Cuentas infladas en restaurantes y meseros violentos son una receta para el desastre, un polvorín que a la menor chispa puede terminar en una desgracia. Lo ocurrido este fin de semana en la taquería El Borrego Viudo, ubicado en la alcaldía Miguel Hidalgo, es una mancha más al mantel de abusos contra comensales que pesa sobre la historia de algunos de los establecimientos más emblemáticos de la Ciudad de México.
Las víctimas en esta ocasión fueron una pareja de comensales que la noche del domingo pasado, al pedir la cuenta, se percataron que el total no coincidía con su consumo, por lo que, como lo haría cualquier persona en su lugar, llamaron a uno de los meseros de la taquería para exigir una explicación y, acto seguido, terminaron en el suelo con múltiples golpes y heridas.
Y aunque por redes sociales circula el video de la brutal golpiza en la que participaron al menos cinco meseros del establecimiento, solo uno de ellos fue detenido por agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México; sin embargo, en menos de 24 horas fue liberado por ausencia de "flagrancia", reportó en su cuenta de X (antes Twitter) el periodista y colaborador de CANAL 6 Carlos Jiménez, mejor conocido como C4.
Mientras se esclarece lo sucedido y se les pone nombre y rostro a los responsables, ya con el local clausurado, vale la pena recordar lo que en noviembre de 2022 el entonces titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Ricardo Sheffield Padilla (hoy aspirante a la gubernatura de Guanajuato), dijo sobre los derechos de los comensales a raíz de una serie de abusos que detectaron en terrazas aledañas al Zócalo de la capital del país.
Cuentas infladas, condicionar ventas, cartas sin precios o alimentos y productos fuera del menú, señaló el ex titular de la Profeco, son consideradas prácticas comerciales abusivas y los restaurantes que incurran en ellas pueden ser objeto de sanciones. “Uno como consumidor se da cuenta cuando es un robo o un abuso”, sentenció.
“Afortunadamente son bien poquitos (los restaurantes que incurren en estas prácticas), esos son mañosos, mañosos, que les encanta ‘pasarse de rosca’ y que hay que estar atrás de ellos día y noche, ¿Qué le vamos a hacer? Pero son por mucho, por mucho, los menos”, dijo durante la conferencia de prensa matutina del 16 de noviembre de 2022 de la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
¿Pagar o no la cuenta?
Ya sea en El Borrego Viudo o en cualquier otro restaurante, si al comensal no le salen las cuentas y sospecha que el establecimiento está inflando su cuenta o incurriendo en cualquier otra práctica abusiva, la Profeco recomienda no pagar y marcar al Teléfono del Consumidor (55 5568-8722) o a Locatel (*0311) para que un funcionario de la procuraduría acuda al lugar y resuelvan el problema in situ.
“Les aseguro que en 15 o 20 minutos estaremos ahí, particularmente en la Ciudad de México, porque están muy cerca nuestras oficinas de estos puntos y podemos intervenir de inmediato”, refirió Sheffield Padilla.
Si los hechos ocurren en domingo (día no laborable para los funcionarios de la Profeco), como en el caso de la pareja golpeada en El Borrego Viudo, se aconseja pagar la cuenta y exigir la factura o el comprobante para que puedan establecer la relación de consumo.
A partir de la fecha de la factura los consumidores tienen 365 días para hacer la reclamación ante la Profeco. “No importa en qué lugar de la Tierra estén, mientras haya comunicación vía internet pueden presentar a distancia la queja. En México, el consumo es un derecho humano”, puntualizó.
Ya en el sitio, los servidores de la Profeco realizarán un procedimiento de verificación para comprobar si se incurrió en una práctica abusiva, y de comprobarse esta situación están facultados para infraccionar al restaurante por haber violado la ley.
“Una vez que infraccionamos y están en proceso, ellos pueden impugnar las multas y nos podemos llevar unos meses en tribunales, si así lo quieren; o las pueden pagar con 50 por ciento de descuento también, porque todas las multas federales si se pagan en 30 días tienen 50 por ciento de descuento”, añadió.
¿Qué pasó en 'El Borrego Viudo'?
Casos como el esta taquería no son únicos, pues se han convertido en una constante en este tipo de establecimientos, que a raíz del duro golpe que significó la pandemia covid-19 para sus finanzas adoptaron esquemas de trabajo por comisión.
Este tipo de esquemas de trabajo, alertó el año pasado Sheffield Padilla, hace que los colaboradores de los establecimientos se vuelvan "extremadamente agresivos", porque sus ingresos dependen de cubrir una cuota.
Por regla general, ahondó, hay tres variables para determinar el precio de los alimentos: los ingredientes, el servicio y el lugar, por lo que puede haber variaciones de un lugar a otro, pero ésta no puede ser estratosférica.
“No es lo mismo comer parado que sentado en un palacete virreinal, porque el mantenimiento del palacete y el del carrito en la calle es distinto (...). Si no se explica por esos tres factores el precio del producto pues entonces te están robando”, subrayó.
Con el antecedente fatídico de La Polar, donde un comensal fue asesinado a manos de meseros y personal de seguridad, ante estas situaciones la mejor arma de los comensales es estar informados, o cuando menos conocer sus derechos como consumidores en restaurantes, señala la Profeco.
Como comensal tengo derecho a…
Sin importar el tipo de establecimiento o su ubicación, los consumidores de los restaurantes tienen derecho a que respeten la fecha y hora reservación, el menú, los costos y demás características con las que contrató el servicio, puntualizó el organismo descentralizado del gobierno federal.
También tienen derecho a que los restaurantes no hagan cargos sin autorización, y si pagaron por adelantado, a que no se les niegue el servicio reservado. “Esa negativa también se considera una condición comercial abusiva”, reiteró.
Además, si la prestación del servicio es deficiente, no se presta o proporciona por causas imputables al proveedor, los comensales tienen derecho al pago de una bonificación o compensación, la cual no podrá ser menor al 20 por ciento del total de la cuenta.
Como prestadores de servicios, los restaurantes tienen, a su vez, la obligación de exhibir los precios de manera clara, incluyendo los impuestos; no exigir la propina, ya que ésta es voluntaria y no puede incluirse en la cuenta sin el consentimiento de los comensales; y entregar el comprobante de compra o ticket en el momento de su consumo.
También debe proporcionar información del menú y detallar las porciones; respetar las promociones y especificar los términos y condiciones de las mismas; no condicionar el acceso al restaurante exigiendo un consumo mínimo; y no negar o condicionar la prestación del servicio por razones de género, nacionalidad, de etnia, preferencia sexual, religiosa o cualquiera otra particularidad.
Sin ningún pretexto, los restaurantes tienen que respetar los precios exhibidos, cumplir el horario establecido e indicar con claridad las formas de pago y recibir billetes de cualquier denominación, abundó la Profeco.
AMP