A un año de la pandemia por covid-19 la empresa General Motors ha mejorado sus protocolos sanitarios y de actuación para reducir y controlar los contagios entre sus más de 2 mil colaboradores en su Complejo Toluca. Al personal que se contagió lo asilaron, entregaron kits que incluían medicamento, oxímetro y oxígeno, en caso de ser necesario, les aplicaron pruebas PCR con costo para la empresa y les dieron seguimiento semanal.
“Hemos trabajado en la concientización y comunicación; el proceso de acceso al sitio; sanitización, distancia física y ventilación; y administración de suministros críticos. Se trata de una experiencia nueva de la que seguimos aprendiendo”, detalló el director de General Motors Complejo Toluca, Oscar Quintanilla.
En reunión con integrantes del Consejo Patronal (Coparmex) del Estado de México, indicó que su plan piloto lo aplicaron en su plata de Silao, Guanajuato, y una vez que fue avalado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) lo aplicaron en el Complejo Toluca, donde tienen una planta de fundición de aluminio, donde producen block y cabezas; así como una planta de manufactura de motores, un área de ingeniería y una de refacciones para todo México y Centroamérica.
Al igual que otros sectores productivos -dijo- el paro de labores que tuvieron de marzo a mayo del año pasado fue el único y se dio antes de que la industria automotriz fuera catalogada como industria esencial. En ese tiempo -expresó- realizaron entrenamiento virtual con 100 por ciento de su personal para que supiera que hacer al regresar a laborar.
“Una vez que regresó la gente había mucha desinformación, por ello la atacamos con campañas informativas por WhatsApp para quitarle el miedo y se cuidaran. Pusimos una línea directa con el equipo médico, integrado por 14 personas, en todos los turnos, que dio seguimiento a pacientes, posibles casos, pero, sobre todo, se enfocó a la prevención”.
En esos dos meses -añadió- General Motors también se dedicó a la producción de mascarillas por los escases que imperaba en el mercado mundial. “A los 18 días ya estábamos fabricando la primera mascarilla, sacamos permisos, compramos equipo y la producción dio 70 mil mascarillas diarias N1 y luego N95 y el principal propósito era dotar a todas las plantas de México como oficinas centrales, refacciones, ingeniería y las financieras, aunado a que 40 por ciento de la producción, de abril a diciembre, fueron donaciones”.
Asimismo, definieron un solo acceso, aplicaron cuestionarios a través de una aplicación, dotaron de cubrebocas, gel antibacterial y sanitizante a su personal, además de la instalación de pasillos adicionales, protocolos para el transporte público, el transporte de personal y los proveedores.
“En toda la planta hay kits de sanitización, guantes quirúrgicos y materiales para limpiar antes y después las áreas de trabajo, escritorio, herramientas o dispositivos, además de abrir los turnos. Cancelación de aire acondicionado para dar paso al aire natural, colocación de barreras y separación de escritorios, dispositivos para monitorear accesos”.
Ante los casos sospechosos –dijo- realizaron una investigación minuciosa sobre dónde estuvo el trabajador, con quién, desde cuándo. Gracias a la comunicación y concientización, el personal con algún síntoma hablaba al servicio médico para responder el cuestionario covid y se le enviaba a realizarse la prueba PCR.
“Tuvimos una cantidad enorme de pruebas y en caso de ser positivo le enviamos un kit médico con medicina inicial para el tratamiento, oxímetro, mascarillas para el trabajador y su familia, nos aseguramos de que tuviera un doctor externo y dos veces al día pedimos reportes. Para que regresaran a laborar les aplicamos una prueba de antígenos para garantizar que ya no tenían Covid”.
Por último, Oscar Quintanilla detalló que solo tienen en puerta un paro técnico por semiconductores y están en espera de una solución pronta. “Estamos con la planta de fundición al corriente y la planta de motores está detenida por ese problema no por cuestiones de Covid-19”.
KVS