Nearshoring, una tendencia que se mantendrá por los próximos 10 años: Newmark

Luego de dos años de haber entrado en vigor el T-MEC se debe aprovechar la coyuntura que dejó la pandemia y los conflictos externos para salir fortalecido.

Con la dependencia alimenticia de Estados Unidos, México puede jugar de manera importante. Foto: (Shutterstock)
Karen Guzmán
Ciudad de México /

El fenómeno de relocalización de empresas, conocido como nearshoring, beneficiará a México al menos por los próximos 10 años, afirmó Newmark, una empresa global de consultoría en el sector inmobiliario.

Aseguró que las empresas estadunidenses han tenido mayores necesidades por relocalizarse como resultado de las tensiones comerciales que se tienen con China.

“Debido a la pandemia y los conflictos geopolíticos, se dio la necesidad de atender la demanda de Estados Unidos que creció en 20 por ciento post-pandemia y por la suspensión en la cadena de suministro por parte de China. En consecuencia, el nearshoring es una tendencia que llegó para quedarse por lo menos, los próximos diez años”, dijo, Sergio Pérez, director ejecutivo de cuentas corporativas en América Latina de Newmark.

También señaló que nuestro país ha negociado de manera adecuada el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y luego de dos años de haber entrado en vigor, se debe aprovechar la coyuntura que dejó la pandemia y los conflictos externos para salir fortalecido.

“México ha negociado muy bien el T-MEC. Los negociadores mexicanos han hecho un buen papel, por lo que sus cartas son muy fuertes, con la dependencia alimenticia de Estados Unidos, México puede jugar de manera importante. Antes, nuestro país era un fabricante más, hoy es el fabricante principal, y eso lo debemos usar a nuestro favor”, dijo Pérez.

Consideró que México se ha beneficiado del acuerdo comercial y en el tema inmobiliario, se ha observado una absorción histórica desde 2021 con una demanda de naves industriales que nunca se había registrado.

Por dar una referencia, planteó, desde hace 10 años se tenían absorciones promedio de 1.4 millones de metros cuadrados, bajo techo, rentables y clase A; en 2021 los registros se elevaron a 2.9 millones de metros cuadrados y 2022 registra números similares, lo que representa un crecimiento del 108 por ciento.

“Todo ello sin considerar a las industrias automotriz y la electrónica, que no han crecido en esta proporción ya que se han visto muy afectadas por la falta de suministros de micro chips debido a la insuficiente producción en Asia derivado de la pandemia”, puntualizó.

Subrayó que los beneficios que ha traído el T-MEC para la industria nacional, independientemente del boom en la demanda inmobiliaria, ha sido poder surtir de materia prima a las plantas extranjeras ya instaladas en el país; el nivel de capacitación de los empleados, ya que estas empresas elevan el nivel educativo; que se queda parte de la proveeduría, personal más calificado y la derrama económica por salarios e impuestos.

Agregó que México debe impulsar industrias básicas en el sureste, con ciertos procesos alimenticios para aprovechar estados como Yucatán, Chiapas o Tabasco, pero el reto que tiene la región es la falta de infraestructura.


srgs

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