El confinamiento derivado de la emergencia sanitaria de covid-19 modificó los hábitos de alimenticios en casa y provocó que el consumo de tamales y atole en el país creciera 15 y 19 por ciento, respectivamente.
De acuerdo con la investigadora de mercados Kantar, durante 2020 en promedio 32 por ciento de los mexicanos consumió tamales a la semana; en tanto, 17 por ciento bebió atole en este mismo periodo de tiempo.
Los más jóvenes, así como las personas con nivel de ingreso medio, fueron quienes incrementaron el consumo de los tamales. En cuanto a los atoles, todos los niveles aumentaron su ingesta, siendo una de las bebidas calientes que mejor acompaña a este alimento.
“El atole se consume por su sabor principalmente, aunque otras razones por las que se elige sobre otras bebidas es por ser el complemento ideal para los tamales así como buscar un cambio, por ejemplo, del café. Por su parte los tamales se eligen por placer o antojo, así como por su practicidad. Otra razón por la que se comen tamales es cuando se tiene hambre y se busca algo que nos sacie”, dijo Mariana Cruz, out of home & usage food manager de la división Worldpanel de Kantar México.
Con un 55 por ciento de participación, el desayuno es el momento de consumo más importante para esta ingesta; la cena participa con 39 por ciento de las ocasiones de comida.
Los hogares de la base de la pirámide son quienes destacan en el consumo de tamales, mientras que el atole o champurrado sobresalen en los mayores de 41 años.
“El fin de semana es cuando más se consumen los tamales y atoles, especialmente el domingo, ya que 20 por ciento de las ocasiones donde se comen los diferentes tipos de envueltos es en este día de la semana, así como 21 por ciento de las bebidas calientes de diferente sabores”, agregó Mariana Cruz.
AMP