El análisis económico ejecutivo del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp), consideró que el paquete económico para 2025 debe de garantizar la estabilidad fiscal de México, debido a los riesgos que enfrenta la economía y que posiblemente aumenten durante el primer año del nuevo gobierno.
“Es indispensable que el presupuesto 2025 se apegue a un marco macroeconómico realista, que reconozca y considere los riesgos que amenazan la estabilidad fiscal del país y haga todo para mitigarlos", indicó.
"Esto es necesario, ya que debe reconocer las fuertes presiones sobre las fuentes de recursos recurrentes y de gasto público, y que a la vez atienda las necesidades más urgentes de la población, como educación, salud, seguridad e inversión pública”, expresó en su análisis.
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Además, detalló que también existe el riesgo de que las finanzas públicas sean insostenibles por el aumento del gasto público, a causa de la evolución del gasto, los ingresos y el déficit fiscal.
En este sentido, comentó que para lograr reducir el déficit público en tres puntos del producto interno bruto (PIB), como se tiene previsto, tendrá que ser vía gasto, aunque el margen de maniobra para hacerlo es muy limitado, debido a que el incremento del gasto público no refleja ningún tipo de austeridad.
Otro factor que preocupa al Centro de Estudios es que no sea posible la reducción en el gasto de los programas sociales, sin embargo, el programa más oneroso son las pensiones para adultos mayores las cuales representan 85 por ciento, del gasto total de la Secretaría del Bienestar.
“La reducción del gasto, por lo tanto, como se tiene previsto para el próximo año es prácticamente imposible, ya que el margen de maniobra del sector público es muy reducido; el gasto irreductible representa prácticamente el 70 por ciento de los ingresos totales”, indicó.
Asimismo, otra opción que se destacó y que podría representar un ahorro es la desaparición de los órganos autónomos, aunque esto equivale el 0.1 por ciento del total del gasto.
“Lo más factible, como ha sido en otras ocasiones, sería limitar el gasto de inversión, que como proporción del PIB se ubica en niveles históricamente bajos, lo que también complica la posibilidad de un ajuste a la baja”, aseveró.
“No hay duda de que el nuevo gobierno enfrenta una posición fiscal débil debido a un entorno en el que se combina un gasto público elevado, creciente y rígido a la baja, con un menor crecimiento de los ingresos, lo que configura un riesgo importante para la nueva administración”, agregó.
“Aunado a todo esto, para el programa económico de 2025 es indispensable elaborar un marco macroeconómico lo más apegado a la realidad, ya que el optimismo con el que se han realizado algunos presupuestos pasados termina afectando la viabilidad de las finanzas al no cumplirse las expectativas”, indicó.
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KL