Necesario, fideicomiso de cambio climático: FMI

El fideicomiso podría otorgar préstamos a tasas más bajas y vencimientos más prolongados para proporcionar espacio fiscal para que los países emprendan reformas y políticas ecológicas.

El Fondo trabaja con otros organismos en definir prioridades políticas. (Shutterstock)
Silvia Rodríguez
Ciudad de México /

El Fondo Monetario Internacional (FMI) analiza la creación de un fideicomiso que tenga por objetivo apoyar el crecimiento resiliente y sostenible en el período posterior a la pandemia del covid-19, incluida la resiliencia al cambio climático.

En un documento, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, refirió que el fideicomiso podría otorgar préstamos a tasas más bajas y vencimientos más prolongados para proporcionar espacio fiscal para que los países emprendan reformas y políticas ecológicas, y podría beneficiar especialmente a los países de ingresos bajos, y a los más pobres y vulnerables de ingresos medios.

Explicó que para mantener el calentamiento global entre 1.5 y 2 grados Celsius, se deben reducir las emisiones globales de un cuarto a la mitad durante la próxima década. Si bien esto puede parecer un objetivo imposible, se puede lograr con el apoyo público, los avances tecnológicos y las políticas adecuadas.

La directiva del FMI destacó que la respuesta de la ciencia y la tecnología durante la pandemia del covid-19 y el éxito en la creación de vacunas eficaces en un tiempo récord han sentado ejemplos esperanzadores de los avances que se necesitan en la innovación, el desarrollo y la comercialización de tecnologías bajas en carbono.

Además, añadió, las respuestas políticas de los gobiernos a la crisis del covid-19 han demostrado que muchas de las principales economías son capaces de emprender acciones drásticas y sin precedentes cuando es necesario.

Prioridades

Ante este escenario, Georgieva señaló que el FMI trabaja con otros organismos internacionales para establecer prioridades políticas globales para reducir las emisiones, con base en el Acuerdo de París; no obstante, reconoció, aplicarlas a nivel de cada país requerirá hacer compatible la mitigación del clima con el desarrollo social y las preferencias nacionales hacia enfoques de políticas específicas.

En este contexto, la primera prioridad es hacer que las señales del mercado funcionen a favor de la nueva economía climática, no en su contra, y por muy difícil que esto sea políticamente hablando, el mundo necesita deshacerse de todas las formas de subsidios a los combustibles fósiles; así, la clave es poner un precio sólido al carbono, como se discutió en el Simposio de Impuestos de alto nivel del Grupo de los Veinte (G20).

Un precio global promedio de 75 dólares por tonelada de CO2, muy por encima de los 3 dólares por tonelada actuales y por encima del 23 por ciento de cobertura de emisiones actual. Esto proporcionará una señal crítica para redirigir la inversión privada y la innovación hacia tecnologías limpias y para incentivar la eficiencia energética.

La segunda prioridad es la descarbonización radical de las economías y esto requerirá un aumento sustancial de la inversión durante las próximas dos décadas. El cambio a las energías renovables, las nuevas redes eléctricas, la eficiencia energética y la movilidad con bajas emisiones de carbono ofrecen una gran oportunidad de inversión.

El FMI señaló que esto es una gran oportunidad para el crecimiento y el empleo, ya que sus investigaciones apuntan a que las políticas de suministro verde financiadas con déficit podrían aumentar el producto interno bruto (PIB) mundial en aproximadamente 2 por ciento en esta década y crear millones de nuevos puestos de trabajo .

La tercera prioridad política global es una “transición justa” dentro y entre países, que asegure que el cambio a una economía baja en carbono sea justo y beneficie a todos, pues se reconoce que la descarbonización afectaría a los hogares vulnerables, así como a las empresas y trabajadores actualmente desplegados en sectores con altas emisiones.

Por tanto, añadió el organismo internacional, se requerirán medidas de compensación justas; por ejemplo, los ingresos de los esquemas de fijación de precios del carbono pueden financiar transferencias de efectivo, redes de seguridad social, reciclaje de trabajadores y esquemas de reubicación, y las políticas basadas en el lugar pueden ayudar a desarrollar nuevas industrias y empleos con bajas emisiones de carbono a través de inversiones ecológicas.

AMP

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