Aunque parece que la caída de la economía mexicana tocó fondo en mayo, tras las medidas de confinamiento para controlar la pandemia del covid-19, y en junio el reinicio de algunas actividades evidencia mejores condiciones económicas, el proceso de recuperación no ha empezado y hablar de él es irreal, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
En su análisis económico-ejecutivo, señaló que después de varias semanas en las que muchas actividades fueron cerradas, la economía ciertamente se paralizó en buena medida, y después, esta mejora que se infiere para junio responde al reinicio de operaciones de diversos sectores productivos, cuando a finales de mayo se dio por terminado oficialmente el periodo de confinamiento sanitario.
Pero, indicó el Ceesp, más allá del significado conceptual de “haber tocado fondo”, el incremento de la producción y el comercio en junio no implica que la economía haya entrado a un proceso de recuperación, por ahora, simplemente refleja el efecto de la reapertura, ya que plantas que no produjeron nada en meses previos ahora lo hacen, comercios que estaban cerrados ahora están abiertos, y servicios como restaurantes que también estaban cerrados ahora abren, pero todo es parcial.
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Afirmó que es claro que la producción no va a su ritmo “normal”, o que los comercios no venden como hace seis o 12 meses y los restaurantes están trabajando sólo parcialmente, por lo que puede ser que la actividad haya tocado fondo, pero que ello significa que pasó lo más difícil o que el proceso de recuperación haya comenzado, eso es irreal.
Para el centro de estudios, aún cuando las condiciones en las que se desenvuelve la actividad productiva regresen a la normalidad una vez superada la crisis sanitaria (que las aperturas sean totales y no solo parciales), la economía seguirá sufriendo el debilitamiento que ya la venía afectando desde 2018, incluso agravada por decisiones desacertadas de política en meses recientes, lo que hace más complicada una recuperación en los próximos años pues, entre otros elementos, afecta la inversión, que es el motor de la recuperación.
Apuntó que revertir los daños será un reto importante, sobre todo en materia de bienestar de la población, pues de acuerdo con los reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en abril y mayo se perdieron 12 millones de empleos y ocho millones de ocupados se convirtieron en subempleados, toda vez que vieron reducidas sus horas de trabajo y nivel de ingresos como medidas para conservar su empleo ante la crisis sanitaria.
Esto implica, afirmó el Ceesp, que para revertir este efecto, es necesario crear 20 millones de empleos de tiempo completo, lo que se ve simplemente imposible con un ritmo de crecimiento tan bajo como el que se prevé para los próximos años.
Añadió que el deterioro del mercado laboral incide sobre los niveles de pobreza y de acuerdo con datos del Coneval, el porcentaje de personas en pobreza laboral calculada con base en la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE), que sustituye temporalmente a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) como consecuencia del confinamiento sanitario, pasó de 53.1 por ciento en abril a 54.9 por ciento en mayo, además de que el ingreso laboral se redujo de mil 516.93 a mil 422.24 pesos, lo que representó una disminución de 6.2 por ciento, “la dificultad de revertir aumentos en los indicadores de pobreza es bien sabida”, indicó.
srgs