Con el regreso de Sam Altman a la empresa OpenAI, el reto que se enfrentará será el de darle mayor participación en la junta a Microsoft, además de que los lazos entre ambas compañías se fortalecerán aún más, advirtió la institución financiera Julius Baer.
El viernes pasado la junta directiva de OpenAI decidió despedir al cofundador de esta empresa Sam Altman, y después más de 95 por ciento de los empleados de la compañía amenazó con irse si Sam no regresaba, algo que se logró.
OpenAI inició la tendencia de la inteligencia artificial (IA) generativa hace un año con el lanzamiento de ChatGPT; este chatbot se convirtió en una de las aplicaciones de software de más rápido crecimiento del mundo.
OpenAI fue fundada en 2015 por Ilya Sutskever, Greg Brockman, Trevor Blackwell, Vicki Cheung, Andrej Karpathy, Durk Kingma, Jessica Livingston, John Schulman, Pamela Vagata y Wojciech Zaremba, con Sam Altman y Elon Musk como miembros iniciales de la junta. Microsoft proporcionó a OpenAI una inversión de mil millones de dólares en 2019 y una inversión de diez mil millones de dólares en 2023.
Luca Menozzi, analista de Investigación de Next Generation de Julius Baer, explicó que tras una saga de cinco días y una serie de eventos suscitados, el intento de golpe, perpetrado por la junta directiva de OpenAI para destituir a Sam Altman y Greg Brockman, ha fracasado.
“Los dos, quienes se suponía se unirían a Microsoft el lunes pasado, ahora se espera que vuelvan a OpenAI después de que casi 95 por ciento de los empleados amenazó con renunciar si no se restituía a los dos líderes; el apoyo incondicional de los empleados no nos sorprende, dado que el valor de sus posiciones de capital y opciones de acciones se habría visto afectado si Sam Altman se hubiera ido”, apuntó Menozzi.
En consecuencia, indicó la analista del banco privado suizo experto en wealth management, ahora se espera que Altman regrese como CEO con una nueva junta directiva compuesta por Bret Taylor, Larry Summers y Adam D'Angelo, quien es el único director que sobrevive de la junta anterior.
Precisó que si bien no se han dado muchos detalles, la tarea principal de la nueva junta es nombrar una nueva junta ampliada de nueve personas y establecer una gobernanza creíble después de estos días caóticos.
Además, es fácil asumir que Microsoft ejercerá presión para tener al menos un asiento en la nueva junta para defender sus inversiones estratégicas en OpenAI.
Añadió que la visión estratégica de Sam Altman, orientada hacia la innovación y la comercialización de más productos de IA, debería prevalecer y, los lazos de OpenAI con Microsoft deberían fortalecerse aún más.
“Además, OpenAI debería evolucionar de una startup a algo más parecido a una corporación pública a medida que adopta una estructura de gobernanza mejorada que privilegie los intereses de los inversionistas. Aunque la saga está llegando a su fin, las consecuencias de esta lucha interna podrían durar más tiempo y otros empleados podrían irse o ser forzados a hacerlo en los próximos meses”, advirtió la experta de Julius Baer.
“A pesar de todo el ruido de los últimos días y centrándonos en el panorama general, seguimos siendo optimistas sobre la historia estructural de nuestra temática de inversión en cómputo en la nube e IA”, aseveró.
PMA