción, menciona Youngsu Ko, director ejecutivo de Line Pay, no será suficiente con demostrar que los pagos móviles son seguros y cómodos. Los usuarios también necesitan incentivos económicos.

 El gobierno japonés está redoblando estos esfuerzos, al ofrecer puntos que pueden canjearse por futuros descuentos a los consumidores que utilizan sistemas de pago sin efectivo durante nueve meses, después de que aumente el impuesto al consumo en octubre, de 8 a 10%. Los incentivos se pagarán con un presupuesto de 2,600 mdd. 

Los ejecutivos admiten que las campañas temporales de devolución de dinero y de no aplicar cargos solo pueden llegar hasta cierto punto. Al final, los consumidores y los minoristas deben estar convencidos de que es mejor utilizar los sistemas que no requieren de efectivo. Japón es conocido por sus tecnologías que caen en la llamada trampa de Galápagos, donde el país desarrolla su propio ecosistema, aislado del resto de los países.



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