Jonathan Newhouse, la mente detrás de Condé Nast

FT Mercados

El multimillonario dueño de Vogue, reorganizará el universo del grupo editorialpara llevarla al futuro.

"Hay un viejo dicho en Condé Nast de que te dan mucha cuerda, pero si decides ahorcarte, eso depende de ti” (Cortesía).
Anna Nicolaou
Ciudad de México /

Durante tres décadas, Jonathan Newhouse se sentó en la, primeras filas de los desfiles de moda de Milán y Shanghai y convivió con diseñadores, al mismo tiempo que extendía el alcance de la revista Vogue a todo el planeta. Sin embargo, el descendiente de la familia Newhouse, detrás del imperio de medios Condé Nast, controla estrictamente su perfil público. Los Newhouse son “muy, pero muy privados”, dice Diane von Furstenberg, la diseñadora, quien describe a Jonathan como “un hermano”.

 Pero el multimillonario, que es tímido, entró al foco de la atención cuando el Consejo de Administración destituyó al director ejecutivo de Condé Nast de Estados Unidos (EU), Bob Sauerberg, e instaló a Newhouse como presidente de las empresas recientemente fusionadas del grupo. 

Amigos y colegas describen a Newhouse, de 65 años de edad, como meticuloso y tranquilo. “Es increíblemente disciplinado en todo, hasta el grado de ser molesto”, dice un confidente. Comienza a trabajar a las 6:30 de la mañana y lee de cabo a rabo todos los números que publica Condé Nast. 

Primo del fallecido, Samuel Newhouse, quien dirigió la cartera de periódicos, revistas y estaciones de televisión de la familia hasta 2015, Jonathan comparte el entusiasmo familiar por el hermetismo. Llamar la atención hacia uno se considera como algo “kind of infra dig” entre los Newhouse, de acuerdo con las personas cercanas a la familia. 

“Es un tipo muy dulce”, agrega Von Furstenberg. “Solo que es muy tímido”. La decisión de destituir a Sauerberg no fue una sorpresa. Personas familiarizadas con las finanzas de Condé Nast, dicen que la división de EU gastaba una gran cantidad de dinero y perdió 120 millones de dólares (mdd) el año pasado.

 El lado del negocio de los Newhouse, Condé Nast International, es rentable desde 1995 y obtuvo una utilidad de alrededor de 40 mdd por ventas de 1,000 mdd el año pasado. 

Sin embargo, Newhouse y el nuevo director ejecutivo que planea nombrar, tendrán que esforzarse mucho para tratar de ayudar a Condé Nast a adaptarse a las fuerzas que pusieron de cabeza la industria de medios. La circulación en todos los títulos estadounidenses de Condé Nast cayó a 44 mdd este año, en comparación con 49 mdd del año pasado. 

Después de crecer en Nueva York, Newhouse estudió en la Universidad de Yale. Pero abandonó la universidad para trabajar en los periódicos y revistas propiedad de la familia. 

A fines de la década de 1980, conoció a su esposa, Ronnie Cooke, que en ese momento era editora de moda en la revista Details. 

En la actualidad, Cooke Newhouse es una fuerza en la industria de la moda por derecho propio como propietaria de House + Holme, una compañía de publicidad de lujo. En 1989, Newhouse se mudó a París para trabajar en la expansión global de la compañía. Condé Nast introdujo exitosamente a Vogue y otras revistas a países como Corea del Sur, China, Rusia y Brasil.

En el camino, Newhouse hizo una serie de nombramientos de alto perfil, como Edward Enninful, el primer editor en jefe afrobritánico de la revista British Vogue.

 Los editores dicen que Newhouse les da mucha autonomía y se preocupa profundamente por sus marcas y empleados. “No le gusta el clasismo”, dice Wolfgang Blau, presidente de CNI y el segundo al mando por debajo de Newhouse en Londres.

 “Hace poco fuimos a una oficina en Moscú, en la que no habíamos estado en muchos meses, y recordó a la recepcionista por su nombre”. Pero también se centra incansablemente en los resultados. “Hay un viejo dicho en Condé Nast de que te dan mucha cuerda, pero si decides ahorcarte, eso depende de ti”, dice Dylan Jones, editor de British GQ

Poco después de que Newhouse contrató a Jones en 1999, los dos fueron a almorzar a The Ivy en Londres. “Yo balbuceaba sobre algo fantástico que organizamos para transformar la industria editorial. Jonathan me dejó hablar un rato, mientras se terminaba lo que estaba comiendo. Luego me miró y dijo: ‘Sí, eso es genial. Si funciona’”.

 “Es un perfeccionista de los detalles”, dice Jones. “A lo largo de los años recibí muchos correos electrónicos y llamadas de él para preguntarme cuál había sido la inferencia en una cita en particular en un perfíl que escribimos, o para señalar un error ortográfico poco frecuente”. Newhouse tiene una compañía disciplinada.

 “Cuando los editores se van a otra parte, pocas veces es algo opcional”, dice un ejecutivo que trabaja con él desde hace décadas. 

Esa dureza queda demostrada en la reorganización de esta semana. Sauerberg había estado encabezado una estrategia para reposicionar a Condé Nast para el futuro. Pero la familia Newhouse decidió que, si bien el plan de Sauerberg era correcto, él no era la persona para ejecutarlo. Los cambios revivieron las especulaciones sobre Anna Wintour, la editora de Vogue EU, de quien se dice que tiene una relación espinoza con Newhouse. 

Si bien el anuncio de Newhouse de esta semana generó preguntas sobre el futuro de las revistas de su familia, los analistas confían en que las revistas que más presumen van a perdurar más tiempo. “No puedes replicar en línea un entorno de lujo”, dice Douglas McCabe de Enders, una consultora de medios. “Vogue no... va a desaparecer en el futuro inmediato”.


LAS MÁS VISTAS