El último fundador de las cajas populares del país, el padre Manuel Velázquez Hernández falleció este lunes. El clérigo legó a los mexicanos un movimiento social basado en el instrumento financiero del cooperativismo.
En 1950, el presbítero Manuel Velázquez por iniciativa de su hermano Pedro -quien también era sacerdote-, emprendió un viaje junto con el padre Carlos Talavera -obispo de la diócesis de Coatzacoalcos, Veracruz, de 1984 a 2002- a Nueva Escocia (Canadá) para conocer más sobre el movimiento social cooperativista.
Poco tiempo después los tres implementaron las bases del movimiento cooperativista y desde hace casi 70 años, las clases más desfavorecidas de México cuentan con las cajas populares como instrumentos de ahorro y préstamo, que han impulsado hasta hoy a más de 8 millones de personas a mejorar su calidad de vida.
Manuel Velázquez también es sociólogo y estudió el funcionamiento de las cajas populares en Canadá y Estados Unidos. Durante su larga y fructífera vida publicó varios libros sobre el tema, entre los que destacan “Las cajas populares y la utopía del Padre Velázquez” y “Pedro Velázquez, apóstol de la justicia”.
Las Cifras
- 2, 787, 851 Socios integran la Caja Popular Mexicana
- 341, 210 Son niños y jóvenes ahorradores
- 474 Sucursales hay en 26 estados del país
El 16 de abril del 2013, el padre Manuel Velázquez Hernández se convirtió en el primer homenajeado con la medalla al Mérito Cooperativista y la Economía Social, que recibió durante la sesión solemne en la Cámara de Diputados de nuestro país.
Caja Popular Mexicana es heredera de la antigua Confederación Mexicana de Cajas Populares de México y su misión viene de esa herencia y legado que los fundadores, los sacerdotes Manuel y Pedro Velázquez Hernández, lo que significa mejorar la calidad de vida de las personas.
Caja Popular Mexicana está supervisada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), está regulada por el Banco de México (Banxico) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
REPL