El Banco de México (Banxico) redujo sus estimados de crecimiento para 2019 y prevé un nivel de inflación más alto al cierre de año; no obstante, descartó que la economía nacional vaya a caer en recesión.
El banco central estima que en 2019 el producto interno bruto (PIB) crezca en un rango de entre 0.8 y 1.8 por ciento, por debajo del cálculo previo de entre 1.1 y 2.1 por ciento; para 2020 el intervalo se mantuvo sin cambio, entre 1.7 y 2.7 por ciento.
Al presentar el Informe Trimestral enero-marzo 2019, el gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León, indicó que el ajuste en las proyecciones de este año obedece, principalmente, a factores transitorios que afectaron a la economía en los primeros meses, tales como los problemas en la distribución de gasolinas, bloqueos en las líneas férreas en Michoacán y conflictos laborales en Matamoros.
Díaz de León coincidió en que se anticipa que la actividad económica repunte hacia los siguientes trimestres del año y dijo que, por ello, las previsiones para 2020 se mantuvieron sin cambio.
LEJOS DE UNA RECESIÓN
Jonathan Heath, subgobernador del instituto central, aseguró que México no está por entrar en una recesión y si la hubiera, sería muy ligera, con muy poca duración y pasajera.
“Si me hacen apostar en 100 a 1, suena interesante, yo no veo una recesión, yo creo que perdería la apuesta”, dijo el funcionario en alusión a la apuesta que hizo en la semana Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia.
Heath añadió: “Creo que la definición de una recesión es más allá de dos trimestres consecutivos de una caída en el PIB, eso es una regla de aproximación, realmente lo que hay que ver es si es una baja generalizada en la actividad económica, incluyendo los mercados laborales”.
Desde su punto de vista, los pronósticos están sujetos a riesgos, tales como que el proceso de ratificación e implementación del T-MEC se retrase y genere mayor incertidumbre, afectando a la inversión.
Asimismo, una mayor incertidumbre interna que afecte a la inversión y el consumo; que se observe un deterioro en la calificación de la deuda de Petróleos Mexicanos o en la del país y que se presenten nuevas afectaciones a la producción o distribución de bienes y servicios.
Al contexto se añade la incertidumbre respecto a la posibilidad de mayores disputas comerciales a escala mundial; que se observen episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales; y una desaceleración mayor a la esperada de la economía y el comercio globales.
Dijo que para ver un crecimiento de 4 por ciento se debe revertir la caída de la plataforma petrolera, pero también hay que aumentar la inversión, puesto que la pública ha caído y la privada se ha estancado, “esto se tiene que revertir”.
APRETÓN “DURÍSIMO”
Sobre el crecimiento del país, en el Foro Internacional IMEF 2019, que organiza el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) Grupo Monterrey, Alfonso Romo aceptó que el gobierno aplica medidas de austeridad que pueden ser un “apretón” que afecta al sector productivo.
“El gasto corriente hay que bajarlo. El apretón es durísimo, pero próximamente estaremos pasando a reactivarlo”, dijo.
Para Romo la restricción en el gasto del gobierno era algo inevitable para hacer una reestructura. Proyectó que a más tardar en septiembre habrá las condiciones para acelerar la inversión.
“Quizá se nos pasó la mano, pero nunca habíamos tenido a tanto empresario haciendo lobby en la Oficina de la Presidencia, ni en la época del ex presidente Carlos Salinas de Gortari”.
Sobre el recorte de Banxico, el diputado morenista y presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, Alfonso Ramírez Cuéllar, aseguró que los encuentros y asociaciones que han formado entre el gobierno y empresarios ayudarán a mejorar las perspectivas de crecimiento.
Entrevistado al término de su reunión con el Consejo Coordinador Empresarial, dijo que no esconden las dificultades del país, por eso es necesaria la sinergia con la iniciativa privada.
INFLACIÓN AL ALZA
En materia de inflación, las proyecciones del Banxico se ajustaron ligeramente al alza, de 3.4 a 3.7 por ciento para el cuarto trimestre de 2019 y de 2.7 a 3 por ciento para el cuarto trimestre de 2020, esto derivado de mayores previsiones para los precios de los energéticos y por los aumentos recientes en la inflación subyacente, en particular, alzas mayores a las previstas de los precios de algunos servicios.
Así, el instituto central señaló que las revisiones afectan los pronósticos de menor plazo y se considera que su efecto sea transitorio, por lo cual el pronóstico muestra una convergencia a la meta del organismo central (3 por ciento) en el tercer trimestre de 2020.