Los precios del petróleo registraron el lunes su mayor disparada durante una sesión desde 1991 tras los ataques con drones a instalaciones petroleras en Arabia Saudita. ¿Quiénes ganan y quiénes pierden con esta subida brutal y el aumento de tensiones geopolíticas?
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- Arabia Saudita, la gran perdedora -
El ataque pone en entredicho la capacidad del país para proteger sus instalaciones petroleras, de las que dependen principalmente sus ingresos, pese a haber invertido masivamente en su seguridad.
El proyecto de salida a bolsa de Aramco, la empresa pública propietaria de las instalaciones, podría sufrir las consecuencias sobre su valor: si la empresa, sus infraestructuras y sus reservas están en riesgo, "los inversores querrán más por su dinero", considera Neil Wilson, analista de Markets.com.
- La OPEP, entre dos aguas -
El ataque disparó los precios del crudo, que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) intenta mantener altos desde hace meses comprometiéndose colectivamente a limitar su producción.
Por otra parte, los países miembros y sus socios deberían estar preparados para cubrir la falta de producción de los sauditas, lo que les generaría mayores ingresos, estima Craig Erlam, analista de Oanda.
Sin embargo, las tensiones entre dos países miembros, Arabia e Irán, hacen patentes los desacuerdos en el seno de la organización y dañan su reputación como fuerza reguladora del mercado mundial.
- EU, ganador pero con riesgos -
Estados Unidos debería beneficiarse de este ataque contra el gigante saudita, gracias a su producción de hidrocarburos, la mayor del mundo debido a la explotación masiva del petróleo de esquisto, según los analistas de JBC Energy.
"Estados Unidos seguirá simplemente bombeando y los altos precios servirán para sostener el crecimiento de la producción estadunidense", coincide Wilson.
El presidente Donald Trump anunció que su país podría utilizar sus reservas estratégicas para "paliar cualquier choque a corto plazo", señala David Cheetham, analista de XTB, lo que posicionaría además a Estados Unidos como una fuerza alternativa de regulación de la oferta petrolera.
Sin embargo, la disparada de los precios podría pesar en un crecimiento estadunidense que ya está a medio gas.
- Nuevo revés para China -
China, que ya está enzarzada en un conflicto comercial con Estados Unidos, podría ver este ataque impactar en su economía, muy ávida de energía y por lo tanto altamente dependiente de los precios del petróleo.
- Irán, amenazado con represalias -
Irán, golpeado por las sanciones estadunidenses que le impiden vender su petróleo al extranjero, es acusado por Estados Unidos de ser el responsable del ataque. Trump amenazó con represalias contra la República islámica.
- Rusia, bien posicionada -
Como socio de la OPEP y segundo mayor exportador de petróleo, Rusia figura "definitivamente entre quienes están dispuestos a llenar el vacío si es necesario" y por lo tanto debería beneficiarse a corto plazo, estima Erlam.
Sin embargo, matiza, "hay que ver en qué plazo logra Arabia Saudita relanzar su producción".
- Los consumidores, perdedores -
En algunos países, "podemos esperar con bastante rapidez un aumento de 4 o 5 céntimos" de euro en el precio final para el consumidor de gasolina y gasóleo, afirma Francis Duseux, presidente de la Unión Francesa de Industrias Petroleras (UFIP).
Al impactar en los bolsillos de los consumidores, esta disparada de los precios del carburante podría perjudicar a la economía mundial en su conjunto.
MRA