Alertan de daño a la salud por consumo excesivo de jarabe de maíz de alta fructosa

De acuerdo con Profeco, dicho endulcorante es utilizado en muchos productos, entre ellos galletas, yogurt, pan, refresco y frituras.

El jarabe de maíz de alta fructosa es un endulcorante similar al azúcar (Especial)
Ciudad de México /

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) alertó que el consumo excesivo de jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), que se encuentra en la mayoría de los productos, es dañino para la salud, por lo que pidió verificar las etiquetas de los alimentos antes de gastar en ellos.

En la Revista del Consumidor, el organismo que dirige Ricardo Sheffield Padilla señaló que el JMAF se encuentra en productos como: Galleta Oreo, Yoplait, Pan Bimbo, Coca-Cola, Pepsi, Ruffles, Barritas, Froot Loops, Jumex Fresh, Jarabe para bebé Karo, éste último advirtió, representa un peligro para la salud de los bebés.

"Consumir este tipo de bebidas y alimentos no brinda nutrientes, las calorías que aportan no sacian, por ello se les conoce como calorías vacías, que con el tiempo se acumulan y derivan en sobrepeso y obesidad", aseguró la Profeco.

¿Qué es el jarabe de maíz de alta fructosa?

La fructosa es solo un constituyente natural de la fruta, de ahí el nombre, se obtiene de la glucosa en el jarabe de maíz, en lo que se conoce como jarabe de maíz de alta fructosa.

Es un edulcorante similar al azúcar, ya que ambos están compuestos por los mismos elementos, la glucosa y fructosa; sin embargo, los azúcares del JMAF no provienen directamente de la fruta, sino de una mezcla altamente purificada de la fécula de maíz.

¿Para qué se utiliza?

De acuerdo con la Profeco, se usa este componente porque es la alternativa para endulzar más barata y es más dulce que el azúcar. Además, prolonga el tiempo de caducidad de los alimentos.

De acuerdo con el estudio publicado en la American Journal of Clinical Nutrition, las bebidas endulzadas con JMAF, inducen en la sangre un porcentaje mayor de partículas que transportan colesterol malo, lo que aumenta el riesgo de padecer ácido úrico y enfermedades cardiovasculares.

GGA

  • Eduardo de la Rosa